El ‘tardeo’ y las reservas para comer o cenar fuera son dos hábitos que se han consolidado tras dos años de pandemia. Las sucesivas restricciones horarias y de aforo han llevado a muchos ciudadanos a querer exprimir la tarde tomando copas, ya que por la noche había toques de queda.
Lo mismo ha ocurrido con las reservas en restaurantes, que incluso se han extendido a terrazas de bares, pubs y discotecas, y se hacen con mucha mayor antelación que hace dos años.
También se aprecian cambios como el adelanto del horario de las cenas y de las actividades culturales, sobre todo en lugares como la CAV, que ha sido escogida dentro de una muestra.
En Araba, el vicepresidente de la patronal SEA Hostelería, Carlos Antolín, tiene claro que ahora «la gente se recoge antes», salvo en el caso de los más jóvenes, de 18 a 25 años.
En Donostia, cocineros como David Guibert, del restaurante Le Comidare, confirman que la gente «desde las 19.30 empieza a llenar el local» para garantizarse mesa, mientras que el gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, cree que, tras el fin de las restricciones, se ha vuelto a «cierta normalidad».
En muchas ciudades ya existía la costumbre de alargar las comidas tomando copas durante la tarde, pero los toques de queda nocturnos llevaron a muchos a apuntarse al ‘tardeo’, uno de los «aspectos más positivos» que ha consolidado la pandemia, según los hosteleros.
«A los que tenemos niños, el ‘tardeo’ nos permite comer con amigos, hacer una sobremesa eterna y retirarte a una hora prudente para estar bien al día siguiente», comenta una clienta de Gasteiz, donde algunos taberneros hacen ofertas de dos por uno y contratan a DJs para incentivar el consumo, sobre todo las tardes de los sábados.
Propietarios de bares y restaurantes omo Miguel Montorio, de la Bodega Donostiarra, comentan la «locura» en que se ha convertido reservar una mesa.
Adelanto de la programación cultural
Además, en la CAV, el adelanto de la programación cultural es un hecho. En Gasteiz, las sesiones de los teatros municipales se han fijado a las 19.30 horas, una hora antes, un cambio que ha sido muy bien recibido por el público, que al salir tiene ahora «tiempo para ir a cenar» y «alargar la noche».
En la capital guipuzcoana, las actividades de Donostia Kultura se han adelantado media hora y son a las 19.30, algo que también ha sucedido con las artes escénicas en Bilbo, según el director de Cultura del Ayuntamiento, Iñaki López, que cree que en conciertos de pop-rock ese adelanto «cuesta un poquito más».
Así lo ve también la promotora de conciertos Get In, que observa un adelanto de horarios tanto en teatros como en salas privadas. «La convergencia con los horarios europeos es una tendencia inexorable que ha venido para quedarse», concluye el director de Cultura de Bilbo.
Por lo tanto, hosteleros y programadores culturales creen que algunos cambios se mantendrán, pero otros hábitos de ocio volverán a ser los de antes. Así lo ve la socióloga María Silvestre, que piensa que, una vez que se supere la pandemia, la sociedad vivirá un proceso parecido a descorchar una botella de cava tras agitarla: se asistirá a una explosión por la necesidad de celebrar, convivir y recuperar el tiempo perdido, sobre todo entre los jóvenes.