Imanol Intziarte

De plazos, soterramientos, conexiones y otros debates sin aparente estación de llegada

¿Se va a terminar el TAV? ¿Cuándo? ¿Cuánto va a costar? Incógnitas para un capítulo de ‘La nave del misterio’ y que tampoco han encontrado respuesta este jueves en la Cámara de Gasteiz. El grupo PP-C's ha sacado el tema, EH Bildu ha expuesto su alternativa y PNV-PSE se lo han quitado de encima.

Obras en la estación de Donostia, para acondicionarla a la llegada del TAV. (Gorka RUBIO / FOKU)
Obras en la estación de Donostia, para acondicionarla a la llegada del TAV. (Gorka RUBIO / FOKU)

El Tren de Alta Velocidad ha sido este jueves por enésima vez protagonista en un Pleno del Parlamento de Gasteiz. En esta ocasión debido a una moción presentada por la coalición PP-C’s, que instaba al Gobierno de Lakua a «profundizar en las negociaciones con el Gobierno de la Nación para poner fechas y financiación a la llegada del TAV al País Vasco», así como a «acelerar el proceso para la realización de los proyectos de soterramiento de las estaciones» en Gasteiz y Bilbo.

Después de hora y media de dimes y diretes el asunto ha terminado tal y como había empezado. Las formaciones del Gobierno, PNV y PSE, han optado por un perfil bajo y sin primeras espadas, para enviar el tema de nuevo a corrales después de unos cuantos capotazos.

La moción ha sido defendida por Luis Gordillo, que empezó la legislatura en Ciudadanos y la va a terminar acomodado en el PP. En su intervención ha desgranado en tres partes esta «historia interminable»: el trazado interno –la llamada Y vasca–, la conexión con Burgos y Madrid –a su juicio la de mayor importancia en la práctica para el grueso de potenciales usuarios– y «la conexión con Francia», que «está parada» y «las estimaciones hablan de que ‘a lo mejor’ se inicia en 2037».

En cuanto a las entradas a Bilbo y Gasteiz, ha apuntado que en este segundo caso «al menos hay un acuerdo entre instituciones, aunque no contempla plazos», mientras que en Bilbo existe un «abandono total. Llegará a Basauri y ‘ya iremos viendo’». Un «ya iremos viendo» que a su juicio se ha convertido en el santo y seña de todo el proyecto, que además se ha quedado como un recurso para poder lanzar «fuegos artificales cada vez que hay que negociar presupuestos en Madrid».

«Ni tenemos AVE ni tiene pinta de ello en un futuro próximo», ha resumido, entendiendo el trazado en su integridad para que «dejemos de ser una isla. Pedimos que se pongan fechas, compromisos económicos, un cronograma. Un acuerdo que inclya el soterramiento hasta el centro de Bilbao. Un compromiso de parte del Gobierno de España para la conexión con Burgos, y buscar un acuerdo con el Gobierno francés». Se nota que llegan Olentzero y Reyes, por pedir que no quede, aunque la moción no ha cosechado más respaldos que los del grupo proponente, 6 de 75.

Red de cercanías

La propuesta de PP-C’s contaba con dos enmiendas a la totalidad. La primera en salir a la palestra ha sido la de EH Bildu, presentada por Unai Fernández de Betoño, quien ha arrancado su discurso recordando que si algo no le ha faltado al TAV son fechas, desde que el entonces consejero Álvaro Amann dijo que estaría terminado para 2010. Hasta hoy, cuando su sucesor Iñaki Arriola habla de 2027, sin tener en cuenta la entrada a las capitales.

El portavoz de EH Bildu ha criticado que Lakua quiera licitar el proyecto básico de soterramiento de Gasteiz antes de analizar las más de 11.000 alegaciones presentadas.

También ha alertado del modelo de encomienda de gestión, con el que llevan «trece años para menos de tres kilómetros en el tramo Hernani-Astigarraga. Dicen que el dinero se retraerá del Cupo, pero entonces no se destinará a cosas que gestiona aquí el Estado. Por ejemplo, no hay más que ver lo que está sucediendo con Renfe», con retrasos y recortes de servicios.

Además ha advertido de que hay partes del dinero que se adelanta que no se descuentan del Cupo, en torno a un 10% del total, según sus cifras. De los 1.900 millones gastados en Gipuzkoa serían unos 200 millones, ha citado a modo de ejemplo.  

Como en el famoso «he venido a hablar de mi libro» de Francisco Umbral, la propuesta de EH Bildu se centraba en solicitar que Euskotren asuma la transferencia de «todas las líneas de cercanías de Bilboaldea y Donostialdea» que y se implemente otra entra Miranda y Altsasu, pasando por Gasteiz, aprovechando en la medida de lo posible los recursos ferroviarios ya existentes.

Ha encontrado el apoyo de Podemos, cuyo portavoz, David Soto, también ha subrayado la larga letanía de plazos y fechas, al tiempo que se ha preguntado si asumir la encomienda tiene como objetivo «satisfacer a constructoras del país».

A su juicio, «el foco debería ponerse en la red de cercanías, no tanto en el TAV», un proyecto que «está cojo» sin las conexiones hacia el norte y el sur, por mucho carácter estratégico que se le dé sobre un papel.

«Proyecto estratégico» 

La posición de los partidos que sustentan al Ejecutivo autonómico ha sido expuesta por María Jesús San José (PSE) y Elena Lete (PNV). La primera se ha dedicado a ensalzar la tarea de Iñaki Arriola, tanto ahora como durante el Gobierno del lehendakari Patxi López, así como a defender que el TAV es «una apuesta indiscutible que será una realidad» –no ha dicho cuándo– y que «se ha avanzado más con gobiernos del PSOE que del PP».

Lete ha coincidido en que es un «proyecto estratégico, según Europa, desde hace casi 30 años», ya que «Euskadi es la rótula del corredor Atlántico», y ha asegurado que el PNV la seguirá impulsando al margen de quién gobierne en Madrid, con un «trabajo constante e incansable ante gobiernos centrales con una apuesta templada» y buscando «fórmulas que permitan avanzar».

La parlamentaria jeltzale ha reconocido que «el retraso es lamentable –en esto sí que coincide toda la Cámara–, es inaudito que su construcción no sea un objetivo prioritario».