ZENIT SAN PETERSBURGO 83 - BITCI BASKONIA 54

No vamos a hacer leña del árbol caído. Bitci Baskonia ha caído de forma estrepitosa en la cancha del Zenit de San Petersburgo, llevándose además la mayor paliza de lo que llevamos de Euroliga.

Lo peor, con todo, no ha sido el resultado ni la paupérrima imagen de los gasteiztarras. Lo más doloroso ha sido que los gasteiztarras han jugado muy bien los 14 primeros minutos, al punto de amagar la escapada con 21-30. Pero un parcial de ¡24-0! –duele tener que escribirlo– en la parte final del primer cuarto ha supuesto la inflexión del partido. Porque si el 45-30 del descanso aún parecía remontable, otro parcial de 16-0 en el tercer parcial ha terminado machacando no solo las opciones deportivas de los de Dusko Ivanovic, sino su propia moral.

Porque tal vez haya sido una cuestión de carácter o puramente deportiva, pero desde luego que ha resultado doloroso y desesperante ver a los blasonistas incapaces no ya de ganar, sino de reaccionar en cuanto el partido se ha puesto cuesta arriba.

Historia de un espejismo

Aunque ha costado ver las primeras canastas, los gasteiztarras han ofrecido otra cara bien distinta ya desde el inicio. Más allá de los siete puntos seguidos, triple incluido de Nnoko, la velocidad de ejecución del ataque blasonista ha sido mucho mayor, así como el deseo en pos de los rebotes y los balones sueltos.

Asimismo, Wade Baldwin, nuevamente obrando de escolta junto con Granger, ha tomado desde buen inicio esa iniciativa a la hora de jugarse sus tiros de media distancia, tal y como se le vio en la segunda mitad en Kazan.

Los de Ivanovic han tenido siempre la iniciativa, al punto de anotar en esos diez primeros minutos los mismos puntos, 23, que en toda la primera mitad del miércoles.

Por desgracia, Jordan Loyd ha sabido dar la réplica en el bando ruso. El ex de Valencia Basket y Estrella Roja ha anotado 11 puntos en este primer asalto, amén de cargar con dos personales a Fontecchio. Asimismo, un par de acciones sobre Baldwin en los que los árbitros no han pitado falta, ha permitido a los de Xavi Pascual mantener el tirón y llegar al final del primer cuarto con un 21-23 injusto, porque los gasteiztarras han merecido ir ganando por mayor diferencia.

Una diferencia que no ha tardado en abrir con un parcial de 0-5. Los gasteiztarras han apretado muy bien en defensa, obligando al Zenit a tomar tiros forzados o de jugadores secundarios, aunque el ataque estático baskonista tampoco es que haya lucido en exceso. Con todo, Xavi Pascual se ha visto obligado a parar el partido con 21-28 en el marcador, después de un fácil mate de Fontecchio a la contra, después de una secuencia de pérdidas absurdas de la escuadra local.

Y de pronto, el desastre

La máxima renta blasonista se ha estirado en el 21-30, después de una canasta de Enoch. Sin embargo, el ataque gasteiztarra se ha parado y los de Xavi Pascual, pese a no brillar tampoco en el cinco contra cinco ante la ausencia de un base puro de calidad –su fichaje estrella, Napier, está lesionado–, ha conseguido un parcial de 8-0 para obligar a Ivanovic a ser quien ha tenido que parar el partido con 29-30 en el luminoso, tras una bandeja fácil de Ponitka a la carrera.

Sin Granger en el parqué, el juego del Baskonia se ha parado por completo, mientras que un triple de Jordan Mickey ha puesto al Zenit por primera vez por delante, un parcial de 16-0 porque entre Loyd y Kulagin el marcador ha pasado del 21-30 al 37-30. Tiempo muerto de urgencia de Dusko Ivanovic para devolver las constantes a su equipo.

Una vez más, el tramo final del primer tiempo, después de tan buenos minutos, se ha limitado a la supervivencia. Pero hasta los tiros libres han dejado de entrar y el Zenit ha emulado al Unics Kazan completando un parcial final de 24-7 –en realidad, un 24-0–, cerrando el segundo cuarto con un «dos más uno» de Gudaitis, un mate de Poythress tras rebote de ataque y el tercer triples seguido de Kulagin. Los 14 primeros buenos minutos han devenido en una pesadilla que solo ha tenido fin cuando se ha terminado la primera mitad. Pero con 45-30 en el marcador y una horrible sensación en el cuerpo.

Triples de hielo

Después del desastre del final de la primera mitad, el tercer cuarto ha arrancado con un parcial de 4-7, con una «bombilla» de Granger y cinco puntos seguido de Baldwin. Con 49-37 en el marcador, nadie puede presumir que se avecina la remontada, porque al menos Saski Baskonia ha dado la imagen de querer pelear.

Hasta que los triples del Zenit de San Petersburgo han vuelto a hundir a los de Ivanovic. Jordan Mickey, Kulagin y Billy Baron han encadenado un 9-0 que han congelado por completo a los gasteiztarras, al tiempo que Dusko Ivanovic ha tenido que pedir tiempo muerto con 58-37.

Pero más que un tiempo muerto, el equipo ha precisado una terapia de electroshock. Han regresado los ataques sin ideas, sin velocidad ni intensidad y el Zenit de San Petersburgo, pese a no hacer el partido de su vida, no es el Unics Kazan y ha apretado hasta cerrar el cuarto con un parcial de 16-0 –dos contras de Billy Baron y un triple del ex de Unicaja Mindaugas Kuzminskas–. Nuevamente solo siete puntos en el cuarto y una inexplicable catatonia: 65-37 y con el agónico grito interior de que se acabara ya esta tortura.

Los diez minutos finales han sobrado. El parcial ha sido de 18-17 para el 83-54 final. Hay que volver a casa, limpiar la mente tras este nuevo desastre y preparar el duelo del domingo ante el Real Madrid, ya veremos si con Giedraitis o sin él. Ojalá la pesadilla de esta gira por Rusia se acabe conforme se pasen las fronteras.

FICHA DEL PARTIDO:

Zenit: Kulagin (12), Loyd (20), Ponitka (4), Jordan Mickey (10) y Gudaitis (8) –quinteto inicial–, Poythress (8), Frankamp (2), Zubkov (6), Billy Baron (10), Kuzminskas (3), Karasev y Zakharov.

Baskonia: Granger (13), Baldwin (12), Fontecchio (12), Costello (1) y Nnoko (9) –quinteto inicial–, Enoch (4), Kurucs (3), Marinkovic, Sedekerskis y Barrera.

Parciales: 21-23, 24-7, 17-7, 18-17.

Árbitros: Lottermoser, Hordov y Obrknezevic. Sin eliminados.

Incidencias: 1.487 espectadores en el Yubileyny Sports Palace de San Petersburgo.