La crisis que atraviesa actualmente el mercado energético es una manifestación de que el capitalismo no funciona, porque los elevados precios del gas demuestran que el sector no puede regularse por sí mismo, tal como ha señalado este jueves el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

«Lo que podemos ver ahora mismo en los mercados energéticos (...) es una manifestación de que el capitalismo no funciona», ha afirmado durante su intervención en la decimoctava reunión anual del club de debate Valdai en Sochi.

«El mercado puede regularse por sí mismo... pero 1.500 dólares por mil metros cúbicos de gas, ¿cómo puede regularse por sí mismo?», se ha preguntado.

Ha explicado que los contratos de largo plazo como los que ofrece Rusia son más estables y previsibles que el mercado al contado por el que apuesta la Unión Europea. «Los que reciben gas con contratos de largo plazo pagan cuatro veces menos», ha subrayado.

Rusia aumenta el bombeo; EEUU lo reduce

Tras señalar que el déficit de gas en Europa puede alcanzar los 70.000 millones de metros cúbicos, ha reiterado que «Rusia no tiene nada que ver» con eso ni con los elevados precios del gas en la UE, porque Gazprom ha aumentado sus suministros un 8,7% –lo que supone 11.000 millones de metros cúbicos más–, frente a lo que está haciendo EEUU, que los está reduciendo.

«¿Podemos bombear más gas? Sí, podemos», ha asegurado Putin, quien ha informado de que el primer hilo del gasoducto Nord Stream 2 –que transportará gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico– ya está lleno de gas. Y el segundo hilo quedará llenado en diciembre.

«En cuanto esté lleno el segundo hilo y en cuanto recibamos la autorización del regulador alemán, al día siguiente comenzaremos los suministros de gas», ha recalcado. Y ha recordado que se trata de 55.000 metros cúbicos de gas, lo que «es una gran cifra teniendo en cuenta el déficit en Europa».

El proyecto del Nord Stream 2 ha sufrido la oposición visceral de EEUU, que ha presionado hasta el último momento a Alemania para que lo frenara e incluso ha amenazado con boicotear a las empresas europeas que han participado en su construcción. La posición de Washington fue apoyada especialmente por Polonia y Ucrania.

China, un buen ejemplo

La crisis energética no es la única muestra de que el capitalismo «ha llegado a sus límites, se ha agotado». «En todas partes, incluso en los países y las regiones más ricas, la distribución desigual de la riqueza conduce a agravar la desigualdad», ha dicho Putin.

Ha relatado que, cuando todo va bien, «casi todas las economías del mundo y los actores de la actividad económica exigen más libertades y menos participación del Estado». «Solo cuando esos actores se enfrentan a dificultades globales, todos piden al Estado que intervenga», ha añadido.

«Lo recuerdo muy bien cuando afrontamos en 2008-2009 la crisis financiera global», ha comentado Putin, que entonces ocupaba el cargo de primer ministro, recordando los rescates de grandes empresas rusas, una inyección de dinero público que tuvieron que devolver al Estado.

Llegado a este punto, ha indicado que probablemente hay que «mirar la experiencia de otros» para comparar las capacidades del Estado y el mercado. En su opinión, China es un buen ejemplo «porque el Partido Comunista de China tiene un papel de liderazgo pero, aún así, las instituciones económicas funcionan de manera muy eficaz».

«No hay recetas prefabricadas. El capitalismo salvaje tampoco funciona; creo que lo he confirmado con ejemplos», ha indicado, para concluir su exposición defendiendo que el «conservadurismo moderado es el principio más razonable» en el contexto actual.