Teniendo en cuenta que ya existen otros tres anteriores sobre el iconoclasta músico, que yo sepa, este cuarto me parece indicado para completistas.

Es el más oficial de todos, debido a que su realizador Alex Winter ha contado con total acceso al material conservado en su casa de Laurel Canyon, así como con la colaboración de su viuda Gail y del resto de la familia al completo, por no hablar de toda su troupe musical y de otros artistas a los que ha influido en gran medida.

Se echa de menos en la película su faceta como instrumentista fuera de serie, ya que dominaba la guitarra como muy pocos. Este aspecto ha sido omitido en favor de su reivindicación como compositor, al ser presentado formando parte del selecto club de los mayores creadores musicales de la segunda mitad del pasado siglo, un genio contemporáneo cada vez más volcado en sus partituras orquestales.

A la vez se hace hincapié en su lucha por la libertad de expresión, en cuanto mayor defensor en los EEUU de las letras explícitas. Junto con la censura aparece como su otro gran enemigo, la industria discográfica, a cuenta del episodio histórico de su sonada ruptura con Warner. Zappa era de los que no se callaban.