De ella se dice que es la voz femenina del Nuevo Cine Alemán y una de las cineastas feministras más influyentes de la historia. Margarethe Von Trotta ha hecho historia como pionera en eso de ponerse al frente de una película para contar historias, cuando ser directora era una excepción, como ha reconocido ella misma. Desde la noche de este viernes engrosa la lista de los Mikeldi de Honor del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbo Zinebi.

«Al principio no eramos bien aceptadas y había muchas críticas de los hombres de la industria. Ahora, de alguna manera, empieza a ser normal ser directora de cine, pero entonces parecía una pequeña maravilla o un milagro. Está bien recibir este premio después de todo lo que hemos peleado, aunque no estamos tan asentadas todavía. Esperemos que algún día se hable simplemente de directores, sin destacar si son hombres o mujeres», ha explicado sobre sus inicios en los años 70, aunque comenzó como actriz con Fassbinder o Volker Schlöndorff, con el que estuvo casada.

Con Schlöndorff debutó como directora precisamente en el 75 como codirectora con ‘El honor perdido de Katharina Blum’, el inicio de una filmografía en solitario con títulos como ‘Las hermanas alemanas’ (León de oro en Venecia en 1981), ‘El segundo despertar de Christa Klages’ o ‘La calle de las rosas’, que recibió el David Donatello de la Academia de cine italiano. Hasta llegar a su último trabajo estrenado, ‘Entendiendo a Ingmar Bergman’ (2018).

Aunque ahora se prepara para empezar rodar en marzo del año que viene su próxima película, del que ha avanzado algunos detalles. Será la historia de la relación de pareja entre dos personajes reales, la poetisa Ingeborg Bachmann y el escritor Max Frisch, que se desarrolla a finales de los años 50. «Salió mal porque es muy difícil entre gente que está en la misma onda creativa. Él además se fue con una jovencita y ella sufrió muchísimo. Es muy difícil para una mujer una relación que te ofrezca protección y a la vez te deje ser libre e independiente. A mí me ocurrió también con Volker y todavía sigo buscando», ha reconocido.

De Luxemburgo ¿a Merkel?

En su filmografía destaca su afán por releer la historia de su país y, a la vez, de Europa a través de personajes históricos femeninos como ‘Rosa Luxemburgo’ (1986) o ‘Hanna Arent’ (2021). ¿Será entonces el momento de hacer una película sobre Angela Merkel? ¿Y cómo sería esa película».

«¡Ohhh señor!», ha exclamado ante la pregunta. «Eso me lo están preguntando ahora mucho en Alemania, porque ella se retira», ha confesado, pero como no son de la misma ‘cuerda’ ideológica y, además «solo hago películas sobre mujeres que han muerto», de momento queda descartado.

«Si están vivos me da respeto, y miedo porque no me sentiría libre para añadir mi mirada del pasado y del mundo y proyectar mi propia visión del personaje que retrata. Con Merkel, además, lo tengo difícil porque es más joven que yo», añadió con humor antes de criticar que a Merkel se la llame mummy (abuelita) cuando nunca se llamó ‘abuelito’ a sus antecesores Kohl y Schimdt aunque eran más mayores que la todavía canciller. «Es la diferencia de cómo se trata a las mujeres y a los hombres», ha concluido.

Von Trotta participará este sábado en un encuentro con el público en el Museo de Bellas Artes, en un cara a cara con la cineasta navarra Helena Taberna, que siempre ha reconocido lo que la influencia de la obra de la berlinesa en su trabajo.

Y habrá también una proyección especial de ‘Las hermanas alemanas’, donde investiga la extraña muerte de Gudrun Ensslin, miembro de la Baader-Meinhof, ‘suicidada’ en la cárcel especial de Staminheini en 1977.

Respecto a la Sección Oficial, hoy arrancan también las proyecciones en el Auditorio de la Alhóndiga y los Golem Alhóndiga. Una extensa programación que se completa con la sección Beatiful Docs, que es no competitiva, y está formada por documentales premiados internacionalmente, dirigidos por cineastas famosos como Marco Bellocchio, Jean-Gabriel Périot o Sergei Loznitsa.