Carlos Gil
Analista cultural
CRíTICA DE TEATRO

De eso no se habla

Obra: ‘Supernormales’
Autora: Esther F. Carrodeguas
Reparto:  José Manuel Blanco, Carlota Gaviño, Emilio Gavira, Natalia Huarte, Jorge Kent, Mónica Lamberti, Anna Marchessi, Marcos Mayo, Inma Nieto e Irene Serrano
Dirección: Iñaki Rikarte
Producción: CDN
Sala Francisco Nieva – 19-03-22

Un momento de la obra, ‘Supernormales’, dirigida por Iñaki Rikarte.
Un momento de la obra, ‘Supernormales’, dirigida por Iñaki Rikarte. (Luz Soria | CDN)

La asistencia sexual a personas con alguna diversidad funcional forma parte de los servicios sociales que se ofrecen en algunos lugares. Así expresado es una paradoja polémica. ¿A quién, cómo, en qué circunstancias se puede ‘recetar’ este servicio? ¿Quién, cómo, en qué condiciones lo prestan las personas que a ello se dedican? La sexualidad de las personas que tienen alguna diversidad funcional es un tema tabú, o al menos algo de lo que no se habla. Por eso esta obra tiene un valor inconmensurable, trata de estos asuntos de una manera artística, con actores y actrices que no tienen que fingir nada, porque ellos son personas afectadas, por lo que su interpretación es mucho más creíble y consistente.

La obra está perfectamente estructurada, con un sabia dramaturgia que sabe colocar el punto de vista en el lugar adecuado, hace que cada espectador tome partido porque es interpelado de manera directa a lo largo de su desarrollo. Se adentra en asuntos de gran calado, sabe compaginar lo que es profundidad y lo que puede ser humor que ayude, precisamente, a darle el contraste que aumente su valor. Y para ello se basa en una buena dirección que ordena, conduce, propicia unas interpretaciones no solamente creíbles, sino en ocasiones con un componente de sinceridad, o de verdad escénica, que dotan a toda la propuesta de un valor artístico que acompaña a su valor social o de denuncia de la hipocresía con la que se trata a estos asuntos.

Tiene todo una panoplia de situaciones para poder desarrollar una trama muy bien urdida. El sexo o el amor, las necesidades de abrazos, el ostracismo al que se somete a estas personas, como si su dificultad obvia, le anulara todo deseo, todo sentimiento. Interpela, emociona, abunda en lo positivo, en lo posible, en lo necesario.

La puesta en escena parte de una situación muy ejemplarizante. Vemos un jardín muy bien cuidado, con una estatua, vemos a los operarios y, de repente, eso se eleva y debajo de ese lugar, bajo tierra, sucede todo. Y nos coloca ante la realidad y lo imaginario. Y hasta nos permiten engañarnos con un final feliz que sabemos imposible. El equipo actoral está a una buena altura y todos los elementos escénicos funcionan al servicio de esta bocanada de severa esperanza para acabar con el tópico, de eso no se habla. Aquí se habla y con propiedad.