Tercera victoria en casa y cuarta de la temporada. El Amorebieta se ha impuesto al Girona por la mínima, en un triunfo muy trabajado –ha jugado con diez toda la segunda parte por expulsión de Álvaro Peña–, que le acerca al objetivo de intentar salir de los puestos de descenso.
Siguiendo el guion habitual de esta temporada, los anfitriones han anotado temprano, en el minuto seis. La buena presión local ha dado sus frutos con un Guruzeta muy atento al error garrafal de Ortolà, al aprovecharse con la cabeza de un pase defectuoso del guardameta alicantino.
El gol ha acentuado los estilos futbolísticos de ambas escuadras. El Amorebieta se ha recogido en su campo buscando balones directos y velocidad con la que pillar a la contra a la defensa gerundense y los Míchel han intentado hilvanar para llegar al área zornotzarra.
En realidad, no ha ocurrido ni lo uno ni lo otro. El escaso peligro que han llevado sendos conjuntos ha sido más bien a balón parado, con un cabezazo de Stuani arriba tras corner (m.13) y una falta lejana de Larrazabal que no ha encontrado portería (m.18).
Con su liguera ventaja en el marcador, los pupilos de Iñigo Vélez han controlado bastante bien las evoluciones ofensivas del Girona, hasta que han sufrido su primer despiste atrás y Stuani no ha perdonado con un tiro cruzado muy fuerte (m.38).
Afortunadamente para los intereses vizcainos, el VAR ha entrado en acción y ha determinado que el fructífero ariete uruguayo tenía su hombro adelantado por centímetros al último futbolista de la zaga vasca, con lo que el empate no ha subido al electrónico.
Expulsión de Álvaro Peña
En el último tramo de la primera parte, el envite ha entrado en una fase brusca, iniciada con la expulsión de Álvaro Peña por un manotazo dentro del área –no ha sido penalti porque el balón no estaba en juego, a la espera de que el Girona botase un saque de esquina– a Arnau.
Un hándicap considerable para el Amorebieta de cara a afrontar una segunda parte, en la que Vélez ha decidido reforzar la labor de contención de su equipo, dando entrada a Olaetxea en lugar de Sergio Moreno, atacante llegado en este mercado invernal.
Un segundo periodo muy trastabillado, marcado por las continuas faltas, una dinámica que ha convenido claramente a los anfitriones, muy necesitados de puntos y en inferioridad numérica. Un ejercicio de supervivencia en toda regla, pero con un Amorebieta muy ordenado y que apenas le ha dejado generar peligro a un Girona desquiciado.
Incluso en alguna salida se ha permitido el lujo de llegar hasta el área catalana, una jugada que ha derivado en un corner que ha cabeceado Óscar Gil picado, pero sin coger la dirección entre los tres palos (m.77). Los minutos han ido pasando y los visitantes han abusado de los balones aéreos, circunstancia en la que los zornotzarras se han encontrado bastante cómodos.
Una vez más, ha quedado patente que al Amorebieta se le dan bien los exprimeras, después de haber ganado en lo que se lleva de torneo liguero al Almería, Valladolid y Málaga, este último a domicilio. El Girona se ha sumado a esta curiosa lista.