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El abogado de Pablo Ibar denuncia vulneración de derechos constitucionales en la apelación

La conculcación de derechos constitucionales de Pablo Ibar es la base de la apelación presentada por el abogado del preso de origen vasco, condenado a cadena perpetua en Florida. Se solicita la anulación de esta pena y la celebración de un nuevo juicio.

Pablo Ibar, durante una audiencia previa en el condado de Broward, en Fort Lauderdele. (Amy Beth BENNETT/EFE POOL)
Pablo Ibar, durante una audiencia previa en el condado de Broward, en Fort Lauderdele. (Amy Beth BENNETT/EFE POOL)

El proceso de apelación de Pablo Ibar en solicitud de un juicio justo está ya en marcha. El abogado Joe Nascimento, que en esta nueva fase representa al preso de origen vasco, ha interpuesto este lunes en Florida el recurso en el que solicita la anulación de la cadena perpetua que le fue impuesta en 2019 por un jurado, y al mismo tiempo pide la celebración de un nuevo juicio. El letrado estadounidense sustenta su solicitud en las numerosas irregularidades y decisiones de absoluta parcialidad en las que incurrió el juez Dennis Bailey, quien dirigió el último proceso, y al que acusa de vulnerar derechos constitucionales.

En los 117 folios de los que consta el escrito, Joe Nascimento, que formó parte del equipo de juristas que defendió a Pablo Ibar en el juicio anterior, desgrana toda una batería de irregularidades en las que habría incidido el juez Bailey, hoy fuera de la carrera judicial tras no lograr su reelección.

El abogado de Pablo Ibar fundamenta la apelación en trece motivos en los que, por un lado, sostiene que, en determinados momentos del juicio, el tribunal de primera instancia de Broward County «abusó de su discrecionalidad» y, en otros, «cometió graves errores jurídicos».

Nascimento afirma que el tribunal «violó los derechos constitucionales» del acusado a un jurado justo e imparcial, al denegar, entre otras cuestiones, «la moción de la defensa de sacar al jurado de la sala cuando el Estado se refirió de manera inadmisible al derecho constitucional del acusado a guardar silencio, implicando que su silencio era una admisión de culpabilidad, lo cual constituye una clara violación de la Quinta Enmienda de la Constitución».

De igual manera, entiende el letrado que el mismo órgano judicial no actuó de manera imparcial cuando prohibió a la defensa interrogar a testigos clave para los intereses de Ibar, o cuando admitió la declaración sobre una rueda de reconocimiento fotográfica de otro testigo que dijo haberle visto el día de los hechos a bordo del Mercedes de Casimir Sucharski, una de las víctimas.

La defensa señala en este sentido que los procedimientos puestos en práctica por los agentes que investigaron los hechos «fueron innecesariamente sugestivos» y condujeron al testigo «a una probabilidad sustancial de identificación errónea». Añade que la introducción de esta prueba «no fue inocua».

Nascimento considera que el tribunal vulneró el derecho constitucional de Ibar a un proceso con todas las garantías y su derecho a la contradicción al prohibir que la defensa interrogase al especialista del Estado en materia de ADN sobre anteriores casos de contaminaciones cruzadas que se produjeron en el Laboratorio de Criminalística del Sheriff del Condado de Broward. La Fiscalía aportó para este juicio, de manera un tanto sorpresiva, una camiseta que contenía unas minúsculas muestras de ADN de Ibar. La defensa ha venido sosteniendo que dicha muestra en todo caso fue fruto de una contaminación que se produjo en el laboratorio.

Además, en la apelación se critica la «conducta inapropiada» del fiscal Charles Morton, quien en el alegato final negó a Ibar su «derecho constitucional a un juicio justo».

Cree el abogado que, una vez más, el juez abusó de su discrecionalidad cuando desestimó la protesta de Ibar después de que el fiscal finalizase su informe con una «declaración incendiaria». Morton llegó a decir al jurado que «no permitiera que este hombre se salga con la suya; se libre de haber cometido un asesinato».

Traslado a la Fiscalía

Con la apelación ahora presentada se reactiva la maquinaria judicial a través de la cual Ibar pretende demostrar que no tuvo participación alguna en los tres asesinatos que se le imputan y que se cometieron hace veintisiete años en un domicilio de Miramar, localidad próxima a Miami.

A partir de ahora, el texto de la apelación será trasladado a la Fiscalía para que, a su vez, efectúe las alegaciones que estime oportunas. Seguidamente, la defensa dispondrá de un nuevo turno para replicar los argumentos de la acusación. Solo entonces, el Tribunal de Apelaciones examinará los argumentos de las partes y abrirá un proceso de deliberación
antes de emitir su decisión.

Dicha decisión será la de repetir nuevamente el juicio o denegar la petición. Esa resolución, según fuentes de la defensa, podría demorarse un año. En el caso de que la apelación no prosperase, la defensa acudirá al Tribunal Supremo de Florida.