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EEUU y sus aliados elevan la alarma sobre un ataque pero Ucrania sigue pidiendo calma

EEUU y sus aliados occidentales han intensificado la guerra de nervios en torno al conflicto ucraniano, reforzando la alarma sobre un «inminente» ataque ruso. Varios de estos gobiernos han pedido a sus ciudadanos que salgan inmediatamente de Ucrania o han empezado a repatriar diplomáticos.

Soldados estadounidenses en la base Mijail Kogalniceanu,en Rumanía.
Soldados estadounidenses en la base Mijail Kogalniceanu,en Rumanía. (ANDREI PUNGOVSCHI | AFP)

«Las cosas podrían acelerarse. Los ciudadanos estadounidenses deben irse, deberían irse ahora. Estamos tratando con uno de los ejércitos más grandes del mundo», ha advertido en las últimas horas el presidente de EEUU, Joe Biden, en referencia al Ejército ruso y volviendo al tono alarmista sobre la crisis ucraniana.

La Casa Blanca ha ratificado este viernes el mensaje de alarma del presidente, al insistir en que los ciudadanos estadounidenses deben abandonar Ucrania «en las próximas 24 o 48 horas».

Además, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, ha insistido en la inminencia de un ataque ruso, señalando que puede tener lugar antes de que concluyan los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín y que podría comenzar con «bombardeos aéreos y ataques de misiles».

Desde Melburne, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ya había señalado que «la invasión podría comenzar en cualquier momento», incluso durante los Juegos Olímpicos, adelantado los plazos de advertencias previas que señalaban que Rusia esperaría a que finalizaran para no importunar a China.

También la web del Ministerio de Exteriores de Canadá difunde avisos a sus ciudadanos similares: «Si usted está en Ucrania, debe irse. La acción militar rusa en Ucrania podría interrumpir viajes y servicios en todo el país. Los vuelos podrían ser perturbados o cancelados. Esté preparado para refugiarse».

El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, se ha sumado a la alarma subrayando «el riesgo real de una guerra» en Europa.

Y el resto de aliados de Washington no han tardado en seguir el dictado estadounidense. Así, el Gobierno británico ha urgido a sus ciudadanos a abandonar Ucrania lo antes posible, «mientras todavía haya medios comerciales disponibles para hacerlo».

Noruega ha divulgado el mismo mensaje ante «una situación grave e imprevisible». Corea del Sur y Países Bajos han realizado peticiones similares. Y Alemania ha calificado la situación de «muy, muy grave».

La Unión Europea ha anunciado que permitirá abandonar Ucrania al personal diplomático no esencial y «teletrabajar desde fuera».

También el Gobierno israelí ha decidido «evacuar a las familias de diplomáticos y personal de su embajada».

Biden y Putin hablarán este sábado

Tras una jornada advertencias, Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, conversarán este sábado sobre Ucrania. Moscú había propuesto una conversación telefónica para el lunes, pero Washington prefirió adelantarla al sábado, algo que el Kremlin aceptó.
 
Esta será la primera conversación directa entre los dos líderes desde el 30 de diciembre, cuando Biden y Putin dejaron patentes sus diferencias sobre Ucrania en una llamada telefónica.

Este viernes han hablado los jefes de los respectivos estados mayores, el general Mark Milleyy el general Valéri Guerasimov «sobre preocupaciones en nmateria de seguridad» que no han querido detallar. Su última conversación fue el 23 de noviembre.

Malestar en las autoridades ucranianas

El alarmismo de EEUU molesta a las propias autoridades ucranianas, que ven alejarse inversiones por el temor a una guerra, aunque a la vez precisan agitar la amenaza rusa para recibir apoyos económicos y militares.

«No hay nada nuevo en esta declaración», ha afirmado el viernes el ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kouleba, sobre las advertencias de Blinken, a la vez que ha rechazado las acusaciones de Moscú de que prepara un ataque contra los separatistas prorrusos en la región del Donbás, calificándolas como «presión sicológica».

A primera hora de este sábado Ucrania ha vuelto a instar a la calma y a no sembrar el pánico. «Ahora es fundamental mantener la calma, consolidarse dentro del país y evitar acciones que socaven la estabilidad y siembren el pánico», ha señalado el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

Estos nuevos movimientos se han producido tras una llamada colectiva impulsada por Biden y en la que han participado el canciller de Alemania, Olaf Scholz; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Boris Johnson; su homólogo canadiense, Justin Trudeau, y el primer ministro italiano, Mario Draghi.

También los presidentes de Polonia, Andrzej Duda, y de Rumanía, Klaus Iohannis, además del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

En ella, Biden han insistido en la «unidad» frente a la «amenaza» de Rusia.

Despliegue militar

EEUU acompaña esta guerra de nervios con el rearme de sus socios en el este de Europa. Bombarderos estratégicos B-52 llegaron el jueves a Gran Bretaña para participar en un ejercicio de la OTAN. La Marina de EEUU envió cuatro destructores el mes pasado para participar en un ejercicio naval en la zona de la Sexta Flota, que cubre el Mediterráneo.

Aviones estadounidenses han aterrizado en Kiev con un nuevo cargamento de armas. Se trata de aproximadamente 130 toneladas de equipamiento bélico, con lo que ya suman 1.200 toneladas de material recibido.

EEUU ha enviado a Polonia un grupo de ocho cazabombarderos F-15 equipados con misiles aire-aire AIM-120 de medio alcance, un número no precisado de helicópteros de transporte CH-47 Chinook y helicópteros de ataque a tierra HH-60 Blackhawk.

Por su parte, Rusia y Bielorrusia han intensficado este viernes sus ejercicios militares conjuntos con pruebas para repeler un ataque aéreo con fuego real y ensayar cómo aniquilar grupos de sabotaje.

Estas maniobras, las mayores de ambos países desde la desaparición de la URSS, ha sido respondidas por Ucrania con sus propios ejercicios militares.

Se calman las aguas en el mar de Azov

Rusia ha levantado este viernes el bloqueo naval del mar de Azov, que comparte con Ucrania al este de Crimea, tras la protesta firme presentada por el Ministerio de Exteriores ucraniano, pero no ha hecho lo mismo en el mar Negro.

En un comunicado, la Administración Portuaria de Ucrania ha informado de que los buques tienen vía libre para navegar por el mar de Azov hasta o desde los puertos ucranianos.

En cambio, el bloqueo de las rutas marítimas en el mar Negro sigue vigente en el marco de las maniobras navales iniciadas por la Armada rusa junto a las costas de la anexionada península de Crimea.

Kiev ha acusado en numerosas ocasiones a Moscú de intentar convertir el Azov en un mar interior, a lo que Rusia ha contestado que tiene que adoptar medidas para garantizar la seguridad del puente sobre el estrecho de Kerch, que une Crimea con el continente ruso.