Arnaitz Gorriti

Entre Saski Baskonia y Armani Milano, hay que esperar lo mejor, pero también temer lo peor

Con el regreso de Wade Baldwin, el cuadro gasteiztarra gana a su principal referente en el puesto de base y acalla los rumores que lo situaban fuera del equipo. Enfrente está un Armani Milano que llega después de superar por 84-74 a CSKA de Moscú en su estreno en la Euroliga.

El regreso de Baldwin tras su reciente paternidad dota de redursos y alivio a Saski Baskonia. (Jaizki FONTANEDA / FOKU)
El regreso de Baldwin tras su reciente paternidad dota de redursos y alivio a Saski Baskonia. (Jaizki FONTANEDA / FOKU)

«Esperar lo mejor, pero estar preparado para lo peor». Son palabras del Dalai Lama en una entrevista allá por el año 2014, en cuestión sobre la relación de China y el Tibet. Pero en el contexto del partido de Euroliga que Saski Baskonia y Armani Milano van a disputar este viernes a las 20.30 en el Buesa Arena, ¿vale la analogía? Obviamente, no, pero lo cierto es que si por poderío económico se trata, el «Emporio Armani» ha dotado a al Olimpia de Milano de un músculo que ya quisiera Saski Baskonia para sí, más aún durante estos días en los que no consigue cerrar un acuerdo de patrocinio –y eso que no pocas veces se ha anunciado el inminente cierre del sponsor que sustituya a TD Systems, después del incumplimiento por falta de pagos de este último–.

Pero en este caso, la realidad ante la que hay que «esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor», es puramente deportiva. Saski Baskonia llega de encadenar tres derrotas, con el doloroso 75-50 adverso en el estreno de la Euroliga frente a Olympiacos como punto más bajo. Mientras tanto, Armani Milano comenzaba su andadura continental superando en casa al CSKA de Moscú por 84-74, superando un 19-29 adverso. Es decir, sobre el papel, Saski Baskonia lo tiene muy crudo para batir al flamante tercer clasificado de la última Euroliga.

Se mantienen las ausencias de Alec Peters y Sander Raieste, pero de cara a este viernes Wade Baldwin –el cuarto de la saga– estará de regreso después de haber nacido su hijo –Wade Baldwin V–, motivo por el cual el base norteamericano no jugó ante Olympiacos ni ante Manresa.

El doble motivo de alegría –por el nacimiento del bebé y el retorno de su padre– tiene en este caso un motivo adicional de alivio, ya que tras la derrota del domingo corrió desde Gasteiz un bulo –o al menos un rumor que no se ha confirmado– según el cual Baldwin y Saski Baskonia negociaban la rescisión contractual del jugador. El terremoto duraría 24 horas, y aunque no ha habido desmentido del club ni del jugador, los oficiales voceros de Gasteiz han negado rotundamente la inminente salida de Baldwin. Conocer además que el ex de Olympiacos y Bayern de Múnich estará disponible para Dusko Ivanovic alivia, y mucho, la sensible salud del aficionado gasteiztarra.

Corridas y maneras

Más de 12.500 espectadores podrá albergar el Buesa Arena en el duelo de este viernes, una noticia inmejorable después de más de uno año de eco y silencio en las gradas. Ya en la primera jornada de la Euroliga, solo hubo una victoria a domicilio, el 69-70 que de forma agónica consiguió arrancar el Zenit de San Petersburgo frente a Unics Kazan. Palizas como la del Barça al Alba Berlín, la de Olympiacos y demás, volvieron a incidir en la importancia del público para dar empuje a los equipos locales. Saski Baskonia, después de su calamitoso debut, no necesitará menos.

Porque enfrente viene un Ettore Messina que, en su condición de hombre sabio de sangre caliente, viene a por todas. Últimamente, además, el técnico de Catania se marcha de Gasteiz dejando eco por sus palabras.

La más famosa de sus declaraciones fue la famosa «corrida», en aquel cuarto partido de cuartos de final de la Euroliga 2012/13. El siciliano sacó su expresión más mediterránea en el contexto de una sala de prensa muy molesta con el arbitraje; un arbitraje «valiente» en opinión de don Ettore, porque el partido, según dijo, por lo demás había sido una «corrida».

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento –en sala de prensa–, el pasado 26 de marzo, al coach Messina no le hizo ninguna gracia que se le preguntara sobre Pierria Henry. Y es que el hoy jugador de Fenerbahçe lideró el 86-69 final con 19 puntos y 6 asistencias, aunque aquel día Polonara, Dragic y Giedraitis sumaron 14 puntos o más cada uno. Cierto es que a los entrenadores no les hace gracia hablar sobre equipos o jugadores rivales, pero desde luego que Messina se lo tomó casi como una ofensa personal. «¿Qué quieres que diga? ¿Que nos ha roto el culo? Pues sí. ¡Pierria Henry nos ha roto el culo!», espetó un Ettore Messina enojado y de muy malos modos.

El factor Melli

La gran diferencia de este Armani Milano respecto al del año pasado es, ante todo, el regreso de Nicolo Melli. Después de salir como joven promesa a principios de la década pasada y brillar en Bamberg y Fenerbahçe, los últimos años los ha pasado en la NBA, tratando de hacer lucir su clase, aunque sin demasiados minutos.

No obstante, en el estreno ante el CSKA de Moscú Melli demostró que no se le ha olvidado jugar. Aunque Shavon Shields y Sergio Rodríguez fueron los máximos anotadores, con 17 puntos por cabeza, Melli fue el más valorado, gracias a sus 15 tantos, 6 rebotes y, sobre todo, las 9 personales que provocó. La capacidad del ala-pívot italiano de abrir el campo y amenazar igualmente desde el poste bajo como desde el perímetro obliga a que una marca esté siempre pendiente de él, por lo que la famosa defensa de cambios de asignación de Dusko Ivanovic requerirá de la máxima coordinación e intensidad, porque si no, un jugador de la clase de Melli puede hincharse a aprovecharse de los desajustes o cargar de faltas a los jugadores gasteiztarras.

Y por eso, porque Wade Baldwin ha regresado y Armani Milano llega con un equipazo con ganas de ganar en Gasteiz, algo que no consigue desde enero de 2018, hay que esperar lo mejor pero también hay que estar preparado para lo peor.