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París

La factura energética de los hogares puede dispararse en Ipar Euskal Herria este verano

Mientras los gobiernos estatales se muestran impotentes ante los incrementos de los precios de materias primas como el gas, las facturas energéticas que pagan los hogares tienden al alza. En Ipar Euskal Herria este escenario puede agravarse en los próximos meses.

Manifestantes rechazando el «proyecto Hércules» del Gobierno francés, que tiene como objetivo la reestructuración del grupo energético Engie, el pasado 21 de junio en París. (Stephane DE SAKUTIN | AFP)
Manifestantes rechazando el «proyecto Hércules» del Gobierno francés, que tiene como objetivo la reestructuración del grupo energético Engie, el pasado 21 de junio en París. (Stephane DE SAKUTIN | AFP)

El incremento del 10% de la tarifa regulada del gas en el mes de julio ha dado la alerta en el mercado de electricidad, ya que la factura energética de los hogares del Estado francés corre el riesgo de dispararse en los próximos meses.

La tarifa regulada de venta (TRV) del gas natural que suministra Engie aumentará «un 9,96% al margen de impuestos el 1 de julio de 2021», ha anunciado este viernes la Comisión de Regulación de la Energía (CRE).

«Este fuerte aumento se debe principalmente (un 7,8%) a la subida de los precios del gas en el mercado mundial ligada a la recuperación económica», explica el organismo regulador.

Esta es la misma causa de fondo que está provocando fuertes tensiones en el mercado eléctrico del Estado español, que han llevado al Gobierno de Pedro Sánchez a aplicar una reducción temporal del IVA al consumo que se notará en los hogares de Hego Euskal Herria a partir de este sábado.

La tarifa del gas infla las demás

La CRE ha detallado las razones de este aumento del precio del gas en los mercados: la recuperación económica que está impulsando la demanda, los bajos niveles de existencias de gas, las operaciones de mantenimiento en el mar del Norte, el aumento del consumo de gas para la producción de electricidad, etc.

El otro factor importante es el alza del coste de los certificados de ahorro de energía (CEE), un dispositivo que obliga a las compañías proveedoras a financiar esa estrategia.

No obstante, conviene recordar que este fuerte aumento de los precios regulados del gas, que debería desaparecer en 2023 y que ahora afecta a un tercio de los abonados, sigue a un período de descenso durante la crisis provocada por la pandemia. Así, tomando como referencia el 1 de enero de 2019, los precios solo han aumentado un 1,1%, según destaca la CRE.

Pero tampoco hay que perder de vista que la evolución de las tarifas del gas, que se anuncian mensualmente, crean una importante volatilidad para los consumidores.

«Te enteras de cuáles van a ser las nuevas tarifas apenas diez días antes del próximo mes y esto hace que sea casi imposible que tengas previsibilidad presupuestaria en esta partida de gasto que es relativamente importante», ha señalado a AFP Antoine Autier, responsable del departamento de Estudios de UFC-Que Choisir, una oficina de información al consumidor.

Por su parte, el Gobierno francés, que destaca la ayuda a las rentas más modestas a través del cheque energético, comenta que no ha podido suavizar el impacto de este aumento de precios registrado durante los últimos meses.

«Contrariamente a lo sucedido en años anteriores, las previsiones de precios de los actores del mercado no permiten, en este momento, que aparezcan reducciones significativas para los próximos meses: la situación no se presta, por tanto, a establecer una suavización de precios en julio de 2021», ha señalado el Ministerio de la Transición Ecológica.

Explosión de precios

La UFC también subrayó recientemente el incremento en cerca de un 50% en diez años de la tarifa regulada de venta de electricidad, que afecta a la gran mayoría de los consumidores.

Y es muy probable que este aumento no haya alcanzado su cima. El regulador ya anunció un aumento en la futura tarifa por el uso de las redes eléctricas, uno de los componentes de la factura, para financiar inversiones en la red de transporte (gestionada por RTE) y de distribución (Enedis).

Así, en diciembre la CRE calculó «incrementos de precios medios del 1,57% anual para RTE y del 1,39% anual para Enedis, es decir, un incremento de unos 15 euros en la factura anual de un particular en el ‘horizonte 2024’».

Habitualmente, estas subidas ligadas a la red son repercutidas en la factura a fecha de 1 de agosto cada año. La CRE anuncia igualmente un cambio de tarifa para el 1 de febrero, que en este caso reflejará la evolución de los precios de la electricidad en los mercados.

Son muchos los analistas que esperan un aumento en febrero. «Lo que es casi seguro es que será muy importante», ha comentado Frank Roubanovitch, presidente del Comité de Enlace para Empresas Consumidoras de Electricidad (CLEEE).

«Los precios de mercado están explotando en estos momentos, ya que en unos meses hemos pasado de 40 euros (MWh) a 72 euros», ha destacado. Estos datos reflejan la evolución del precio del carbono y de ciertas materias primas como el gas.

Además, «hay una exposición cada vez más importante de los proveedores alternativos a los precios de mercado más que al nuclear, lo que conduce a incrementos cuasiestructurales», lamenta Autier.

De hecho, los competidores de EDF tienen acceso a la electricidad nuclear producida por el suministrador histórico a un precio fijo y bastante barato (42 euros por MWh).

Pero este mecanismo está limitado y representa menos del 30% de la producción de EDF. Un aumento de este techo «reduciría los precios mecánicamente», plantea Autier.