El Gobierno local de Gasteiz, en manos de PNV y PSE, anunció ayer que en los próximos días romperá la relación con Apasos, la asociación que gestiona la perrera municipal. En un comunicado, explicó que la decisión de no renovar el convenio de colaboración se fundamenta en «desavenencias» sobre el proceso de «mejora de la gestión» del Centro de Protección Animal (CPA) iniciado en 2019.
El Gabinete de Urtaran indicó que, «desde la puesta en marcha de estos cambios, han sido numerosos los desencuentros con Apasos», que, según el Ejecutivo, «viene mostrando reticencias a la hora de aceptar las normas de organización interna» y «manifiesta discrepancias sobre cuestiones técnicas de competencia municipal, los tratamientos veterinarios que se facilitan y la alimentación de los animales que pauta el personal técnico municipal».
«Este enfrentamiento reiterado contra todo lo que conlleva el proceso de mejora del Centro de Protección Animal hace imposible una colaboración beneficiosa para los propios animales y para el interés general de la ciudadanía», señaló la edil de Deporte y Salud, Livia López, quien avanzó que el propio Consistorio asumirá con recursos propios las tareas desarrolladas hasta ahora por Apasos.
Denuncias cruzadas
La versión de la asociación dista mucho del relato realizado pro el Ayuntamiento, que no cita, por ejemplo, la denuncias por abusos sexuales presentadas hace dos años por voluntarias de la asociación contra un trabajador municipal. El Consistorio respondió con una denuncia por «calumnias» a la que siguió otra demanda por «maltrato animal» presentada por Apasos en sede judicial.
Apasos ha publicado en redes sociales un escueto comunicado en el que advierte de que «el Ayuntamiento culmina su venganza por el caso de abusos sexuales en la perrera municipal». Y afirma que «esto no nos va a parar, ni en la denuncia de los abusos sexuales contra las voluntarias, ni en la crítica a los representantes institucionales que no han apoyado a las víctimas, ni en el trabajo de protección de los animales».