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Bilbo

El PTS del Litoral contempla un escenario con pérdida de playas en Bizkaia y Gipuzkoa para 2100

Los diversos escenarios previstos ante el cambio climático obligan a adaptar la actuación humana sobre la costa, incluyendo pueblos y ciudades, al aumento del nivel del mar. La actualización del Plan Territorial Sectorial (PTS) del Litoral de la CAV recoge proyecciones preocupantes.

La ría del Ibaizabal a la altura de Zorrotzaurre, en Bilbo. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)
La ría del Ibaizabal a la altura de Zorrotzaurre, en Bilbo. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

El Gobierno de Lakua está presentado esta semana el avance de la revisión y adaptación del Plan Territorial Sectorial de Protección y Ordenación del Litoral a los ayuntamientos y las diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia.

El PTS del Litoral, abierto ahora a exposición pública, es el documento marco en el que trabaja el Ejecutivo autonómico para establecer cómo adaptar las ciudades ante el cambio climático y ante las previsiones de incremento del nivel del mar.

Influye en 63 municipios que suponen el 15,4% de la superficie de la CAV y el 58% de su población, 1.293.000 habitantes. En esta franja se encuentran el 48,6% de las viviendas y dos de cada cinco actividades económicas. 

La costa afectada abarca desde la bahía de Txingudi, al este, hasta la punta de Kobaron, al oeste, con un total de 275,5 kilómetros, de los que el 81% son zonas rocosas o acantilados, el 1% rías o estuarios, el 8% playas y el 10% restante infraestructuras (sobre todo puertos).

El PTS incluye también a aquellos municipios a los que llegan las mareas, cuyos efectos pueden prolongarse hasta puntos como el centro de Bilbo o Astigarraga por los cauces fluviales y estuarios.

 

Los puertos, en la imagen el de Hondarribia, también se verán afectados por el impacto del cambio climático. (Juan Carlos RUIZ / FOKU)

Dos horizontes: 2045 y 2100

El estudio comprende una franja de tierra de 500 metros desde la línea de afección de las mareas y, aguas adentro, una zona marítima hasta una profundidad de 50 metros. En él se analizan los riesgos derivados del cambio climático y las medidas a adoptar en el litoral a través de mapas en los que se muestran los impactos en los diferentes escenarios.

El litoral se enfrenta a la pérdida de superficie de playas, dunas y marismas por la subida del nivel del mar, el principal riesgo del cambio climático en este hábitat, así como al incremento de las probabilidades de inundación en zonas urbanas o urbanizables, a lo que se suma el incremento de la temperatura en 3,1 grados para 2100 o el aumento de la intensidad de la lluvia un 10-15%.

El avance de la revisión y adaptación del PTS del Litoral toma como referencia dos años, 2045 y 2100, con una hipótesis para el primero en la que el nivel del mar se incrementará en 17 centímetros.

Para 2100 se esbozan dos escenarios: uno de emisiones de gases de efecto invernadero en el que se adopten las medidas recogidas en los Acuerdos de París para mitigar el cambio climático, que supondría un incremento del nivel del mar de 53 centímetros, y otro en el que se mantiene inalterable la tendencia actual, sin medidas paliativas, lo que conllevaría un aumento de 80 centímetros.

Es este último escenario de 2100, el que marca la tendencia actual, el que se toma como referencia para elaborar el PTS.

Las mareas vivan pasarán de 2,69 metros a 3,49

El documento recoge que las mareas vivas astronómicas –que no tienen en cuenta las condiciones meteorológicas– son de 2,69 metros en la actualidad, un máximo que se alcanza cada 18-19 años. En 2100, atendiendo al escenario más extremo, alcanzarían los 3,49 metros.

Las pleamares meteorológicas, que se suman a las mareas astronómicas y son influidas por el viento y los temporales, alcanzan hoy en día 2,91 metros y en 2100 subirían a 3,71 metros. Además, en el peor escenario, la frecuencia en la que se llegará a ese nivel máximo será muy superior a la que se produce en la actualidad.

Por este motivo, el avance del PTS establece que los nuevos desarrollos residenciales o industriales se sitúen en zonas no inundables teniendo como referencia el peor escenario de 2100. También indica que las actuaciones de regeneración urbana en la ciudad consolidada se realicen por encima de la cota inundable por la máxima marea.

El litoral de Bakio será uno de los que verán agravarse la situación, según las previsiones del avance del PTS. (Luis JAUREGIALTZO | FOKU)

En cuanto a las posibles soluciones, aboga por impulsar los drenajes sostenibles (cubiertas verdes, jardines de agua, pavimentos porosos, etc.), y los sistemas de bombeo y de protección ante inundaciones, como compuertas o muros que incrementen su altura para dar cobertura al aumento del nivel del mar.

Asimismo, el documento insiste en el mantenimiento natural del litoral, impidiendo o limitando el desarrollo urbano en algunas zonas y permitiendo la recuperación ambiental de otras.

Localizaciones concretas en las que actuar

El plan recoge la situación actual de muchos núcleos urbanos, en los que la subida del nivel del mar ya produce inundaciones, para los que se plantea su gestión mediante sistemas de bombeo que mitiguen los efectos del fenómeno.

Los mapas reflejan el agravamiento que se dará con el cambio climático en lugares como el Bilbao Metropolitano –en las áreas de Getxo, Erandio, Trapagaran, Bakio y Bilbo–, Zarautz, Hondarribia o Irun.

En cuanto al oleaje, un fenómeno que se añade a los dos tipos de mareas, la probabilidad  de superar la cota de inundabilidad está situada ahora en 15 días al año (4%), que aumentarán a 33 en 2045 y que se estima puedan llegar a 197 días (54%) en el peor escenario de 2100.

Hoy en día están expuestos al impacto por ola 19,5 kilómetros de costa y en el escenario más extremo de 2100 serían 23,18 kilómetros, un incremento del 18,7%, algo especialmente acusado en Donostia (Ondarreta y Zurriola) y Urola Kosta (Zarautz y Zumaia).

La playa de la Zurriola en marea alta, el 19 de agosto de 2020. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Atendiendo a esos futuros escenarios, el avance del PTS del Litoral indica que, de las 143 hectáreas de playas de Bizkaia y Gipuzkoa, hoy en día 64,8 son inundables por las mareas; en 2045 se inundarán 69,6; y en 2100, en el peor escenario posible, se inundarían 91,4 hectáreas, con un mayor impacto en playas como las de Hondarribia y Ondarreta, y con la desaparición de algunas.

La superficie de playa seca, es decir la que no se inunda nunca, pasará de las 78 hectáreas actuales a 51,6, una pérdida del 34% que en el caso de La Concha, Zumaia, Lekeitio, Ea o Aia es superior al 70%.

Urola Kosta es una de las comarcas más castigadas por su problemática de inundabilidad en zonas residenciales y con actividades económicas en los municipios de Orio y, especialmente, Zumaia.

Asimismo, el PTS del Litoral se fija en los efectos sobre las dunas y marismas, especialmente sensibles al cambio climático. El pronóstico es que de las 315 hectáreas de marismas, tan solo quedarán el 25% de las actuales en 2100 atendiendo al peor escenario posible. Destacan las afecciones a las de Urdaibai, Butroe, Orio y Txingudi.

Un proceso participativo que se extenderá hasta 2023

Con los encuentros organizados esta semana por el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes se abre el proceso de exposición pública del PTS del Litoral, que se prolongará hasta final de año. Su aprobación inicial está prevista para verano de 2022 y la definitiva para verano de 2023.

Durante este periodo, la Viceconsejería de Planificación Territorial y Agenda Urbana recabará las alegaciones de las instituciones y también de asociaciones territoriales, ONG, y otras entidades y organismos interesados y afectados.

El trabajo que se realiza ahora supone actualizar el PTS del Litoral en vigor, de 2007, para adaptarlo a nuevas normas y visiones, como las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) aprobadas en 2019.

Al incorporar la variable del cambio climático por primera vez, su objetivo es anticipar los riesgos y cumplir con la Agenda Urbana Bultzatu 2050 que, en desarrollo de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, «apuesta por ciudades habitables, más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles», tal como ha indicado el Departamento de Planificación Territorial.