Joseba Salbador Goikoetxea

Abrir el grifo, un gesto muy sencillo que esconde un sistema muy complejo

El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia reflexiona junto a otros agentes en torno a la gestión del agua en el futuro y sostiene que 2021 será un ejercicio en el que ejecutará sus inversiones en clave social y medioambiental.

Pedro Barreiro Zubiri, gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia.
Pedro Barreiro Zubiri, gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia.

Abrir el grifo de agua corriente o pulsar el botón del inodoro son dos gestos cotidianos que esconden detrás un sistema de complejas infraestructuras del que la mayoría de la ciudadanía apenas tiene conocimiento, pese a que permiten ofrecer un servicio sin interrupción, las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Además, en un contexto de crisis sanitaria como la actual, este año ha quedado patente más que nunca el carácter trasversal del agua, tanto en la garantía y calidad del servicio de abastecimiento como en la gestión y tratamiento del saneamiento.

Pedro Barreiro Zubiri (gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia), Fernando Morcillo (presidente de la Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento), Pedro Rodriguez (director de estudios y operaciones de Aqualia), Manuel Navarro (director del Ciclo del Agua de Acciona Agua) y Juan Carlos Blázquez (director comercial del grupo Ansareo) debatieron y analizaron el pasado mes de diciembre la situación actual del sector, los fondos europeos Next Generation, la trascendencia de acometer nuevas infraestructuras resilientes y la necesaria ecuación desarrollo equilibrado y compromiso social.

Pedro Barreiro, gerente del Consorcio, ennumeró las principales prioridades que tiene planteadas la entidad que dirige, y señaló que este año, pese a la situación de pandemia, contarán con los presupuestos más importantes en la historia (193 millones de euros), de los que un 40% se va a destinar a inversión directa. «Queremos acompañar a Bizkaia en un momento económicamente muy grave  –dijo–, para intentar salir lo antes posible de esta situación, y acometer el plan de inversiones 2020-2023, que es el más ambicioso que hemos tenido nunca».

Así, 2021 será un ejercicio en el que el Consorcio de Aguas ejecutará sus inversiones en clave social y medioambiental que favorezcan una Bizkaia preparada para las necesidades futuras con las actuaciones presentes.

En este sentido, añadió que otra de las actuaciones pasa por seguir ampliando el consorcio, ya que están recibiendo numerosas peticiones de incorporación de pequeños municipios vizcainos. «Son municipios pequeños, que tienen un déficit importante de infraestructuras, que aportan un déficit económico al propio consorcio, pero a los que es preciso incorporar por solidaridad y para que el ente funcione de manera global, atendiendo a toda Bizkaia».

En cuanto a las posibilidades que se abrirían con la llegada de los fondos europeos Next Generation para la recuperación económica, Barreiro indicó que «hay que tener en cuenta que esos fondos están destinados para proyectos a corto plazo, de dos o tres años máximo, y que deben cumplir una serie de condicionantes como por ejemplo, que sean medioambientalmente sostenibles. A partir de ahí –añadió– nosotros hemos elaborado una serie de proyectos (mejoras en abastecimiento y saneamiento, producción de energías renovables o proyectos de innovación) valorados en casi 200 millones, para los cuales esperamos que llegue esa financiación».

Concienciación ciudadana

Por su parte, Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento, se mostró convencido de que actualmente «el ciudadano urbano está un poquito alejado de la condición natural del agua», por lo que consideró «imprescindible» insistir en «la contribución adecuada de los usuarios a esa recuperación de costes, en línea con los principios que tenemos marcados en Europa, como el de que quien contamina paga».
Por eso, insistió en que «hay que hacer un esfuerzo de pedagogía hacia el ciudadano, con el fin de mostrar la complejidad de esas infraestructuras básicas, de esos servicios que se ofrecen sin interrupción, las 24 horas del día, los siete días a la semana. Y no solo para poder realizar el gesto de abrir el grifo, que es muy significativo, sino también el de abrir el tapón del desagüe o pulsar el botón del inodoro, porque ahí reside más de la mitad de la actividad de abastecimiento y saneamiento».

Pedro Rodríguez, director de estudios y operaciones de Aqualia, una de las diez empresas más importantes del mundo en gestión del agua, destacó que en el Estado español la calidad del agua de consumo está garantizada gracias a las inversiones que se han realizado en los últimos años, algo que en otras partes del mundo no lo está, por lo que la prioridad debería ser «ayudar a que otros lo tengan».

Cambio climático

Manuel Navarro, experto en depuración y desalación de Acciona Agua, se refirió a los problemas de escasez que podrían aumentar debido al cambio climático, y dijo que en las zonas con mayor déficit agua, como las del Mediterráneo, el suministro se debería garantizar mediante la reutilización del agua depurada y, donde se requiera mayor volumen, de la desalación del agua del mar.
«La desalación es una tecnología madura, no contaminante, que está implantada en todo el Mediterráneo español –dijo– y que aporta unos caudales en momentos punta que pueden paliar la escasez hídrica a unos precios razonables».
En este sentido, incidió en que la reutilización y la desalación son dos de los puntos en los que se va incidir en los fondos europeos Next Generation para la recuperación económica.

Pasado y presente de la ría

Finalmente, Juan Carlos Blázquez, director comercial del grupo Ansareo, volvió a referirse a la importancia de las actividades de saneamiento y destacó la transformación que ha sufrido la ría de Bilbo en las últimas décadas, señalando que «a todos nosotros nos llena de orgullo el haber participado de alguna forma en el tratamiento de las aguas, en el saneamiento».

Pedro Barreiro, gerente del Consorcio, destacó además la forma en que se financió esta regeneración, señalando que «se hizo con una fórmula que hoy en día sería impensable, ya que el Consorcio planteó a un millón de personas incrementar al doble su factura, generando una tasa nueva, no para financiar algo que ya existía, sino simplemente para alcanzar un objetivo a largo plazo que mucha gente lo veía imposible. Sin embargo –remarcó– la sociedad aceptó pagar el doble por un servicio que a algunos les ha llegado 25 años después».

 

253 millones de inversión hasta 2023

A pesar del esfuerzo inversor realizado hasta la fecha, el sector del agua requiere todavía de grandes inversiones para seguir mejorando y adaptarse a la normativa cada vez más exigente.

Así, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia invertirá hasta 2023 un total de 253 millones de euros que se destinarán, fundamentalmente, a nuevas infraestructuras para garantizar el abastecimiento de agua en calidad y cantidad, y para mejorar el estado ecológico de las masas de agua reduciendo la contaminación vertida a éstas, además de otras obras complementarias para la ampliación y optimización de los procesos y eficiencia energética.

Del programa total consignado, 124,2 millones (el 50,22%) se dedicarán a nuevas inversiones en saneamiento y 122,9 millones (el 49,73%) a infraestructuras de abastecimiento. En total, se trata de 163 actuaciones por todo el territorio, la mayoría de entre 200.000 y un millón de euros de presupuesto (46%). Destacan siete grandes infraestructuras que requerirán una inversión superior a 10 millones de euros.  

Del total de inversiones programadas para el periodo 2020-2023, la Diputación Foral de Bizkaia financiará el 8,3% del importe de las obras en virtud del convenio suscrito con el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, y el resto se financiará con recursos propios procedentes de las tarifas de abastecimiento de agua y saneamiento, complementados con remanentes disponibles.

Si bien la mayor parte de la inversión se destina a obras nuevas, es importante destacar que el 21,7 % del costo de las infraestructuras a ejecutar corresponde a iniciativas de renovación y mejora de procesos e instalaciones, actuaciones que son imprescindibles para mantener la calidad del servicio, y cuyo importe irá aumentando progresivamente conforme se vayan agotando los plazos de amortización de las infraestructuras.