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Trabajadoras de las residencias de Bizkaia exigen la renovación del convenio

Una concentración frente a la Diputación de Bizkaia ha exigido este viernes la renovación del convenio de las trabajadoras de las residencias vizcainas y la publificación del servicio. De esta manera, se ha dado inicio a una agenda de movilizaciones para los próximos meses, como ha advertido ELA.

Concentración de las trabajadoras de las residencias frente a la Diputación de Bizkaia. (ELA)
Concentración de las trabajadoras de las residencias frente a la Diputación de Bizkaia. (ELA)

Trabajadoras de las residencias de Bizkaia se han concentrado este viernes frente a la Diputación vizcaina en defensa del empleo en el sector y la renovación del convenio, así como de «la publificación» del servicio y de «un cambio» en el modelo de cuidados. De este modo, han dado inicio a «una agenda de movilizaciones» que tienen previsto mantener durante los próximos meses, según ha advertido ELA.

El sindicato ha explicado que el pasado 17 de mayo se celebró la sexta mesa de negociación para la renovación del convenio de Residencias de Bizkaia, «un convenio precedido de una huelga liderada por las trabajadoras de ELA que duró 378 días y que, además de mejoras en las condiciones laborales, destapó las graves carencias del actual modelo de los cuidados».

Según ha denunciado, en las seis mesas celebradas hasta ahora, «la misma patronal que aplaudía ‘cara al público’ la gran labor que vienen realizando las mujeres que han estado y están en primera línea de batalla durante la grave crisis provocada por el covid-19, ahora, «puertas hacia dentro», plantea recortes en los contenidos del convenio y amenazan con despidos en los centros de trabajo».

A juicio de ELA, «la actitud autoritaria de la patronal evidencia que ven a las trabajadoras del sector como un problema para ellos y sus beneficios».

Asimismo, ha criticado la postura de la Diputación de Bizkaia, ya que es la «responsable del servicio» y, sin embargo, «lejos de mostrar preocupación e interés alguno sobre el nulo avance en las negociaciones del convenio, juega al ocultismo y da prioridad social a la inversión en un nuevo Guggenheim».