Todo lo bueno se acaba y eso es lo que le ha sucedido a Osasuna en Balaídos, donde una contra y un corner han acabado con su racha victoriosa de tres triunfos consecutivos y seis jornadas imbatido. Durante el último cuarto de hora, los rojillos se han metido en el partido después de que Roberto Torres haya transformado un penalti.
A decir verdad, los locales han golpeado a la escuadra navarra paradójicamente cuando mejor se estaba desenvolviendo sobre el césped celeste y parecía tener más controlado a su rival. Las rápidas transiciones gallegas, en todo caso, han llevado mucho peligro a una renovada zaga visitante, que ha sufrido con dichas jugadas.
Así, el inicio del choque ha sido bastante igualado y en el que los de Jagoba Arrasate, ya sin agobios clasificatorios, han salido sueltos e intentando conectar sus líneas para llegar jugando a los dominios de la meta rival, algo que también ha procurado el Celta, en este caso con mejor criterio, dada su mayor calidad técnica.
Las evoluciones rojillas no han cuajado más allá de la línea de tres cuartos y ha sido su adversario quién sí que ha arribado a los dominios de Sergio Herrera con más peligro. Un gran empalme de Kevin que se ha marchado por muy poco por encima del travesaño y, sobre todo, un disparo cruzado de Santi Mina que ha rechazado el palo han dado buen testimonio de ello.
Osasuna ha ido calmando esos embates de los anfitriones a medida que se acercaba el descanso, pero precisamente cuando más parecía tener dominada la situación ha recibido el primer palo.
De un saque de banda navarro al borde del área rival se ha pasado a una acelerada y precisa salida llevada por Nolito que ha acabado en las botas de un Iago Aspas que, al negarle Roncaglia chutar con la zurda, se ha sacado un remate con la derecha tan ajustado que ha golpeado en el palo y ha entrado en las redes.
Con el marcador en contra, Arrasate ha aprovechado el receso para recomponer líneas y realizar un triple cambio, relevando el lateral zurdo –Juan Cruz ha visto la amarilla– y ambos carriles. La fórmula ha dado resultado y Osasuna ha jugado sus mejores minutos, con una magnífica ocasión de Darko que ha sacado Iván Villar y una casi inmediata de Roncaglia, que no ha empalado bien.
Nuevamente, esos buenos momentos no solo no se han traducido en algo material en el electrónico, sino que ha sufrido un nuevo revés. Esta vez a balón parado. De un corner ha llegado el poderoso cabezazo de Murillo –no han podido en el salto con él ni Darko ni Unai García– que ha supuesto el 2-0.
Así las cosas, el preparador de Berriatua ha decidido poner toda la carne en el asador para los últimos veinte minutos, colocando en liza dos delanteros –Enric Gallego y Chimy Ávila–, si bien el cuadro navarro ha recortado diferencias al transformar un penalti Roberto Torres, después de que Aspas golpeara con el codo dentro del área a la cara del de Arre.
Faltando un cuarto de hora para la conclusión, parecía que el 2-1 podía espolear a los rojillos en pos del empate, dado que el Celta también ha bajado sus prestaciones, pero el envite ha entrado en una fase de indefinición mutua que ha beneficiado a los intereses gallegos.
Tras la derrota en Balaídos, Osasuna sigue instalado en la mitad de la tabla, con una cómoda ventaja de once puntos sobre el descenso, a la espera de que en breve pueda confirmarse su permanencia matemática en Primera.
Arrasate: «Cometimos dos errores y lo pagamos»
El entrenador rojillo, Jagoba Arrasate, ha lamentado que su escuadra no pudiera alargar una jornada más su racha de victorias en el estadio de Balaídos, donde han sido derrotados por un Celta que explotó «dos errores» navarros cuando mejor estaban sobre el césped del feudo celtiña.
«Hemos incurrido en dos errores que últimamente no estábamos cometiendo, de un saque de banda y posterior transición, y después de un corner. Si haces esto ante un equipo con tanto talento, lo normal es que lo pagues», ha insistido el preparador vizcaino.
Arrasate ha justificado los notables cambios realizados en defensa porque «es importante que la gente que estaba participando menos se muestre y podamos ver el nivel» y ha elogiado que sus jugadores se «vaciasen» hasta el final, lo que demuestra que tienen «alma y fe» por seguir compitiendo, pese a que el reto de la permanencia lo tengan «casi» hecho.
«Juan Cruz tenía tarjeta y salía de lesión, creo que era arriesgado mantenerlo. Luego, por fuera necesitábamos tener más balón con Torres y, con Jony, un poco más de profundidad. Los cambios han mejorado al equipo y en el segundo tiempo hemos jugado más en el campo rival», ha destacado.