Con el aplauso de las mujeres representantes de asociaciones feministas, instituciones como Emakunde y partidos políticos que habían acudido este jueves al Parlamento, se ha cerrado la aprobación de la segunda modificación de la Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres, que en adelante pasa a llamarse ‘Ley para la Igualdad de Mujeres y Hombres y vidas libres de violencia machista contra las mujeres’.
Esa ovación ha puesto colofón a un ambiente de colaboración y consenso generalizado y sororidad que representantes de los grupos han destacado que se ha producido durante el proceso de debate de la reforma, en el que han participado también decenas de expertas y colectivos feministas, que han realizado más de 400 aportaciones.
Han votado a favor de la ley PNV, PSE y Elkarrekin Podemos-IU. Por su parte, PP+Cs y EH Bildu se han abstenido, pero lo han hecho desde el apoyo a lo aprobado, aunque con la demanda de otros cambios. La independentista Oihana Etxebarrieta ha señalado expresamente que «lo que hay en la ley nos gusta y lo hacemos nuestro», pero entiende que no es suficiente, puesto que aunque se han incluido algunas de las enmiendas presentadas no lo han sido otras que consideran importantes, como la exigencia de «diligencia debida» en la actuación institucional.
Medidas contra la brecha salarial
El debate se ha abierto con la intervención de la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, que ha calificado de histórico el momento de la aprobación de una ley que espera que contribuya a que «la próxima generación sea la de la igualdad».
Entre las mejoras que se incluyen en la ley está la de que las empresas privadas pueden perder las subvenciones que reciban si se detectan indicios de discriminación distributiva entre mujeres y hombres y no lo corrigen en el plazo que se les ofrezca. El punto fue acordado por PNV, EH Bildu, PSE y EP-IU.
También se destaca como muy importante que los hijos e hijas sean consideradas oficialmente como víctimas de la violencia machista, al igual que las personas transexuales. La ley recoge que los menores huérfanos y huérfanas que origine la violencia machista recibirán una ayuda de 5.000 euros anuales, que se sumarán a la pensión de orfandad de la Seguridad Social.
La reforma modifica los protocolos de actuación frente a la violencia machista tanto policiales, como judiciales y sanitarios. Se posibilitarán mecanismos de reparación de las víctimas aunque no medie denuncia judicial y prevé una ayuda del Gobierno de Lakua para casos de impago de las indemnizaciones establecidas judicialmente.
Junto a todo ello, se crea el Observatorio Vasco para la Igualdad de Mujeres y Hombres, que recopilará y proporcionará datos e información sobre la materia.
El único grupo que se ha posicionado en contra de la ley ha sido la también única representante de Vox, Amaia Martínez, que asegura que la norma va contra la igualdad, porque antepone los derechos de algunas mujeres al resto de la sociedad y no se ocupa de los hombres víctimas de la violencia doméstica, de la que ha destacado que no se llama «violencia feminista». Y ha añadido que «las mujeres no queremos cupos o ayudas para iniciativas empresariales por el hecho de ser mujeres» y «no necesitamos colectivos feministas subvencionados que hablen por nosotras». Se ha quedado sola con su «no».