Los 1.004 feminicidios registrados en México en 2021, un 2,66% más que en 2020, reflejan la acuciante violencia machista en un país criticado por no atender la inseguridad que padecen las mujeres y por una elevada impunidad en la mayoría de delitos.
«Es una situación desesperante. Ya no sé que más tenga que pasar, porque todo lo que hemos pasado ha sido espantoso», ha declarado este viernes a Efe la doctora en Derecho, abogada y activista Patricia Olamendi, quien ha asegurado que, después de 40 años en el movimiento feminista, nunca había sentido tanta lejanía por parte del Gobierno.
De acuerdo a los datos presentados el jueves por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, México registró 1.004 feminicidios en 2021 y 978 feminicidios en 2020. En 2019, el primer año completo de Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia mexicana, el número de feminicidios fue de 973.
De hecho, los más de mil casos de 2021 representan la cifra más alta desde que comenzaron los registros en 2015, cuando se reportaron 427 feminicidios, homicidios de mujeres por razones de género.
Más allá del feminicidio
La violencia contra la mujer ha crecido en otros tipos de delitos. Por ejemplo, los casos de violencia en el ámbito de la familia también han ido al alza con un récord de denuncias por este delito de 23.909 el pasado mayo, que se atribuye en parte al confinamiento motivado por la pandemia de coronavirus.
También han aumentado las agresiones sexuales en un 28,1% entre 2020 y 2021, con 21.189 casos, otro reflejo de la brutal violencia machista. De esta manera, los datos atestiguan un crecimiento continuado desde 2015, cuando comenzaron a recogerse los datos.
Un crecimiento que se refleja en múltiples casos retomados por los medios de comunicación y causantes de marchas y concentraciones –cada vez más multitudinarias– que denuncian el hartazgo de una sociedad en la que cada día matan a más de 10 mujeres.
Desantención institucional
Y aunque las cifras oficiales crecen, queda al margen una cifra negra de mujeres que no denuncian agresiones y, sobre todo, de homicidios violentos no calificados como feminicidios que, si se tuviesen en cuenta, darían una dimensión todavía mayor de la problemática, según advierten las analistas.
«No creemos que estas cifras sean reales porque los estados deciden qué clasifican como feminicidios», ha subrayado Olamendi, quien ha explicado que los datos recabados por el Secretariado Ejecutivo son los que les envían los estados.
Y cada estado –a través de sus policías y ministerios públicos– decide cuáles son los homicidios que clasifican como feminicidios, ha añadido. «¿Por qué no hacer una política pública que obligue a las fiscalías a que indiquen a sus ministerios públicos que todo homicidio doloso lo clasifiquen con perspectiva de género y así lo clasifiquen como feminicidio?», se ha preguntado en entrevista con Efe Blanca Ivonne Olvera, investigadora en el Instituto Nacional de Ciencias Penales y profesora en la facultad de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero por el momento no ha habido respuesta a esta pregunta, puesto que el diálogo entre las autoridades y las organizaciones civiles ha ido disminuyendo desde el inicio del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en diciembre de 2018, consideran las expertas.
También ha disminuido el presupuesto asignado a instituciones como el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) que, según Olamendi, ha ido perdiendo presupuesto hasta el punto de no ser ni siquiera funcional. Del mismo modo, el aumento en las cifras de feminicidios tampoco se ha visto correspondido con un aumento en el número de funcionarios de justicia en el país.
«Si hay más delitos debe haber más policías, más ministerios públicos y más jueces. Pues resulta que no, y con los mismos que teníamos hace 10 años está habiendo más cantidad de delitos», ha compartido Olvera, quien en el pasado trabajó de policía federal y en el Ministerio Público.
Falta de concreción
Esta falta de acciones ante el evidente aumento de feminicidios se relaciona con la poca concreción del discurso oficialista que, según las expertas, está conformado por un cúmulo de objetivos abstractos y criticas hacia las feministas, a las que tacha de ir contra el movimiento transformador de López Obrador.
«Me dices que estás trabajando fuerte y duro pero no me dices qué acciones estás haciendo», ha dicho Olvera, quien ha detallado que esto sucede tanto con el Gobierno federal como con las autoridades estatales.
«Están avanzando en algunas políticas pero de nuevo no están entendiendo el problema de fondo», ha compartido con Efe Blanca Juárez, periodista feminista e integrante de la red Políticamente Incorrectas.
Juárez ha considerado que el Gobierno actual enfoca su discurso en que las feministas son enemigas y sus esfuerzos se centran en solucionar «las causas como la corrupción y la pobreza». Pero olvidan la profundidad del patriarcado en México e incluso permiten que formen parte de sus filas hombres acusados de acoso o violación, ha lamentado Juárez.
Ello a raíz de casos recientes como el del intelectual Pedro Salmerón, acusado de abuso sexual y recientemente nombrado embajador de México en Panamá. «Eso habla del aprecio y el respeto que este Gobierno le tiene a las mujeres. Hay un abandono total», ha concluido Olamendi.