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Las explotaciones agrarias se han reducido a la mitad en Nafarroa en los últimos quince años

Las explotaciones agrarias se han reducido a la mitad en Nafarroa en los últimos quince años, según se recoge en el documento ‘Radiografía de la Soberanía Alimentaria en Navarra: análisis de indicadores seleccionados’, coordinado por Arrea, Mugarik Gabe Nafarroa, Mundubat e IPES.

Las explotaciones agrarias se han reducido a la mitad en Nafarroa en los últimos quince años.
Las explotaciones agrarias se han reducido a la mitad en Nafarroa en los últimos quince años. (Iñigo URIZ/FOKU)

En los últimos quince años, las explotaciones agrarias se han reducido en Nafarroa a la mitad, según recoge un documento sobre la soberanía alimentaria en el herrialde presentado recientemente en una jornada en la que participaron personas, activistas y representantes de colectivos de la sociedad civil vinculadas al trabajo por un sistema productivo y alimentario sostenible.

En el citado estudio, se indica que la tierra agraria se está reduciendo en las últimas décadas y que la mayoría se destina a la alimentación del ganado, de tal manera que «sólo alrededor del 25% de la tierra de cultivo es utilizada directamente para la alimentación humana».

Además, según la mayoría de los indicadores analizados en el estudio, «el modelo productivo agrario es insostenible». Así, en el documento se cita «la tendencia creciente del uso de abonos químicos y pesticidas en el campo, especialmente el de los abonos nitrogenados y de los herbicidas».

Un modo de proceder que «contrasta con la Estrategia Europea de la Granja a la Mesa, con la que el Gobierno de Navarra está alineado y que establece, entre otras cuestiones, una reducción del uso de plaguicidas del 50% y un mínimo del 20% de fertilizantes químicos para el 2030».

Ganadería muy intensiva y estabulada

En el informe también se destaca que la ganadería predominante en Nafarroa «pertenece a un modelo intensivo con ganado permanentemente estabulado, sin aprovechamiento de los recursos locales y desvinculado del territorio, lo cual provoca numerosos impactos ambientales, climáticos y sociales, tanto aquí como en otros lugares del planeta, entre otras razones, por la ingente cantidad de pienso que consume elaborado en gran parte con soja proveniente de América Latina».

Considera «especialmente alarmante el caso del porcino, con más del 99 % del ganado criado de forma industrial y que ha aumentado entre 2011 y 2020 un 43%, hasta alcanzar los 685.000 animales. El aumento producido en el Estado español en el mismo periodo ha sido del 27%».

Al respecto, añade que los cerdos al aire libre, en extensivo, «han disminuido hasta ser meramente testimoniales (menos del 1%), por una política agraria que les impide, por ejemplo, salir a pastar en los comunales navarros».

También pone sobre la mesa la cuestión de que «están desapareciendo las personas productoras y las explotaciones agrarias. Estas últimas, en los últimos quince años se han reducido a la mitad, a la par que se produce una pérdida de diversificación y crece la concentración en menos manos, muy especialmente en los modelos más intensivos, como es el caso de las explotaciones del cerdo y el vacuno de leche».

En el terreno positivo, se pone el acento en que, «afortunadamente, existen algunos indicadores que visibilizan cambios en el buen camino. Por ejemplo, la superficie de producción ecológica y el número de personas productoras inscritas en Navarra está aumentando».

En la jornada en la que se dio a conocer los resultados del estudio, también se presentó un manifiesto por la soberanía alimentaria. En el mismo, se pide «el apoyo de toda la sociedad a la agricultura local, sostenible, a pequeña escala, a la ganadería extensiva y a las personas productoras que cuidan y trabajan la tierra para proveer de una alimentación adecuada al conjunto de la ciudadanía, a la vez que se desincentivan los modelos más intensivos y contaminantes».