Varias estadísticas y estudios aseguran que tener un gato en casa cuesta en torno a 522 euros anuales, frente a los casi 800 euros al año que vale mantener un perro, una inversión que incluye las vacunas, higiene y otras necesidades en ambos casos.
En el caso de las vacunas, los felinos gastan 50 euros menos que los perros, y esterilizarlos cuesta 130 euros menos que los canes. Esta diferencia de precio se puede ampliar también a la desparasitación.
Hay un coste inicial en ambos, que en los gatos sería de un desembolso de 235 euros y algo más de 30 euros más en los perros. En cuanto a la higiene, los gatos, por ejemplo, necesitan una caja de arena, un recogedor y un cepillo.
Por su parte, los canes añaden también un spray antiparásitos, lo que hace que la diferencia de este desembolso inicial en higiene se eleve a 30 euros en los perros y casi 20 en los gatos. Hay más gastos que añadir para un correcto bienestar de nuestras mascotas: collares, camitas, pienso, rascadores, juguetes… y algo más que siempre se necesita.
Podríamos concluir que los felinos «nos cuestan menos» que los perros, basándonos en los datos anteriores. Aún así, cuidar tanto a gatos como a perros, es una importante inversión de tiempo y de dinero, por lo que siempre debemos reflexionar si estamos preparados para dar la vida que merece a nuestro mejor amigo.