Iker Fidalgo
Crítico de arte

Memoria y legado

El arte contemporáneo es capaz de abrir muchos caminos. Una obra puede emocionarnos, conectarnos con nuevas miradas, enseñarnos otras formas de vida o acogernos en un mundo propio. Puede ser además un espacio que sirva para la reivindicación y la puesta en común de problemas sociales y políticos, pues el arte tiene en su raíz una capacidad transformadora de las emociones. Actúa en ocasiones como un foco. Una manera de iluminar los caminos de todo aquello que parece invisible. Dando voz a lo que sucede en los márgenes y que está condenado a permanecer oculto tras la pirotécnica de la hegemonía cultural de los sistemas dominantes. A veces puede incluso rescatar esas memorias condenadas a un olvido sepulcral. Voces acalladas que la creación artística dota del protagonismo que se merecen, pues sería ridículo pensar que el mundo es solo lo que creemos ver o conocer sin prestar atención a lo que no nos es familiar.

Por todo esto y por mucho más, la cultura en general y el arte en particular es un espacio de conflicto. Un lugar en el que se encuentran las diferentes resistencias para evitar caer en una pátina de esterilidad ideológica. Porque existen historias de luchas y de silencios forzados que debemos conocer. Por un lado para entender los cimientos que soportan nuestro mundo y por otro, para prestar atención a todas las grietas que serían capaces de destruir aquellas estructuras tan aparentemente sólidas que no nos dejan ver el futuro.

El pasado junio, la sala Kutxa Kultur Artegunea, en Tabakalera de Donostia, inauguró la exposición ‘Imágenes secuenciadas. Fotógrafas argentinas 1930-1990’. La muestra que entra ahora en su recta final, pues cierra sus puertas el 12 de octubre, nos permite acercarnos a un legado pocas veces accesible cuya forma expositiva ha sido coordinada bajo la batuta comisarial de Tamara García y María Laura Rosa. La exposición propone un recorrido que si bien es cronológico no es necesariamente histórico sino que los nombres de las propias autoras adquieren una línea protagonista en el recorrido. Los 60 años de marco temporal que marca el título dan para identificar dos generaciones de autoras cuya historia personal ha marcado el devenir de su trayectoria artística. En la primera etapa se da una renuncia a unos modelos femeninos anclados en la tradición doméstica en la que las opciones de crecimiento personal están siempre ligados al servilismo familiar. En la segunda, marcada sobre todo por la convulsa vida política argentina y última dictadura militar, se vislumbran nuevas maneras de militancia política, organización social y conciencia feminista. Las luchas se dan también en los relatos y sus testimonios nos ayudan a entender su situación como parte de nuevas resistencias.

La exposición está dividida en cinco bloques temáticos que ayudan a organizar nuestro acercamiento al material. En ‘El yo posible’ la representación de la intimidad de las propias autoras a través del autorretrato, denota la necesidad de narrar el mundo propio. Como un anhelo de reivindicación de lo identitario y de búsqueda de un lugar. ‘Flâneuses’ remite a la relación de las autoras con el reconocimiento de su propio entorno. El mito de la fotografía que capta instantes aterriza en la muestra como reflejo de una cotidianidad basada en la relación con el mundo y en lo que en él acontece. Encontramos piezas de corte documental junto con composiciones diseñadas hasta el último detalle. ‘Otros desnudos’ es un paso al frente. Una reivindicación de la representación de los cuerpos, el deseo y la fortaleza de lo frágil. ‘Secuencias que hubiesen sido’ se detiene en la infancia de aquellas zonas invisibles. Fracasos de cualquier proyecto de sociedad que condena a la desaparición a todo aquél que no haya tenido la suerte de caer en el lugar adecuado. Por último, ‘El oficio de documentar’ se inserta desde la observación en realidades que nos llegan años después como registros cargados de relevancia simbólica para entender el contexto al que remite.

El elenco protagonista de la muestra está formado por Grete Stern, Annemarie Heinrich, Lisl Steiner, Ilse Fusková, Alicia D’Amico, Alicia Sanguinetti, Julie Weisz y Adriana Lestido. Unos nombres que gracias este proyecto seremos capaces de descubrir y reconocer y a los que atribuir todo aquél protagonismo que sin duda se merecen.