El bloque opositor de centroizquierda, encabezado por el Partido Laborista, ha obtenido un triunfo claro en las elecciones legislativas noruegas de este lunes, cuando se lleva escrutado el 76 % de los votos.

El bloque de centroizquierda logra el 55,9% de los votos, frente al 40,4% de la derecha de la primera ministra conservadora, Erna Solberg, que perdería el Gobierno después de ocho años en el poder.

De confirmarse este resultado, el laborista Jonas Gahr Støre podría sumar 88 escaños, tres más que la mayoría absoluta, con sus aliados centristas y socialistas, por lo que no dependería de los votos de Rojo –que agrupa a varias formaciones socialistas y comunistas– y los ecologistas.

El Partido Laborista, el más votado desde 1924, gana los comicios con el 26%, 1,4 puntos menos que en 2017 y su peor resultado en ocho décadas, con 48 escaños, unos menos, pero volvería al poder.

El Partido Conservador mantiene la segunda plaza con el 20,5%, 4,5 puntos menos, y perdería ocho escaños para quedarse en 37.

El Partido Centrista subiría a la tercera plaza con el 14,1% y ganaría nueve escaños para sumar 28.

El xenófobo Partido del Progreso, aliado de Solberg, bajaría a la cuarta posición con el 11,8%, tres puntos menos, con 20 diputados, siete menos.

La Izquierda Socialista mejoraría casi un punto y medio hasta el 7,4%, con trece escaños, dos más.

Rojo doblaría su resultado para obtener el 4,6% y ocho escaños, siete más.

Los liberales y los cristianodemócratas, del bloque de derecha, se quedarían ligeramente por encima de la barrera mínima del 4 %, pero perderían entre los dos seis escaños.

Los Verdes obtendrían el 3,8%, aunque lograrían tres diputados por su buen resultado en algunos distritos.

El petróleo y el bienestar, en el centro de la campaña

La campaña ha estado dominada por temas medioambientales, el futuro del sector petrolero en el principal exportador de Europa occidental, la sanidad, la educación y otros asuntos clásicos vinculados al Estado de bienestar.

Støre dirigió su campaña a la «gente común» y contra las desigualdades a pesar der de ser un millonario con una fortuna superior a los 14 millones de euros, según la revista “Kapital”.

Con su victoria, podrá liderar un Gobierno desde una cómoda posición que puede evitar a los partidos más transformadores.

De hecho, los ecologistas habían condicionado su apoyo al fin inmediato de la exploración petrolera y al cese de la explotación para 2035 para limitar el calentamiento global, demanda rechazada por Støre. El sector petrolero representa el 14% del PIB de Noruega y le ha permitido amasar el mayor fondo soberano del mundo con más de 1,16 billones de euros.