Fallo humano o catástrofe natural. Lentitud y opacidad frente a medidas rápidas. Ubicación en el interior o en la costa.
Los accidentes nucleares de Chernóbil (Ucrania –todavía parte de la URSS–, 26 de abril de 1986) y Fukushima (Japón, 11 de marzo de 2011) fueron muy diferentes pero han sido los únicos en la historia en alcanzar el nivel 7, el más alto, en la escala que mide estos desastres.
Estas son ocho claves que los diferencian y que mantiene al accidente en Ucrania como el más grave de la historia, según un informe emitido este martes desde Viena por el Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear).
1. Las causas.
El 26 de abril de 1986, una cadena de reacciones nucleares durante una comprobación de seguridad provocó una explosión de vapor que derritió el combustible de la central de Chernóbil, que explotó y ardió durante diez días.
El 11 de marzo de 2011, un tsunami, causado por un terremoto, dejó sin energía al sistema de la refrigeración de la central de Fukushima, lo que inició una fuga radiactiva que se prolongó durante 12 días.
2. El diseño.
Fukushima tenía una contención primaria que evitó la liberación de gran parte de los radionucleidos, mientras que en Chernóbil el núcleo del reactor quedó expuesto directamente a la atmósfera.
El reactor soviético liberó 85 petabecquerels (PBq) de Celsio 137 y 1.760 petabecquerels de Yodo 131, frente a los 10 y los 120 de Fukushima, respectivamente.
3. Las labores de extinción
El fuego del reactor Chernóbil debía ser rápidamente extinguido para minimizar el riesgo de propagación de las llamas en el resto de reactores, lo que expuso a cientos de trabajadores a altos niveles de radiación. Hasta 134 sufrieron síndrome de radiación aguda y 28 murieron.
No hubo víctimas mortales directas entre los equipos de rescate en Fukushima.
4. La deriva radiactiva
El 80 % de la radiación del complejo atómico de Fukushima, situado en la costa, fue a parar al océano Pacífico, mientras que la de Chernóbil se fue depositando sobre Ucrania, Bielorusia, Rusia y parte del norte y centro de Europa.
5. La cadena alimenticia
El incidente de Chernóbil ocurrió más cerca de la temporada de la cosecha agrícola, lo que contaminó más alimentos, lo que se une a las menores restricciones tomadas en la Unión Soviética que en Japón.
El nivel de radionucleidos permitidos en los alimentos fue mucho más bajo en Japón que en la Unión Soviética, donde tampoco se advirtió correctamente a la población sobre qué alimentos evitar.
Japón salió beneficiado de criar la mayor parte de su ganado en graneros en lugar de en pastos al aire libre, como ocurría en la Unión Soviética, lo que evitó la transferencia de niveles más altos de radionucleidos a la leche y la carne de los animales.
6. Medidas de seguridad posteriores
En Fukushima se evacuó a 118.000 personas en un radio de hasta 30 kilómetros, frente a las 116.000 evacuadas de Chernóbil en un radio de 20 kilómetros.
Entre 1989 y 1992, en Ucrania otras 220.000 personas fueron trasladadas a regiones más alejadas del incidente.
Reparto de cerca de un millón de tabletas de yodo entre todos los menores de 40 años en una amplia zona en torno a Fukushima. En Chernóbil solo se repartieron entre los evacuados y el personal de emergencia.
7. Cáncer de tiroides
La comida contaminada en la Unión Soviética provocó que mucha gente –niñas y niños en el momento del incidente– desarrollara cáncer de tiroides a largo plazo.
El equipamiento médico utilizado en Japón, 35 años después de Chernóbil, era más moderno y por ende más sensible a la detección de anormalidades en la tiroides, lo que facilitó el tratamiento inmediato de los pacientes.
El nivel de yodo-131 absorbido por los evacuados en Chernóbil fue muy superior al de los de Fukushima: de entre 50 milliGray (mGy) y 5 Gray (Gy) en el caso europeo frente a los 1 a 15 mGy en el asiático.
8. Otros efectos en el medio ambiente
En cuanto a la biosfera, en un área de cuatro kilómetros cuadrados alrededor de Chernóbil todos los árboles quedaron muertos, y en un área mayor sufrieron daños casi letales, mientras que en Fukushima no se confirmaron daños en los bosques adyacentes que puedan ser atribuidos al incidente.
La radiación de Chernóbil redujo el número de invertebrados (como insectos, caracoles o gusanos) en un 30% en un radio de entre tres y siete kilómetros, y descendió el número de roedores.
En Fukushima la población animal no quedó afectada a ese nivel, aunque provocó daños genéticos en algunos invertebrados.