Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

El temor a una nueva ola de covid se va disipando con cada informe

Hace ya un mes que se quebró la tendencia positiva en la situación epidemiológica en Hego Euskal Herria, con un repunte de los contagios. Sin embargo, la incidencia se estabilizó pronto y ahora empieza a caer otra vez. También mejora la presión asistencial y los datos no apuntan a una nueva oleada.

Colas para PCR en Ordizia durante el brote de julio de 2020.
Colas para PCR en Ordizia durante el brote de julio de 2020. (Jon Urbe | Foku)

Tanto el informe de vigilancia epidemiológica de Nafarroa difundido el miércoles de la semana pasada, como el último boletín de Osakidetza, publicado ayer, siguen la senda de mejora que se percibía en las dos semanas anteriores, y permiten ahuyentar el miedo a una nueva ola de covid en Hego Euskal Herria.

Después de dos meses de caída en la tasa de incidencia, el inicio de un repunte de casos a primeros de marzo, y el final de la práctica totalidad de las medidas preventivas en esas mismas fechas –apenas se mantiene el uso de mascarillas en interiores– alentó el temor a un incremento importante de los contagios, algo lógico, teniendo en cuenta los precedentes. Sin embargo, a ese breve rebote le siguió primero una situación de estancamiento y ahora la tendendencia vuelve a ser positiva.  

La incidencia baja claramente

En Nafarroa, en la semana del 21 al 27 de marzo ya se había registrado un 9% menos de positivos que la semana anterior, mientras en la CAV, según los datos aportados ayer, son casi dos semanas seguidas con la incidencia a la baja. En concreto, la tasa acumulada en catorce días empezó a caer el 23 de marzo, y no ha vuelto a subir desde ese día.

Al contrario, la mejoría ha ido cogiendo ritmo, y si en aquella jornada la incidencia acumulada era de 497 casos por cien mil habitantes, este pasado domingo, 3 de abril, era de 377 casos.

Es una bajada de 120 puntos, aunque en el caso de Gipuzkoa la evolución ha sido incluso mejor. En ese herrialde, la tasa de incidencia llegó a ser de 545 casos el 18 de marzo, cuando alcanzó el punto álgido de este último repunte –lleva por tanto 16 días consecutivos a la baja–, y el último dato conocido es de 359 casos por cien mil habitantes. Son casi doscientos puntos menos, que le han permitido pasar a ser el territorio con mejores datos en Hego Euskal Herria.

Bizkaia, con 373 casos el domingo, y Araba, con 413, llevan mejorando sus datos desde el 26 de marzo, una semana más tarde que Gipuzkoa, pero también empiezan a coger velocidad.

De hecho, el número reproductivo básico R0 de estos dos herrialdes, 0,77 y 0,79, respectivamente, es algo mejor que el guipuzcoano –0,81–, aunque en todos los casos las cifras están bastante alejadas del 1, número que marca la diferencia entre una situación de expansión o de contracción de la pandemia.

Con todo, estos datos pueden estar subestimando la afección real del covid en este momento. En las últimas semanas, la relajación, no solo de las medidas preventivas sino también de las tareas de seguimiento de los contagios es manifiesta, en la medida en que se ha cambiado de estrategia y el control se centra en las personas más vulnerables o en aquellas que desarrollan síntomas de cierta entidad.

En este sentido, es probable que muchos casos se estén dejando de notificar o de registrar, y un dato que apunta en esta dirección es que los datos de incidencia no han mejorado tan claramente en estas dos semanas en el grupo de personas de mayor edad, precisamente, el colectivo donde es más frecuente sufrir síntomas de gravedad y donde, por tanto, son menos los casos que quedan sin notificar.

Así, en los grupos de edad de 70-79 años y 80-89 años, la razón de tasas, que mide la diferencia de la tasa de incidencia actual con la de una semana antes, es de 1,04 y 1,06, respectivamente. Son los dos únicos colectivos por encima de 1, y dado que no son, en general, personas con un nivel de socialización  más alto que el de otros grupos, una explicación posible es que, efectivamente, en edades más bajas esté habiendo bastantes contagios que no se registran.

Otro dato que apunta en esta dirección es que desde la última semana de marzo la incidencia acumulada entre los mayores de 65 años es superior a la incidencia acumulada del conjunto de la población, algo que no había ocurrido en toda la pandemia. Y dado que el virus no ha cambiado para infectar a las personas mayores más fácilmente que al resto, solo se explica por ese motivo; la falta de notificación de casos entre los más jóvenes.

En cualquier caso, las cifras tampoco se han disparado en las edades más altas, y la tasa de los mayores de 65 años, que el domingo era de 606 casos por cien mil habitantes –frente a 377 en toda la población–, también empieza a picar hacia abajo.

Mejoría en los hospitales

Un elemento más objetivo que el de la incidencia, sobre todo en este contexto, para medir la evolución de la pandemia es la presión asistencial, y en este caso también es clara la mejoría.

En los hospitales de Osakidetza, después del repunte que siguió al alza de los casos a primeros de marzo, el número de ingresos ha vuelto a caer hasta los 21 diarios durante esta última semana, en la que además se han reducido las hospitalizaciones en todos los grupos de edad.

En este momento hay 130 pacientes ingresados en planta en los hospitales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, 25 menos que los que había hace un mes, cuando empezaron a aumentar los contagios, y casi cincuenta menos de los que ha llegado a haber a mediados de marzo, en el peor momento de este breve rebote.

En total, la semana pasada ingresaron por covid 147 personas en los hospitales de Osakidetza, por 185 hospitalizados la semana anterior. El 81% de los nuevos pacientes tenía más de 60 años.

Y la evolución es aún mejor en las unidades de cuidados intensivos, que se encuentran con la menor cifra de pacientes covid desde el inicio de la pandemia, doce, poco más de un tercio de los 31 que había el 12 de marzo.

En esta situación, en la que la tendencia es buena casi sin matices, el dato negativo es el del número de decesos por covid, que la semana pasada fueron 22, cuatro más que la semana anterior. Es probable, sin embargo, que eso se deba al tiempo que suele transcurrir entre el momento del contagio y el del fallecimiento, que suele ser de varias semanas o incluso meses.