ELA ha reafirmado su compromiso con la lucha contra la precariedad laboral en un acto celebrado en La Casilla de Bilbo, ante más de 3.000 personas y con testimonios de trabajadores y trabajadoras que se están enfrentado, mediante la lucha sindical, a situaciones precarias.

Así, han participado trabajadores de Novaltia, que en este mes de abril cumplen 1.000 días de huelga en contra de la precariedad, convirtiéndose en «la huelga más larga de Europa». Y se ha realizado un homenaje a las trabajadoras de las residencias.

A continuación del acto en el pabellón, ya al mediodía, han realizado una manifestación hasta la sede de Confebask bajo el lema «¡No más trabajo precario!».

En su intervención, el secretario general del sindicato, Mitxel Lakuntza, ha subrayado que «no se puede ‘normalizar’ la situación de lo más de 541.000 precarios y precarias que existen en Hego Euskal Herria (234.300 en Nafarroa y 407.300 en la CAV)».

Por ello, ha exigido a administraciones y patronales un salario mínimo de 1.381 euros, incrementos salariales en función al IPC, la consolidación de los empleados y empleadas públicas, el incremento en la plantilla de inspectores, la subrogación para los trabajadores y trabajadoras subcontratadas, así como la publificación de las empresas energéticas.

A Arantxa Tapia: «La precariedad da mala vida»

«La precariedad, señora Tapia, es lo que da mala fama y, además de mala fama, mala vida», ha indicado dirigiéndose a la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno de Lakua.

Lakuntza ha comentado también que la precariedad laboral es un «problema social de todos», ya que las malas condiciones en el trabajo «generan cada vez más muertes y enfermedades». «Por eso –ha señalado–, luchar contra la precariedad implica mejorar la salud de trabajadores y trabajadoras y, por tanto, de la propia sociedad».

Por otro lado, ha recordado que el origen de la actual situación económica y de la inflación es anterior a la guerra de Ucrania. «La falta de materiales y suministros, la especulación de los carburantes o el sistema de fijación de precios de las eléctricas están detrás de la subida de la inflación. Nos hacen pagar el agua, el sol y el viento a precio de gas», ha explicado.

Diputaciones y Gobierno navarro «siguen el manual del PP»

El líder de ELA ha incidido en que «las empresas energéticas han obtenido unos beneficios de 6.500 millones de euros», por lo que considera que «están robando a la gente con el apoyo de las instituciones públicas».

«Ni el Gobierno de Sánchez, ni los Gobiernos de Gasteiz e Iruñea, ni las Diputaciones han tomado una sola medida para limitar la especulación y los beneficios de las empresas energéticas», ha criticado.

En cambio, ha dicho, lo que están haciendo las Diputaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, así como el Gobierno de Nafarroa son «propuestas para bajar impuestos, propuestas de la derecha. Están siguiendo el manual del PP».

Para hacer frente a esta situación, ELA «seguirá defendiendo la subida salarial» y «no va a estar en ningún pacto de rentas para hacer más pobre a la gente trabajadora». «No va a aceptar ningún acuerdo que tenga que pagarse a costa de los sueldos de los trabajadores, mientras la empresas sigan teniendo beneficios y pagando poco o nada a las arcas públicas», ha advertido.

«Sorprendido» con la izquierda vasca

El secretario general de ELA también se ha mostrado «sorprendido» con «la disposición de la izquierda de Euskal Herria con este tipo de pactos». Y ha lanzado estas preguntas: «¿Con quién quieren que firmemos un pacto de rentas, con una patronal que no es capaz de defender en la reforma laboral que se prioricen los convenios vascos? ¿con la misma patronal que tiene bloqueada la negociación colectiva?».

Y ha comentado que esas formaciones de izquierda, «en vez de querernos sentados en esas mesas de diálogo social truncadas y vacías de contenido, deberían estar con nosotros, apoyando la lucha sindical».

Lakuntza ha insistido en que «nadie busque» a ELA en esos foros en los que, «además de perder el tiempo, se pierde credibilidad».