El canciller alemán, Olaf Scholz, ha comentado este miércoles que la energía nuclear no es sostenible y que su uso tampoco es económicamente sensato, rechazando así la propuesta de la Comisión Europea para considerar sostenibles las inversiones en ese recurso energético.
«Sabemos que las centrales no funcionan permanentemente y que tienen interrupciones constantes. Hay problemas como el de los desechos radioactivos cuya solución no está clara y enormes problemas de seguridad», ha añadido durante una intervención ante el Parlamento alemán.
Ha recordado que Alemania ya tomó la decisión de abandonar la energía nuclear y está siguiendo el camino de impulsar el uso de las renovables. «Ese es el camino correcto», ha subrayado.
Una tecnología de alto riesgo para la vida humana
La Oficina Federal para la Seguridad de Desechos Nucleares (BASE), organismo oficial que asesora al Ministerio de Medio Ambiente, también ha rechazado la propuesta de Bruselas de calificar la atómica como energía sostenible y, además, ha advertido de que se trata de una tecnología de alto riesgo.
«Desde el punto de vista técnico, la clasificación de la energía nuclear como energía sostenible no puede defenderse», ha dicho el presidente de BASE, Wolfram König, en una toma de posición de la entidad publicada este miércoles.
«La energía atómica es una tecnología de alto riesgo, genera desechos e implica el peligro de que el material radioactivo se use para fines terroristas o militares», ha añadido.
Asímismo, König ha indicado que con el uso de la energía atómica se genera una carga a las futuras generaciones que no es compatible con el ideal de una justicia generacional.
El organismo alemán ha señalado que la propuesta de Bruselas está basada en un informe del Joint Research Center (JRC), el servicio científico interno de la Comisión Europea, de marzo de 2021.
Los expertos de BASE habían analizado ese informe en un documento de junio de 2021 y habían llegado a la conclusión de que se consideraban de manera insuficiente las repercusiones del uso de la energía atómica, que es problemático desde el punto de vista metodológico y que incurre en simplificaciones.
No se pueden descartar los accidentes
La oficina de seguridad nuclear alemana también recuerda que las normas de seguridad actuales para las centrales nucleares deben prevenir accidentes graves y reducir sus consecuencias, pero no pueden descartarlos por completo.
Y un accidente de ese tipo puede generar graves consecuencias para el medio ambiente, más allá de las fronteras estatales, que pueden conllevar grandes riesgos para la vida y la salud en la UE, y que además pueden tener fuertes repercusiones económicas y psicosociales.
Por otra parte, los expertos alemanes señalan que una prolongación del uso de las centrales atómicas existentes, concebidas para una vida de entre 30 y 40 años, requerirían remodelaciones que solo parcialmente son posibles. Además, el deterioro de los materiales deja abierta la pregunta acerca de si las centrales podrían adaptarse a los estándares de seguridad actuales.
Otro punto crítico es que en muchos Estados de la UE la responsabilidad de los operadores frente a accidentes nucleares está limitada a sumas que no alcanzarían a cubrir los daños.
Por todo ello, BASE considera inexplicable desde el punto de vista técnico que las «así llamadas tecnologías avanzadas» sean incluidas entre las tecnologías renovables.