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Londres

«Comer o calentarse», difícil elección para algunos británicos ante la brutal subida de precios

Si la inflación general en Gran Bretaña marcó su récord de los últimos 30 años en diciembre con el 5,4%, algunos alimentos básicos, como el arroz o la pasta, han subido cientos de puntos porcentuales (más del 300% en algunos casos), según subrayan grupos de activistas que luchan contra la pobreza.

Una beneficiaria empuja un carro a la salida del banco de alimentos de Colchester, en el este de Inglaterra.
Una beneficiaria empuja un carro a la salida del banco de alimentos de Colchester, en el este de Inglaterra. (Ben STANSALL | AFP)

El banco de alimentos de Colchester, localidad del este de Inglaterra, repartió 165 toneladas en 2021, suficientes para alimentar a 17.000 personas. Pero, con una inflación récord que no se había visto en 30 años, salarios estancados y la energía por las nubes, este nuevo año puede ser peor.

«Es probable que alimentemos a 20.000 personas en 2022 y, si la situación económica empeora, podrían ser hasta 25.000», estima el director del centro, Mike Beckett. «Es como una pesadilla. En el peor de los casos, quizá sean 30.000 personas», añade.

Un 95% de los productos de este banco de alimentos, gestionado por la asociación Trussell Trust, procede de donaciones de clientes de los supermercados locales.

La actual coyuntura ha llevado a solicitar asistencia a personas que antes la ofrecían. «Yo solía poner siempre algo en el carrito del banco de alimentos, pero ahora me toca a mí recibir ayuda», explica a AFP Heidi, de 45 años, quien reconoce que le cuesta mucho hacer frente a las subidas de los precios de «absolutamente todo».

Como muchos británicos, este invierno Heidi tendrá que elegir entre «calentarse o comer». «Mi factura de electricidad está subiendo: ahora pago unas 80 libras (95 euros) al mes, frente a las 40 o 50 del año pasado», lamenta.

El número de personas que reciben alimentos de emergencia en los centros de Trussell Trust en todo el país pasó de unas 26.000 en 2009 a más de 2,5 millones en 2021.

Un sistema «defectuoso» para calcular la inflación

En diciembre la inflación británica subió a 5,4%, su nivel más alto desde marzo de 1992. Pero, según indica el activista Jack Monroe, muchos alimentos básicos han subido mucho más.

La pasta más barata en su supermercado local costaba hace un año 0,29 libras por 500 gramos, mientras que hoy cuesta 0,70, un aumento del 141%. El arroz más barato costaba 0,45 libras el kilo, pero ahora cuesta 2 libras. «Es un aumento del 344%, que golpea a los hogares más pobres y vulnerables», escribió en un tuit leído por millones de personas.

«El sistema con el que medimos el impacto de la inflación es fundamentalmente defectuoso: ignora por completo la realidad y las subidas de precios reales para las personas con salarios mínimos» o ingresos inferiores.

Beckett está de acuerdo en que «la medición de la inflación no tiene en cuenta que los alimentos baratos suben cientos de puntos porcentuales».

Una voluntaria de la asociación Trussell Trust prepara paquetes de alimentos con los productos donados. (Ben STANSALL/AFP)

Las familias con bajos ingresos se encuentran bajo mayor presión después de que el Gobierno británico volviera a poner las prestaciones sociales en los niveles anteriores a la pandemia, tras haberlas aumentado temporalmente durante la crisis sanitaria.

En 2020, el 42% de los clientes del banco de alimentos eran niñas y niños. Ahora son muchos más los padres y las madres que tienen que armarse de valor para venir, comenta Beckett.

«Ya han prescindido de alimentos para ellos mismos para asegurarse de que sus hijos comen, pero no pueden dar de comer a sus hijos sin recibir ayuda porque, cuando hace frío, la gente tiene que elegir entre comer o calentarse», agrega.

Problemas crónicos de salud

La Fundación Joseph Rowntree, que lucha contra la pobreza, señala en un informe publicado en enero que «en el caso de los niños, la inseguridad alimentaria grave se vincula a problemas de salud crónicos como el asma y la depresión».

«Y los adultos que viven en hogares con inseguridad alimentaria tienen un mayor índice de desarrollo de enfermedades crónicas como la artritis, el asma, la diabetes y los problemas de salud mental», se recoge en este documento.

La fundación denuncia las limitaciones del sistema asistencial británico, como tener que esperar un mínimo de cinco semanas antes de recibir los primeros pagos de las prestaciones. Otros activistas critican también que las prestaciones por hijos se limitan a dos hijos por familia.

Y el coste de la vida en Gran Bretaña puede dispararse aún más en abril debido a una subida de impuestos y a los nuevos aumentos previstos de alrededor del 50% en las facturas de energía doméstica.