El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, ha anulado el encuentro que tenía previsto mantener el viernes con una delegación encabezada por el presidente del Cosica, Gilles Simeoni, con quien tenía previsto hablar del futuro político de la isla.

Darmanin ha tomado esta decisión horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, haya advertido de que «la vuelta a la calma y al orden es una condición previa para cualquier cosa», en alusión a la negociación de un eventual régimen de autonomía para Corsica, donde este fin de semana se han repetido las movilizaciones sociales.

Las protestas comenzaron en enero, cuando el presidente de la isla, Gilles Simeoni, convocó una manifestación para protestar contra el Ejecutivo francés, al que acusó de no tener en cuenta «la dimensión política del asunto corso». La marcha, que tuvo lugar el 3 de febrero reunió a miles de personas en las calles de la capital, Aiacciu. Marcharon tras una pancarta con el lema «Demucrazia è rispettu pè u populu corsu» (Democracia y respeto para el pueblo corso).

Y se intensificaron el 2 de marzo, tras la brutal a agresión a Yvan Colonna, figura simbólica del independentismo. El preso falleció semanas después, el 21 de marzo, y fue despedido tres días después en Carghjese, localidad de origen de su familia, que acogió un entierro multitudinario.

Estas movilizaciones recibieron una respuesta por parte del Gobierno de París, que, por boca del ministro del Interior, Gérald Darmanin, afirmó estar dispuesto a «llegar hasta la autonomía».

«Nadie ha comprometido la autonomía»

Sin embargo, Macron, inmerso en la campaña electoral, ha advertido de que «nadie ha dado la autonomía y nadie ha comprometido la autonomía», y ha afirmado que está en favor de una evolución del estatuto pero «si responde a las necesidades de la población».

«Los grandes debates políticos de hoy no son necesariamente los que mejor responderán a las necesidades de Corsica, que necesita respeto, consideración y buen funcionamiento y vuelta al orden», ha señalado, y ha reconocido que el ataque que sufrió Colonna en prisión fue algo «grave e inaceptable».

Pero a continuación ha condenado las protestas y ha incidido en que los disturbios de este fin de semana son «inaceptables». Ha denunciado la participación de responsables políticos en las manifestaciones y avisado de que «no habrá debates con gente que se comporta así».