Antes del amanecer el Malecón de La Habana ya comenzaba a llenarse con miles de personas para participar este sábado en el acto de apoyo a la Revolución después de una semana con incidentes en las calles y una campaña de acusaciones desde el exterior.

Horas más tarde, y ya frente a decenas de miles de personas, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha denunciado las mentiras en torno a los disturbios en la isla.

«Lo que el mundo está viendo desde Cuba es una mentira», ha afirmado, denunciando la difusión de imágenes falsas en las redes sociales donde se «alienta y glorifica la indignación y destrucción de la propiedad».

Hay un «odio desbordante en las redes sociales», ha insistido. El Gobierno cubano ha denunciado durante la última semana la campaña digital preparada semanas antes de las protestas y financiada y amparada desde Florida. El canciller, Bruno Rodríguez, ha detallado el flujo de datos que alentó esta campaña y que no ha sido controlado por las empresas que controlan las redes sociales ni desmentido por Washington.

En el mismo sentido, Díaz-Canel ha indicado que «los dueños de esas redes, los dueños de sus algoritmos, han abierto al odio sin el más mínimo control ético las puertas de sus poderosas plataformas».

En Cuba, «no se trata de un Gobierno que reprime a su pueblo», ha continuado Díaz-Canel, insistiendo en la idea de que no se ha tratado de un «estallido social».

Pero «ninguna mentira se ha cometido por casualidad o error, es todo el frío cálculo de un manual de guerra poco convencional», ha añadido el presidente cubano.

Finalmente, ha recordado los avances que, pese al bloqueo y los intentos de desestabilización, está dando Cuba contra la pandemia, recordando las primeras dos vacunas latinoamericanas, Abdala y Soberana 02, y la efectividad «del 100% de Abdala en los casos graves»,

Según Granma, unas 100.000 personas han participado en este acto en el que junto a Díaz-Canel ha estado presente el expresidente Raúl Castro, de 90 años, así como otros líderes del Partido Comunista de Cuba.

«Pa' lo que sea Canel, pa' lo que sea», «Yo soy Fidel» y «Patria o Muerte», han sido algunos de los lemas coreados. Concentraciones similares se han llevado a cabo en otras ciudades del país como Santiago de Cuba, Bayamo, Camagüey y Santa Clara.

Biden, pendiente de los votos de Florida, se aleja de Obama

Mientras, el Gobierno Estados Unidos de Joe Biden apuesta por dar continuidad a la política de su predecesor, Donald Trump, más que por el deshielo promovido por Barack Obama, del que Biden fue vicepresidente.

Aunque Biden prometió durante la campaña electoral que volvería a la política de acercamiento lanzada por Obama, en los últimos meses ha insinuado que no planea deshacer por completo las medidas con las que Trump endureció el bloqueo económico, cortando los flujos de remesas y de viajes a la isla.

«Hay una serie de cosas que yo consideraría hacer para ayudar al pueblo de Cuba, pero eso requeriría una circunstancia diferente, o una garantía de que el Gobierno no se aprovecharía de ellas», indicó Biden el jueves.

Biden ya ha dejado caer un claro indicio de que sus medidas no serán las de Obama y ha descartado restablecer a corto plazo la posibilidad de enviar remesas desde Estados Unidos a Cuba, restringida desde noviembre pasado, por temor a que el Gobierno cubano pueda «confiscarlas», usando el mismo argumento que utilizó el expresidente republicano.

En la actitud de Biden pesan varias condiciones. En primer lugar, no quiere que cualquier paso ponga en peligro los resultados de su partido en Florida en las elecciones legislativas de noviembre de 2022.

Y además «Biden no es Obama en la política hacia Cuba», aunque fuera su vicepresidente, como confirmó en abril el asesor de Biden para Latinoamérica, Juan González.

González no apoyó la apertura de Obama hacia Cuba y ahora la política hacia la isla está prácticamente en sus manos,