Osasuna sigue imparable fuera de casa, hasta el punto de igualar por segunda vez en su historia tres triunfos seguidos a domicilio en Primera. Además, la escuadra navarra lo ha materializado en un estadio poco propicio, donde no ganaba desde 2006.

El partido ha sido todo un carrusel de emociones, con una gran producción ofensiva por ambos bandos durante la primera mitad, en la que las defensas se han visto claramente superadas por los ataques, y un segundo periodo en el que los técnicos han metido mano para mejorar la posición de sus equipos y no permitir tantas alegrías arriba.

Tanto Osasuna como Mallorca han coincidido también en una auténtica revolución de sus onces, variando ambos conjuntos a más de la mitad de sus componentes respecto a las dos derrotas que habían cosechado frente a Betis y Real Madrid, respectivamente.

Quizás precisamente por eso, por ser futbolistas con la obligación de agradar a sus técnicos para ganarse la titularidad, las llegadas a las dos áreas han sido una tónica constante desde el pitido inicial, siendo solo cuestión de tiempo que ello se transformase en goles.

Apenas nueve minutos ha costado que los rojillos se pusiesen por delante en el electrónico. Cote, que ha vivido una semana muy especial al ser padre el pasado martes, no ha querido desperdiciar la oportunidad que le ha brindado Arrasate y se ha sacado un misil para dedicárselo al nuevo miembro de su familia. Exactamente dos años –otro 26 de septiembre, pero de 2019– hacía que no marcaba el lateral asturiano.

No les ha durado mucho la alegría a los visitantes quienes, casi a renglón seguido, han encajado el empate a balón parado, con un Dani Rodríguez muy solo a la salida de un corner para cabecear sin oposición en el área pequeña. Ese ha sido uno de los problemas navarros en la primera mitad, lo fácil que ha permitido que el Mallorca manejase el esférico en las zonas más peligrosas.

Triple ocasión de Oier

El 1-1 no ha hecho sino espolear a los dos contendientes en su afán por noquear al rival con una segunda diana. Kang In Lee ha estado a punto de conseguirlo de falta directa, pero todavía han estado más cerca Moncayola, con un gran tiro que ha exigido la estirada del debutante Greif y, sobre todo, una triple oportunidad de Oier en diez minutos, especialmente la última, que la ha mandado por encima del travesaño casi en línea de gol.

De poder dejar casi sentenciado el encuentro, Osasuna ha decidido complicarse la vida en los cuatro minutos que ha durado el descuento de la primera parte. Amath ha avisado con una conducción en velocidad, solo frenada por Herrera, el portero burgalés ha tenido que taponar poco después un remate a bocajarro de Dani Rodríguez y, a renglón seguido, también se ha visto obligado a contorsionarse para despejar a corner un chutazo de Kang In Lee.

Tres intervenciones meritorias que, sin embargo, no han sido suficientes para poner en alerta a sus compañeros, quienes han permitido otro cuero suelto en el área –Cote ha roto el fuera de juego– que solo ha tenido que empujar Fer Niño a las redes ante la desesperación de Herrera.

El segundo periodo ha sido mucho más comedido. Las alegrías ofensivas han dado paso a un juego mucho más controlado, con mayor centrocampismo, como a priori parecía preverse a tenor de la composición de los onces, con muchos futbolistas que suelen manejarse por la medular.

Cote lo ha vuelto a intentar en el 52 con un chut casi calcaldo al del 0-1, pero esta vez Greif ha estado mucho más atento, aunque poco ha podido hacer seis minutos después, cuando Iñigo Pérez se ha sacado una falta directa de esas que dicen que quitan las telarañas de la escuadra.

El cansancio y la intensa semana han comenzado a pasar factura. Fer Niño y Aridane se han tenido que marchar con sendas lesiones musculares y ambos entrenadores se han visto obligados a mover el banquillo, aunque los movimientos han sentado mejor a Osasuna, que ha vuelto a ser más incisivo en el tramo final.

Un avispado Javi Martínez anota el gol definitivo

Uno de los incorporados, Nacho Vidal, ha avisado en el 85 con un testarazo cruzado que se ha marchado fuera por muy poco, pero tres minutos después, un avispado Javi Martínez se ha colocado en el sitio adecuado para empujar con un toque exterior de calidad una asistencia de Manu Sánchez, otro de los recambios.

A partir de ahí, se ha tocado a rebato, con un Mallorca volcado a la desesperada y que ha estado muy cerca de igualar el choque. Unai García, que también ha salido desde banquillo para sustituir a Aridane, se ha empleado tan a fondo en el 92 a la hora de despejar uno de los muchos balones que ha bombeado el Mallorca sobre el área rojilla que el trencilla ha considerado excesivo el uso de su brazo al golpear la cabeza de Jaume Costa. Penalti y tarjeta amarilla.

Osasuna se veía en la tesitura de volver a colocarse por debajo en el electrónico, con Dani Rodríguez ya dispuesto a lanzar la pena máxima, pero el pinganillo ha alertado al árbitro que desde el VAR se había detectado un fuera de juego previo de los locales.

Superado ese momento de pánico, los de Arrasate han sabido gestionar con más o menos criterio los 12 minutos que el colegiado ha dado de añadido y en los que los anfitriones ya no han dispuesto de más ocasiones claras con las que equilibrar la balanza.

La escuadra navarra sigue compensando fuera lo que pierde en casa y ya se sitúa con 11 puntos en tan solo siete jornadas disputadas, lo que permite estar en la zona noble de la tabla y no verse apurada de cara a la próxima visita del Rayo Vallecano a El Sadar.

Arrasate: «Ganar tres de tres fuera de casa tiene mucho valor»

El preparador osasunista, Jagoba Arrasate, le dio el valor que se merece a las tres victorias consecutivas foráneas en Primera, algo solo logrado en la histórica temporada 2005-06. «Ganar tres de tres como visitantes tiene mucho valor, pero también queremos una victoria en casa porque nuestra afición lo merece», ha apuntado.

El de Berriatua ha reconocido que le ha supuesto «una alegría inmensa» el hecho de haber ganado «con un gol sobre la bocina» y ha analizado el choque como «un partido de ida y vuelta, bonito para el espectador, hasta que se impusieron las defensas».

Ese primer tiempo en el que han primado los ataques obliga trabajar más de manera táctica entre semana. «Evidentemente tenemos cosas que corregir», ha admitido un Arrasate que ha visto a los suyos «mejores» durante ese periodo, pero en el que el Mallorca «ha tenido tres ocasiones en los últimos minutos».

Así, ha afirmado que «lo teníamos peor hasta que ha llegado la acción de Iñigo –en referencia a la falta transformada por el iruindarra–, que nos dio mucha tranquilidad y creo que al Mallorca le ha entrado la frustración».