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La «píldora Pécresse» no pasa y Jean-René Etchegaray deja su partido, la UDI

Desde que la pequeña formación a la que pertenece el alcalde de Baiona avalara la candidatura de Valéry Pécresse (LR) a la elección presidencial, algunos centristas vascos no han ocultado su incomodidad. Jean-René Echegaray ha decidido pasar página. Deja la UDI y mira de reojo al macronismo.

Jean-René Etchegaray, el día de su reinvestidura como alcalde en julio de 2020.
Jean-René Etchegaray, el día de su reinvestidura como alcalde en julio de 2020. (Guillaume FAUVEAU)

En las presidenciales de 2017, la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) se inclinó por apoyar al candidato-sorpresa de aquella elección: Emmanuel Macron.

En aquella ola, que dio lugar a una mayoría jupiteriana en favor del aspirante liberal, la figura más destacada de esa formación en Ipar Euskal Herria, Jean-René Etchegaray, se refugió en la autonomía municipal.

Sin embargo, de cara a los comicios de abril, la formación a la que se ha vinculado el también presidente de la Mancomunidad Vasca ha querido jugar otra baza. La UDI afirma que quiere ejercer de «balanza moderada» de la candidata de Les Républicains (LR), Valérie Pécresse.

La elección entre derecha y más derecha en que derivó la primaria de LR hizo que Valérie Pécresse se impusiera en la votación final frente a Éric Ciotti.

El perfil compatible con posiciones de ultraderecha que defendía el candidato sureño hizo que, con cierto simplismo, la victoria de la aspirante parisina se tradujera como el triunfo de una opción más moderada.

Las meteduras de pata de la presidenciable

Conocidas las posiciones netamente conservadoras de Pécresse en materias como la laicidad o los derechos de las parejas homosexuales, era de prever que esa vitola se cayera por su propio peso. Y así ha sido.

En lo que va de precampaña la aspirante conservadora ha defendido desde levantar vallas en las fronteras para frenar a los migrantes hasta limpiar con agua a presión los barrios populares. Unas ideas que no rezuman precisamente humanismo.

Por destacar una de las últimas incursiones de la candidata, en una entrevista «people» el marido de la aspirante se ha soltado con la idea de que si su esposa sale elegida él se ocupará «de las tareas del hogar y de los niños».

Pequeño problema los tres vástagos tienen 25, 23 y 18 años de edad. Las redes se han llenado de memes y expresiones de «infinito agradecimiento» al tardío descubrimiento de las responsabilidades parentales en el seno de la familia Pécresse.

«No puedo seguir en este partido», ha confirmado hoy a Mediabask el propio Etchegaray, que no ha clarificado si apoyará a otro candidato, aunque es conocido que, pese a mantener discrepancias en materias como las competencias territoriales y a haber protagonizado controversias explícitas sobre el euskara o la situación de los presos vascos, Etchegaray no se ha llevado del todo mal con la mayoría saliente.

El presidente de la Mancomunidad Vasca se conforma, de momento, con decir que prefiere seguir «en el centro», aunque ya mira de reojo a Macron. El 9 de febrero anuncia una conferencia como presidente de la Mancomunidad que, quizás, clarifique más el papel que aspira a jugar en la elección presidencial gala desde el doble sillón que ocupa en Baiona.