Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Las recetas contra ómicron: esto se está probando en distintos países de Europa

Las estrategias para contener la expansión de ómicron en Europa están siendo muy dispares, así como la intensidad con la que se están aplicando. De confinamientos estrictos a toques de queda, cada país parece haber buscado una solución distinta.

La Plaza Dam de Amstderdam, semivacía en el día en que arranca el confinamiento. (R. VAN FLYMEN)
La Plaza Dam de Amstderdam, semivacía en el día en que arranca el confinamiento. (R. VAN FLYMEN)

Dos años después de la epidemia, sigue sin haber una guía clara para contener el virus. Los Países Bajos han entrado de nuevo en un confinamiento estricto, con cierre de comercios no esenciales y toques de queda, que empieza formalmente hoy mismo y se alargará, por lo menos, hasta principios de enero.

El resto de Estados de Europa se resisten a llegar a medidas tan extremas y confían en limitaciones concretas con estrategias muy diferentes.

Mientras en Euskal Herria se sigue tratando de implantar el pasaporte covid, otros países parecen haberlo dado ya por caducado. Al menos, en lo que se refiere a la apertura de fronteras. Así, en Grecia ya no basta presentar un certificado de vacunación (porque el pasaporte covid, en realidad ,es eso) sino que es necesaria también una prueba PCR en los últimos tres días o, en su defecto, un test de antígenos de menos de 24 horas. Y lo mismo está ocurriendo en Italia y Portugal.

Existen, además, otras restricciones de movilidad que resultan aún mas tajantes y que en muchos casos son discrecionales. El Estado francés no deja a entrar a nadie que venga de Reino Unido por negocios o turismo. A su vez, Alemania ha impuesto cuarentenas obligatorias a quienes vengan del Estado Francés o de Dinamarca. Otros países diferencian aún a los que están dentro del espacio Schengen y los foráneos... En resumen, ha vuelto el caos a los viajes internacionales. 

Las medidas que diferencian a los vacunados de los que no lo están parecen haber perdido protagonismo aunque, en muchos casos, esto es así porque ya están normalizadas dentro del país (en Alemania los no vacunados solo pueden acudir a comercios de bienes esenciales) y las que son noticia son otras, las últimas en llegar.

Suiza, por ejemplo, permite encuentros navideños más o menos amplios según si hay un vacunado en la mesa o no. En caso de que un invitado no esté vacunado, el máximo es de diez personas. Además de ello, ha impuesto el teletrabajo siempre que sea posible. 

Austria viene de un confinamiento estricto (solo compras esenciales, pasear y hacer deporte) y lo que está haciendo es desconfinarse tras haber logrado reducir la incidencia. Los primeros en ampliar el rango de actividades que pueden realizar son los vacunados. El gobierno vienés, además, ha declarado que quien no esté vacunado en febrero recibirá una multa de 3.600 euros.

Una estrategia común es acelerar cuanto se pueda la vacunación con terceras dosis. Los países hacen de nuevo acopio de viales y, en algunos de ellos, como en Alemania y Francia, han decidido saltarse el prospecto y vacunar por tercera vez incluso cuando no hayan pasado seis meses desde la segunda. 

París y Berlín han sopesado una eventual pérdida de la eficacia del suero con el retraso de la espera y, como ven que el pico es inminente, han priorizado llegar a tiempo.

Irlanda es otro ejemplo interesante, entre otras cosas, porque allá ómicron ya supone un tercio de los casos. Toda la hostelería cierra a las ocho de la tarde y el debate político se centra en si esta medida es o no acertada, pues la oposición opina que esto impulsa las fiestas dentro de las casas. Por ello, Dublín ha impuesto otra medida suplementaria, como es fijar un máximo de cuatro unidades de convivencia en las reuniones en domicilios privados. 

En Reino Unido las medidas no son uniformes y se lleva tiempo coqueteando con la posibilidad de otro confinamiento tras las navidades. Mientras tanto, a nivel regional se aplican medidas como el cierre de hostelería a las 23.00 horas. Por el momento, lo que está haciendo el 10 de Downing Street es recomendaciones para que cada ciudadano limite sus contagios.

Es llamativo también el caso de Portugal, que ha sido el país más diligente a la hora de vacunar (89% del total frente al 81% logrado en el Estado español) que anunció para después del 1 de enero un confinamiento total, muy estricto, pero de solo una semana. 

En el Estado Francés ha habido prohibiciones expresas de celebraciones navideñas, además de las medidas ya citadas de acortar la espera en la administración de terceras dosis y aumento de controles de acceso al país según la procedencia del viajero. 

En definitiva, son muchas las opciones que se barajan para contener al virus y que se están empleando de forma combinada. Las más comunes pasan por impulsar la administración de terceras dosis; mantener con mayor o menor intensidad diferencias de trato entre los que están vacunados y los que no; restricciones horarias que van desde cierres tempranos de la hostelería a toques de queda; cierres de fronteras, e impulso del teletrabajo.