El Athletic cerró el fichaje de Berenguer el día después a caer contra el Cádiz en San Mamés. Una derrota dolorosa ante un recién ascendido que acabó con nueve jugadores el partido. Un ejercicio de impotencia ofensiva que generó un mayor revuelo por las declaraciones posteriores de Garitano. El técnico de Derio dijo aquella frase de que ganar en Primera no era fácil para el Athletic. Un hecho constatable, pero que se malinterpretó para arremeter en su contra.
La temporada no había comenzado de la mejor manera con los casos de coronavirus y sobrevolaba en el ambiente el decepcionante final de la campaña anterior con cuatro derrotas en los últimos cinco partidos, que dejaron al equipo sin opciones europeas.
Garitano llevaba tiempo haciendo referencia a la falta de gol y al inicio del curso insistió en pedir refuerzos. El club tanteó a Javi Martínez y se metió en un lío con Llorente para acabar contratando a Berenguer por unos 10 millones de euros, más 1,5 en variables. Un gasto considerable para las arcas del club en un momento en el que el mercado estaba a la baja.
El Torino se aprovechó de las prisas y la necesidad rojiblancas y la dirección deportiva cerró su contratación. A su llegada se destacó su polivalencia en el campo y su capacidad para aportar en los últimos metros.
En cuanto a las dudas sobre la conveniencia de su fichaje se mencionaba el coste y que el Athletic contaba con varios jugadores para desenvolverse en esa posición de atacante por la izquierda -Muniain, Morcillo, Córdoba, Iñigo Vicente y también Ibai-. Asimismo, en el subconsciente estaba que los fichajes realizados bajo el mandato de Elizegi no habían funcionado demasiado como ocurrió con Ibai y Kodro.
Titularidad y goles
Nada más recalar en el Athletic, Berenguer fue convocado tras un solo entrenamiento y debutaba en la derrota en Mendizorrotza en el segundo tiempo. En la siguiente jornada, Garitano le otorgaba plaza en el equipo titular partiendo desde la banda izquierda y se estrenaba abriendo el marcador en la victoria ante el Levante (2-0).
Aunque se aclimató rápidamente y fue un habitual en las alineaciones, el equipo no terminaba de carburar y fue perdiendo protagonismo en el juego. Anotaba su segundo tanto en la goleada ante el Betis en San Mamés (4-0).
Con el cambio de entrenador fue uno de los damnificados con la apuesta de Marcelino por el 1-4-4-2. El técnico asturiano situó a Muniain en la izquierda y en banda derecha contó con De Marcos en los primeros partidos y en la victoria en la Supercopa. Sin embargo, Berenguer aprovechaba sus minutos y hacía su tercer tanto en la goleada ante el Getafe en San Mamés (5-1).
Marcelino le colocó en banda derecha en las eliminatorias de Copa y el navarro se fue haciendo a lo que le reclamaba el técnico. El segundo tiempo del partido de ida de las semifinales ante el Levante resultó determinante. Con Berenguer, Unai López y Vesga en el campo el Athletic logró el empate y estuvo cerca de la remontada.
En la jornada siguiente se soltaba con dos goles en Cádiz (0-4), volvía a marcar en el empate ante el Villarreal (1-1) y ha completado una semana fantástica con el tanto del triunfo ante el Levante (1-2) y el de la victoria ante el Granada (2-1).
Como subrayaba Marcelino tras el último partido, Berenguer está en racha y en estos momentos ve la portería como si fuera el arco iris. Cada remate genera peligro y la mayoría acaba en gol. Así ha logrado 8 tantos y es el máximo goleador en Liga del equipo. En este apartado tan solo le supera un Raúl García que suma 9 goles entre Liga, Copa y Supercopa, tres de ellos de penalti. Por su parte, Williams lleva 7 goles, Villalibre 5 y Muniain 4.
Viendo su rendimiento nadie se atreve a poner en duda el esfuerzo económico realizado por el club rojiblanco y la dirección deportiva en medio de la crisis provocada por la pandemia.