Iberdrola ha provocado la ira de ayuntamientos, grupos ciudadanos e, incluso, de representantes políticos del PP al dedicarse a ‘enturbinar’ a toda máquina las aguas que, hasta principios de junio, estaban embalsadas en el pantano del Esla, ubicado cerca de la localidad zamorana de Ricobayo, y en el de Valdecañas, en el municipio cacereño del mismo nombre.
Con estos desembalses, la multinacional vasca ha aumentado durante las últimas semanas su producción de energía a bajo coste, como es la hidroeléctrica, al mismo tiempo que el precio máximo de la luz marca récords en el mercado mayorista casi a diario.
Lo ha hecho en plena canícula, la temporada en la que más aprieta el calor en esta zona de la Península, donde el riesgo de entrar en una fase de sequía siempre está latente y, por eso, ver cómo el nivel del agua se hunde incrementa la preocupación entre los habitantes de la zona. Además, también se ha visto afectado el tirón turístico de estos lugares, en los que las playas presentan un panorama desolador y los chiringuitos no pueden hacer su verano.
Alcaldes de Zamora se unen contra Iberdrola
En la comarca zamorana de los arribes del Esla, una veintena de ayuntamientos han suscrito un manifiesto en el que exigen a Iberdrola el «llenado» del embalse de Ricobayo tras el «brutal» vaciado que ha llevado a cabo.
La actividad de la compañía eléctrica ha hecho que el volumen del agua embalsada haya pasado del 95% de su capacidad a tan solo el 13% en menos de tres meses. Y esto ha provocado problemas de abastecimiento de agua en cuatro municipios. El Club de Vela Esla es otro de los firmantes del documento, ya que alega pérdidas económicas ante la imposibilidad de organizar actividades náuticas.
Los firmantes del manifiesto, que se reunieron el pasado 31 de julio en el salón de plenos de la Diputación de Zamora, también han exigido explicaciones a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que es el organismo público que regula el embalse de Ricobayo.
El alcalde de San Cebrián de Castro, Javier Aguado, que es presidente de la Asociación Nacional de Embalses, indicó que están pensando en constituir una asociación para luchar contra Iberdrola por este tipo de actuaciones.
A estas denuncias se ha sumado la del vicepresidente segundo de la Diputación de Zamora y delegado de Turismo y Promoción del Territorio, Jesús María Prada (PP), quien ha remitido una carta al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en la que se lamentaba de que la eléctrica «no tiene ningún apego al territorio que le sirve para generar parte de sus riquezas».
«Nunca Iberdrola se había comportado de una manera tan sectaria y usurera, vaciando embalses para llenar sus cuentas», comenta Prada en su misiva. «El desembalse del agua de manera indiscriminada es algo que sus accionistas entenderán e incluso aplaudirán –añade–, pero la provincia de Zamora no es accionista de su empresa, tan solo es una víctima que ha visto cómo las empresas que la inundaron han ido evolucionando en grandes multinacionales sin ningún apego al territorio».
Compromiso para no rebajar más el nivel
Tras la indignación social creada por el eco que el asunto ha tenido en los medios, la Confederación Hidrográfica del Duero ha informado este jueves de que ha logrado que Iberdrola se comprometa a no reducir más la cota de agua del embalse de Ricobayo, que se sitúa en el 11% de su capacidad, con unos 130 hectómetros cúbicos de agua almacenada de un máximo posible de 1.145.
La CHD, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, ha señalado que ese compromiso va más allá de las obligaciones legales de la compañía eléctrica.
Ha reconocido que la bajada «significativa» del volumen de agua embalsada ha impedido el desarrollo de actividades recreativas de baño y navegación en ese pantano, pero ha precisado que esos usos no están contemplados en las normas de explotación del embalse.
Además, la CHD ha puesto de relieve que se ha encargado de vigilar en todo momento el cumplimiento de los términos de la concesión de Ricobayo por parte de Iberdrola.
«Ni los más viejos del lugar...»
«Ni los más viejos de lugar han conocido el embalse tan bajo». Contudente descripción de Marcos Pascasio, alcalde de Belvis de Monroy, sobre la situación en el pantano de Valdecañas, ubicado en la cuenca del Tajo. Y es que Iberdrola ha dejado el nivel en la cota mínima permitida, 290, a partir de la cual no puede seguir enturbinando para producir electricidad.
En una carta enviada a un medio local, Pascasio indicaba que «debido a la gran negligencia y al interés de Iberdrola en la producción energética más barata como es la hidráulica, tres pueblos […] nos hemos quedado sin suministro de agua». A fecha de hoy, 11 de agosto, el embalse de Valdecañas está al 21,65% de su capacidad, según datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), 20 puntos menos que hace un año.
Pero el suministro de agua potable a este pueblo extremeño se vio afectado porque una parte del sistema de bombeo quedó al aire. El problema se arregló sin demora, pero ha sido un aviso para navegantes. «Esto lo pudimos arreglar en 24 horas, pero imagínate que nos quedamos sin agua en verano durante varios días. Deberían avisarnos antes; no se puede jugar así con un bien primario y con las personas», resaltaba el alcalde.
Desde Iberdrola mantienen que la reducción de las reservas de agua disponibles en los pantanos cacereños que gestiona tiene un «carácter coyuntural» y que se recuperarán en época de lluvias.