Iker Fidalgo
Crítico de arte

La experiencia

El arte se sirve para trabajar de todos los materiales que tiene a su alcance. A pesar de que la separación disciplinar ha marcado durante mucho tiempo la utilización de según qué herramientas, el arte contemporáneo no rechaza ninguna de las fuentes de las que pueda beber. A fin de cuentas, la creación que es un proceso individual y colectivo a la vez y también tan solitario como compartido, necesita del resto para existir y de la introspección para crear. Por todo, la propia experiencia vital es lo que sirve a las artistas como laboratorio de creación y como apertura. La relación con lo que acontece y con lo que se siente. Poco a poco la existencia marca el ritmo de las huellas a nuestro paso y el arte es, entre otras cosas, testigo de todo esto. La observación nos permite ser parte de la vida y es una manera de contener sensaciones que acabarán convirtiéndose en recuerdos. El proceso creativo se posiciona en muchas ocasiones en este lugar distante pero implicado a la vez.

En esa manera de mirar el mundo que pareciera que lo estuviera haciendo desde otra esfera, pero sin renunciar a ser parte de él. La potencia del arte será una vez más la capacidad de trasladarnos a estados que nunca habíamos imaginado. A sentir otras pieles y a probarnos otra talla de zapatos. Y aquí encontramos una de las explicaciones de por qué la cultura es tan necesaria. Pues trabaja desde el área de la emoción que es nuestra posesión más preciada.

La Sala Rekalde de Bilbo abre de nuevo sus puertas para una nueva parada del programa Barriek. El proyecto auspiciado por la Diputación Foral de Bizkaia que cada año potencia la carrera de artistas vinculadas al territorio que están en vías de profesionalizar su práctica. En este caso es el turno de Urtzi Urkixo (Bilbo, 1993), un creador joven afincado en Berlín que hasta el 23 de enero del próximo año 2022 nos presenta su exposición ‘Erinnerung-Recuerdo’. La muestra está compuesta de diferentes piezas de pared, a medio camino entre la fotografía y las técnicas gráficas. Urkixo asume como punto de partida la documentación fotográfica que le ayuda a crear imágenes relativas a recuerdos de su paso por diferentes ciudades. Tras esa primera etapa, el material entra en una fase de edición en la que se desprende de su origen y comienza a asumir una plástica diferente que se eleva con una voz propia. Las imágenes van perdiendo su referencia y la experimentación matérica les lleva a otras opciones compositivas en las que entran en juego resultados próximos a la serigrafía y al uso de colores planos y tramas. La abstracción emerge entonces apoyada por una manera de disponer las obras que a veces incluso salta del marco para sostenerse sobre una precaria delicadeza que les dota de aire y algo de vuelo. Un recorrido por una vivencia que su autor nos brinda como una experiencia estética cargada de sugerencia.

El pasado 19 de noviembre, se inauguró en la sala Espacio Marzana de Bilbo la muestra ‘Fake’ a cargo de la artista Kalina Čapek (República Checa, 1993). Nos encontramos las paredes de la sala habitadas por un dibujo continuo que teje una trama que rodea el espacio. Una suerte de cenefa en blanco y negro que se apoya en el propio fondo neutro de la pared para destacar aun más, pero que de alguna manera se integra como si perteneciera al propio paisaje de la galería. Cuando nos acercamos, encontramos dibujos realizados en blanco y negro, con un trazo suelto y rápido que sin embargo no escatima en detalles narrativos. A veces parecieran apuntes y a veces composiciones más pausadas, pero todas siguen un ritmo similar. Una instalación enigmática por la que indudablemente sentiremos una alta atracción.