El Athletic tendrá que asistir a algún tipo de terapia sicológica para levantarse del enésimo varapalo sufrido en una final de Copa. Son ya seis derrotas consecutivas desde que cayó ante el Atlético en 1985. Cuatro ante el Barcelona desde 2009 y la otra contra la Real hace quince días.
Tremendo golpe el sufrido en La Cartuja por un equipo que ha vuelto a fallar y lo único que ha conseguido es aguantar hasta el descanso con muchos apuros. El Barcelona ha sido muy superior desde el inicio dominando la posesión sin ninguna oposición y el plan del Athletic flaqueaba. Hasta que se han visto con dos goles en contra no han sido capaces de dar un paso al frente y ya era demasiado tarde.
No se ha atisbado el coraje ni la valentía que se esperaba y han acabado cayendo por una goleada. La más abultada de las encajadas en las finales porque el equipo se ha derrumbado en la segunda mitad y los cambios de Marcelino no han servido para parar al Barcelona.
Sin capacidad de presionar
Los dos equipos han introducido novedades en las alineaciones. Marcelino ha hecho dos cambios con respecto a la final ante la Real. Balenziaga ha sido titular en el lateral izquierdo en lugar de Yuri, con problemas musculares desde la anterior cita, y Unai López ha ocupado el centro del campo al lado de Dani García. Yeray y Muniain, que también arrastraban molestias, han salido de inicio. Antes de comenzar el encuentro el capitán ha evitado mirar la Copa después de tocarla en el choque ante la Real.
En el Barcelona, Koeman ha apostado por mantener los tres centrales otorgando la titularidad a Piqué, recientemente recuperado de una lesión. El esquema culé ha causado ciertos desbarajustes a la defensa rojiblanca desde el comienzo. Además de controlar la posesión por completo, llegaban con demasiada facilidad al área y De Jong ha enviado un balón al poste a los cinco minutos. A Unai López se le ha visto preguntando a Marcelino si debía saltar a la presión a Busquets al inicio del juego.
Tras conseguir salir indemne con apuros de esa fase, el Athletic ha dado su único susto en una falta que ha rematado fuera por poco Iñigo Martínez. Sin embargo, el acoso blaugrana no cesaba. Dest y Alba se volcaban por las bandas constantemente y Messi tocaba mucho balón.
El conjunto rojiblanco no conseguía enlazar ninguna contra e, incluso, se enredaba en un saque de banda a favor. No estaban nada cómodos y el único recurso que encontraban era buscar a Williams en largo.
El Barcelona superaba las líneas con facilidad y se plantaba al borde del área rojiblanca sin ninguna presión. Parecía que jugaban con uno más ya que siempre encontraban a un compañero libre. Una galopada de Williams sirvió para poder tomar algo de aire y llegar con vida hasta el descanso ha sonado a victoria para los jugadores rojiblancos.
A Marcelino tampoco le ha gustado nada la primera mitad y ha metido a Lekue por Muniain. De Marcos ha adelantado su posición y Berenguer ha cambiado de banda para reforzar el trabajo defensivo. No ha surgido efecto ya que el Barça ha acariciado el gol. Primero, en un doble remate de Griezmann, después en un disparo de Pedri y luego Busquets. Unai Simón ha salvado al equipo con sus intervenciones.
El panorama pintaba tan mal que el técnico asturiano ha tenido que echar mano seguido de Vesga y recolocar a Unai López en la izquierda. No ha servido de nada. El Athletic estaba totalmente perdido y al final Griezmann ha acabado marcado tras colarse De Jong por el costado derecho. El holandés ha hecho el segundo en la siguiente jugada y Messi ha sentenciado con otros dos tantos. El Athletic ha intentado reaccionar, pero ha vuelto a firmar una debacle en una final.