Manel Monteagudo ni siquiera se llama así. Es el alias de José Manuel Blanco Castro, nacido el 28 de febrero 1957 en la localidad de Outes (A Coruña). Según el relato que hizo a varios medios de comunicación, en 1979 sufrió un accidente al caer de una altura de seis metros mientras trabajaba en un barco de una naviera alemana que se dirigía a Irak, lo que le mantuvo en coma hasta 2014.
En los 35 años (de los 22 a los 58) que Monteagudo dijo haber estado en coma, no solo se habría casado con Conchi, su novia, en 1979, sino que además tuvo dos hijas en ese período sin haber sido consciente de ello. Ahora es poeta y escritor, y va a publicar su quinto libro.
«A mi mujer le decían que cualquier día cuando se despertase me encontraría frío. Nada más. Mi camino era el cementerio. Le decían a mi esposa que asumiera que estaba muerto en vida», llegó a asegurar en una entrevista en el programa ‘La hora de la 1’ de Televisión española.
En la misma entrevista dijo que, cuando despertó del coma en 2014, pensaba que aún seguía en Irak y que tenía 22 años, la edad a la que tuvo el accidente. «No, este no soy yo, este es un viejo, yo tengo 22 años», relató al diario ‘El Mundo’ en otra entrevista con vídeo que se hizo viral en redes sociales.
Nada cuadraba ni para científicos ni para profanos, pero se trataba sin duda una suculenta historia para muchos medios de comunicación convencionales que ganan visitas a golpe de clickbait.
Tanto es así que son numerosos los medios que replicaron la noticia, desde los citados ‘El Mundo’ o Televisión española a La Sexta o la COPE.
La historia (falsa), además, ni siquiera era nueva. Hace dos años ‘La Voz de Galicia’ ya «informó» del «Despertar literario de un noiés que estuvo 35 años en estado vegetativo». Sin embargo, no ha sido hasta esta semana cuando su relato ha sido recogido por una infinidad de medios y con ello ha generado un aluvión de sospechas.
Investigación de Twitter y confesión de Monteagudo
Cuando la rocambolesca historia de Manel Monteagudo dio el salto a las redes sociales, fueron muchos los usuarios de Twitter los que comenzaron a desmontar la mentira tras percatarse de la infinidad de contradicciones de la noticia. Un correctivo en toda regla también a los medios convencionales.
Tras el revuelo de Twitter y no antes, ‘El Mundo’ recopiló el testimonio de expertos, de su círculo personal y del hospital de A Coruña para publicar una segunda noticia sobre Manel Monteagudo con un titular que aportaba más interrogantes que certezas: «Dudas y contradicciones del caso de Manel Monteagudo: "Estaba en coma, pero salía esporádicamente de casa"».
Incluso la agencia EFE publicó una noticia titulada «Las preguntas sobre el caso Manel Monteagudo» en la que se pretendía dar respuesta a varias incógnitas sobre el caso sin desmentirlo del todo.
Ha sido el propio Manel Monteagudo quien ha negado este viernes la noticia ante las cámaras de los medios de comunicación: «Yo no estuve en coma en ningún momento. En ningún momento estuve en coma. Es cierto que caí desde seis metros y estuve hospitalizado».
«Debí de cortarlo antes porque esto se salió de madre, en ningún momento mi pretensión era semejante cosa. Asumo toda la culpabilidad y acepto lo que me digan», ha añadido.
Y ha explicado lo que supuestamente le ocurrió: «¿Qué pasó? Debido al accidente todos los días durante 35 años tuve de 14 a 16 desmayos diarios. Ojalá, de todo corazón lo digo, ojalá estuviese en coma. Así no le hubiera dado el trabajo que le he dado a mi mujer».
En palabras compartidas ahora por el poeta, que cuenta con varios libros publicados desde 2014, lo que vivió a causa del accidente fueron desmayos continuos en su día a día que le impedían, en cierta manera, tener vida independiente.
Pese a la confesión de Monteagudo, muchos usuarios han remarcado que la verdadera responsabilidad es de medios como ‘El Mundo’ por no haber hecho su trabajo y contrastado sus declaraciones. ¿O si lo hicieron y prefirieron seguir acumulando clics?
Por si fuera poco, la historia ha pasado de castaño a oscuro después de que varios periodistas se acercaran a su casa para interrogarlo. Según publican varios medios, el gallego se habría enfrentado a reporteros de ‘La Vanguardia’ y habría insultado a una periodista de La Sexta.
Otros bulos recogidos por los medios
No es la primera vez que los medios se hacen eco de una noticia de estas características. Hace varios años, los medios de comunicación generalistas se hacían eco del caso de Paco Sanz, un hombre que desde el 2009 hasta marzo de 2017 obtuvo grandes cantidades de dinero pidiendo donaciones tras declarar que estaba al borde de la muerte a causa del síndrome de Cowden.
Sanz apareció en medios de comunicación como RTVE o ‘20minutos’ asegurando que tenía más de 2.000 tumores y que iba a morir. De hecho, consiguió convencer de su drama a actores y periodistas españoles como Santiago Segura, Dani Mateo, José Mota, Carlos Herrera, Isabel Gemio o a youtubers como AuronPlay.
Tras la investigación del escritor Alejandro Ruiz Hurtado, la Policía española detuvo a Paco Sanz en el año 2017, y posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid le condenó a dos años de prisión y la devolución de 36.918 euros a 20 estafados.
Fernando Blanco y Margarita Garau se recorrerieron los platós de televisión desde 2010 para intentar recaudar dinero para tratar la enfermedad de su hija Nadia, que padece tricotiodistrofia, una enfermedad que no tiene cura pero que en ningún caso pone en peligro su vida.
Medios como ‘El Mundo’ publicaron en 2016 la historia donde la pareja afirmaba que Nadia debía someterse a una costosa operación en EEUU que costaba 130.000 euros y que, de no hacerlo, moriría.
Blanco y Garau llegaron a recaudar más de 400.000 de euros en donaciones con la excusa de tratar la dolencia de Nadia en EEUU. Fueron condenados en 2018 por estafa continuada.
Como ejemplo vasco muy reciente, y en este caso con agravantes políticas, el de Begoña L.V., la joven excandidata de Vox que denunció una falsa agresión que atribuyó a jóvenes magrebíes el pasado 24 de octubre en Gasteiz.
Los medios e instituciones que dieron eco a su relato, ya desde el inicio dudoso por la patente intencionalidad política de fondo, hablaron de modo casi unánime de «agresión brutal», perpetrada «con gran violencia».
Estos calificativos contribuyeron a que la denuncia tuviera un gran impacto mediático los días posteriores, muy por encima de otros casos similares, generalmente agresiones de carácter machista.