Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / Redactor jefe de actualidad

Urkullu prepara el relato para un eventual cerrojazo tras otra desescalada con plan turístico

El LABI técnico se reúne este jueves y Lakua contiene la respiración a la espera de los datos de evolución. La desescalada lanzada hace diez días, que fue más allá de lo previsto, podría tener que detenerse, cuando ya incluso se ha presentado un plan turístico para Semana Santa. Llueve sobre mojado.

El consejero Hurtado, presentando el miércoles el plan turístico. (Irekia)
El consejero Hurtado, presentando el miércoles el plan turístico. (Irekia)

El LABI técnico dará este jueves una señal decisiva sobre la tercera desescalada decidida por el Gobierno Urkullu:si decide convocar al LABI político, se apuntalará la posibilidad de que frenarla o incluso revocarla.

Tras las consecuencias fatales de las de verano y navidades, reconocidas incluso por el Ejecutivo de Lakua, todo apunta a que ha vuelto a incurrirse en un error de cálculo. Con una dificultad añadida: el pistoletazo de salida dado el 5 de marzo (efectivo desde el 8) ha llenado casas rurales y hoteles e incluso ha contado con una campaña presentada este miércoles, por lo que echar marcha atrás sería muy difícil técnicamente y muy impopular para el Gobierno Urkullu.

Un día después de que Jonan Fernández alimentara la posibilidad de un frenazo, este jueves en los pasillos del Parlamento el lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, ha dado a entender que confían en salvar la situación: «Las decisiones que adoptamos el 5 de marzo son suficientes si todos actuamos con el rigor al que estamos obligados cada uno de nosotros. Se trata de salvar vidas y de preservar la salud de cada uno», ha manifestado.

En sus declaraciones vuelve a quedar en evidencia la construcción de un relato que culparía de nuevo a la ciudadanía en el caso de que también esta desescalada fracase. Lo anticipó ya el martes la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, achacando a personas infectadas no dar los datos de sus contactos. Algo que realmente siempre ha ocurrido, pero sobre lo que se intenta poner el foco especialmente esta semana de modo más que sospechoso.

Lo cierto, en paralelo, es que el sistema de rastreos de Lakua se ha demostrado insuficiente incluso cuando el virus emergió tras haber estado casi sin circulación al final del verano. Y como dato más evidente, esta referencia aportada el miércoles por el Departamento a Rebeka Ubera (EH Bildu), en la que solo se vinculan con brotes el 11% de los casos detectados. Queda claro que en el problema de detección pesan más las deficiencias del sistema público que la falta de colaboración ciudadana.

Repitiendo errores

Lo más curioso del tema es que hace solo una semana se conoció el documento de Lakua en que se hace autocrítica implícita de las decisiones adoptadas en verano y reflejadas en la foto de Kobaron de Urkullu con el presidente cántabro, Miguel Angel Revilla, alentando a acudir a las playas cuanto antes: «Consideramos equivocadamente que habíamos controlado y superado la situación».

Aquella desescalada tuvo un objetivo claro de revitalizar el turismo. Ahora no se ha explicitado tanto, no ha habido una foto de Kobaron, pero la finalidad se intuye claramente en la decisión de abrir la movilidad interna en toda la CAV, cuando lo que se preveía era como mucho un desconfinamiento por herrialdes y los expertos sanitarios se posicionaban en contra. Según datos del miércoles, la ocupación de casas rurales estaba ya por encima del 85% para el periodo de Semana Santa.

¿Qué ocurriría ahora si Lakua tiene que echar marcha atrás? Además de todas las afecciones y conflictos que se pueden imaginar, incluso tendría que tumbar la campaña de turismo interno que presentó este miércoles el departamento liderado por Javier Hurtado. ‘Planes por Euskadi’ promueve más de 200 actividades y planes, obviamente presentados como «seguros y alternativos».

En esta continua contradicción, el consejero Hurtado alentó a la prudencia porque «son momentos delicados» y a la vez animó a la actividad turística porque revitalizarla «depende de nuestros gestos y nuestras acciones».