El Tribunal Constitucional ha ordenado investigar si Guillem Padilla, conocido como «el chico de la sudadera naranja», pudo ser maltratado y torturado durante su detención a manos de la Polícia española durante las protestas contra la sentencia del procés en Barcelona el 18 de octubre de 2019.
⚠️ÚLTIMA HORA⚠️ El Tribunal Constitucional dóna la raó a en Guillem, i ordena la reobertura del cas. Seguim!! pic.twitter.com/40Axjj3ztX
— Guillem Absolució (@GAbsolucio) October 14, 2021
La interlocutoria hecha pública este jueves considera que, durante la investigación judicial, los derechos fundamentales de Padilla no fueron respetados. Además, considera que sus denuncias no fueron investigadas, por lo que ha devuelto el caso al juzgado número 11 de Barcelona para que lo hagan.
Padilla, que en el momento de los hechos tenía 16 años, denunció a ocho agentes de la Policía española dos semanas después de su detención. El joven denunció entonces que los agentes le insultaron y le golpearon en la cabeza mientras estuvo detenido en la comisaría de Via Laietana, en la capital catalana.
«Solo recuerdo golpes, rabia y mucho miedo. Tenía mucho dolor en los brazos y las muñecas cuando me esposaron. Y en todo el cuerpo por los golpes que había recibido anteriormente. Cuando entré en la prefectura de Via Laietana, recibí unas cuantas bofetadas en la cabeza y la nuca, cada vez que intentaba levantar la mirada. Dentro me humillaron, poniéndome de rodillas en el suelo, de cara a la pared y rodeado de todos ellos», declaró Padilla en una rueda de prensa celebrada el 5 de noviembre de 2019.
Los ocho agentes fueron identificados gracias a las imágenes recogidas por diversos medios de comunicación. La detención del chico, que vestía una sudadera naranja, se viralizó en redes sociales con un vídeo que muestra que fue el último de un grupo en levantarse del suelo mientras los agentes cargaban, porque se distrajo guardando un paquete de pañuelos en su mochila, según explicó él mismo.
— Guillem Absolució (@GAbsolucio) October 30, 2019
El primer juez, que ahora deberá investigar el caso, rechazó la querella porque consideraba que el menor no tenía «lesiones compatibles con golpes de los agentes, sino derivadas de la detención», y afirmó que la actuación de los policías fue proporcional a la de los manifestantes.
La defensa del chico, ejercido por la organización antirrepresiva Alerta Solidària, recurrió esta decisión ante la Audiencia de Barcelona con la intención de que la querella siguiera adelante, pero este tribunal también rechazó admitirla. Ahora, el TC ha estimado el recurso de la defensa porque sí ve bastantes indicios como para abrir la investigación dadas las lesiones que el joven tenía después de la detención y remarca que «no cabe descartar que fuera obligado a permanecer de rodillas en el suelo», al tiempo que recuerda que Padilla ha denunciado malos tratos que no dejan marcas físicas, como las amenazas.