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Los municipios navarros afectados por las riadas no terminan de recuperar la normalidad

Dos meses después, los municipios más afectados por las históricas riadas de diciembre en Nafarroa no terminan de recuperar la normalidad, ya que el campo quedó anegado y, en muchos casos, no se han podido arreglar los diques o las motas de los ríos, lo que da pie a nuevas inundaciones.

Funes fue una de las localidades afectadas por las históricas riadas del pasado diciembre.
Funes fue una de las localidades afectadas por las históricas riadas del pasado diciembre. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Han pasado dos meses desde que varios municipios de Nafarroa sufrieron unas riadas históricas de las que todavía no se han recuperado del todo, con diques y motas sin haber sido arreglados.

Las inundaciones dejaron, además de dos personas muertas, cifras de récord en Nafarroa, tanto en la cantidad de precipitación registrada como la superficie afectada y los daños cuantificados. Así, el día 9 de diciembre, se registraron 90 l/m2 de precipitación en la mitad norte, la cifra más alta en 40 años.

Un total de 133 municipios navarros se vieron afectados y 12.000 hectáreas resultaron anegadas, según cálculos del Gobierno navarro. Además, 65 personas fueron desalojadas en Buñuel de un grupo de viviendas y Cruz Roja llevó a cabo 90 desalojos en San Adrián. El Consorcio de Compensación de Seguros ha calculado en 68 millones de euros el coste total de los daños en Nafarroa.

Imagen de la zona de Castejón afectada por la riada. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Dos meses después de estos acontecimientos, la alcaldesa de Burlata, Ana Góngora, la de Buñuel, Mayte Espinosa, y el primer edil de Funes, Ignacio Domínguez, han hablado con Efe de la situación en la que se encuentran sus municipios.

Espinosa explica que los agricultores han sido los más perjudicados porque la cosecha se perdió. «Aquí vivimos de la agricultura y el impacto ha sido grande», asegura.

En esta situación, el Ayuntamiento de Buñuel teme que con la llegada de la primavera y el deshielo puedan volver a verse afectados, aunque la Confederación Hidrográfica del Ebro ha hecho una reparación de emergencia para poder salvar esa situación, ya que para arreglar los diques es necesario que baje el nivel del agua y el entorno sea más seco.

Burlata ha cuantificado en cuatro millones de euros los daños producidos por la riada, únicamente teniendo en cuenta las instalaciones que dependen del Consistorio, como el conservatorio, el archivo o las piscinas.

En esta localidad, muchas de cuyas calles quedaron convertidas en ríos de más de medio metro de altura, el agua provocó el derrumbe del suelo del bajo de viviendas en la calle Santa Bárbara, en las que todavía son visibles los desperfectos causados por la inundación.

En este sentido, el Ayuntamiento ha comenzado a tomar medidas para evitar que una riada de ese calibre sorprenda de nuevo: «Cuando el río se sale, poco podemos hacer, lo que sí está en nuestra mano es prepararnos para ello. Ahora el plan lo hemos revisado, lo hemos publicado para los vecinos y queremos normalizar el saber cómo actuar», afirma la alcaldesa.

El Consistorio además ha contratado a una persona externa para estudiar qué ocurrió, de qué manera habría que limpiar el río, analizar cuáles son los puntos débiles de la localidad y evitar así que vuelva a ocurrir.

Las actuaciones, según Góngora, deberían ser conjuntas entre Burlata, Atarrabia y Uharte, ya que las tres localidades sufrieron daños considerables en las riadas de diciembre. Hasta el momento, el Ayuntamiento ha solicitado subvenciones para las actuaciones en el río, que no se han podido hacer todavía porque exigen maquinaria pesada y la colaboración de la CHE.

Coches afectados por las inundaciones en Burlata. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Con la CHE y Gobierno foral se reunirá durante este mes el alcalde de Funes, Ignacio Domínguez, quien ya ha solicitado ayudas para reparar varias calles que se han quedado dañadas por la riada de hace dos meses.

Domínguez explica que en una semana se logró limpiar la vía pública gracias a la colaboración de los vecinos y «luego empezamos con las zonas que pertenecen al Ayuntamiento».

«La inversión necesaria para hacer frente a los daños ocasionados por las riadas es mayor a la que puede hacer frente el Ayuntamiento y estamos esperando a que lleguen las ayudas», señala.

En cuanto al plan de inundaciones, Domínguez explica que «tenemos sensores que detectan el nivel del agua en el cauce del río, pero, en esta ocasión, el agua que llegó iba por fuera del cauce».

En Iruñea, según el concejal de Seguridad Ciudadana, Javier Labairu, el Ayuntamiento se está reuniendo con las comunidades de vecinos afectadas para cuantificar los daños y poder ofrecer ayudas y se trabaja en mejorar el protocolo de prevención en cuanto al tiempo que se tarda en avisar a los vecinos de que el río se va a salir.

El campo fue uno de los grandes damnificados, con más de 10.000 hectáreas, según cálculos del Gobierno navarro, aunque desde el sindicato agrario UAGN elevan esa cifra hasta las 15.000. Las lluvias provocaron daños cuantificados en tres millones de euros en la Montaña y Pirineo navarro y de unos ocho millones en el centro y sur de la comunidad por el desbordamiento de los ríos Arga, Ega y Ebro.

Dos meses después, los agricultores lamentan que las ayudas públicas todavía no hayan llegado, mientras continúa la recogida de solicitudes para el pago de indemnizaciones por parte de los seguros.

Calles anegadas en Funes el pasado diciembre. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)