La decisión de retirar los cargos contra dos veteranos del Ejército británico, que ha provocado gran enfado entre el entorno de sus víctimas, ha sido adoptada por Servicio de Acusación Pública del norte de Irlanda (PPS, Fiscalía).
Este anuncio se ha realizado tras un nuevo análisis de las pruebas existentes, después de que una corte de Belfast absolviera el pasado mes de mayo a otros dos veteranos –‘soldado A’ y ‘soldado C’– acusados de la muerte de Joe McCann, miembro del IRA en 1972.
«Reconozco que estas decisiones aumentan el dolor de las familias de las víctimas de las víctimas, que han buscado incansablemente la justicia durante casi 50 años y han sufrido muchos contratiempos», ha declarado el director de la Fiscalía, Stephen Herron.
El propio Herron, que fue quien tomó en marzo de 2019 la decisión de procesar al ‘soldado F’, se ha reunido con las familias de las víctimas para darles cuenta de su decisión y explicarles que no continuará adelante con el caso porque no ve perspectivas razonables de lograr una condena.
En concreto, este militar afrontaba cargos por la muerte de dos personas, James Wray y William McKinney, y por el «intento de asesinato» de otras cuatro: Joseph Friel, Michael Quinn, Joe Mahon y Patrick O'Donnell. Todo esto en el marco del Bloody Sunday.
En total, 14 personas murieron por los disparos del Ejército británico el 30 de enero de 1972 en Derry, durante una manifestación por los derechos civiles en la que la actuación de los uniformados ha sido calificada de «injustificada e injustificable», según determinó en 2010 una investigación oficial, llamada ‘Informe Saville’, en la cual se prohibió revelar las identidades de los militares, que pasaron a ser identificados con letras.
Al otro uniformado, ‘soldado B’, se le acusaba de matar a Daniel Hegarty, quien recibió dos disparos en la cabeza en julio de 1972, cuando solo tenía 15 años.
Tras conocerse el anuncio de la Fiscalía, Mickey McKinney, hermano de William, ha cargado con dureza contra la decisión y ha asegurado que las familias de las víctimas del Bloody Sunday seguirán buscando justicia. «La cuestión está lejos de estar cerrada», ha subrayado.
En la misma línea, representantes legales de las familias han manifestado su desacuerdo con la decisión y han avanzado que tratarán de impugnarla.