La Asamblea General de la ONU ha suspendido este jueves a Rusia de su puesto en el Consejo de Derechos Humanos en respuesta a las presuntas «violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos» cometidas tras la invasión de Ucrania.
La propuesta impulsada por Estados Unidos ha obtenido 93 votos a favor, pero refleja una cierta erosión de la unidad internacional con respecto a Moscú, como ha señaldo AFP, teniendo en cuenta que la Asamblea General de la ONU está integrada por 193 Estados.
En la votación solo han tomado parte 175 Estados. Para que la suspensión fuera aprobada era necesaria una mayoría de dos tercios, lo que no ha sucedido ni siquiera teniendo en cuenta la cifra de 175, ya que hubieran hecho falta 116 apoyos. Pero el reglamento estipula que esa mayoría solo tiene en cuenta los votos a favor y en contra, que han sumado 117, por lo que el límite de los dos tercios estaba en 78.
Poco después, en un discurso ante la propia Asamblea, la delegación rusa ha dicho que ha decidido terminar anticipadamente su mandato en el citado Consejo; es decir, que se retiraría voluntariamente.
El Consejo de Derechos Humanos, que se reúne en Ginebra, es el máximo órgano de Naciones Unidas en este ámbito y está compuesto por 47 Estados, elegidos para mandatos de tres años.
Su composición, que se decide en elecciones celebradas anualmente, ha sido criticada regularmente por incluir a Estados con historiales muy dudosos. Durante la Administración de Donald Trump, EEUU se retiró del órgano utilizando ese argumento y un supuesto sesgo contra Israel, aunque luego retornó de la mano de Joe Biden.
Actualmente se sientan en el Consejo, entre otros, Estados Unidos, China, Rusia, Ucrania, Libia o Venezuela. Rusia ha sido un miembro habitual y ahora estaba en el segundo año de un mandato de tres.
Más división que en las dos votaciones anteriores
La Asamblea General había aprobado ya dos resoluciones críticas con Rusia desde el inicio de la guerra, que habían obtenido al menos 140 votos a favor.
Esas mayorías abrumadoras se han debilitado hoy en un voto vinculado a un asunto –la acción internacional ante posibles abusos de los derechos humanos– que es espinoso para muchos Estados con asiento en Naciones Unidas.
Algunos de los que en votaciones anteriores habían dicho ‘sí’ han pasado a la abstención, entre ellos Brasil y México, que han sostenido que se debería esperar a investigar los supuestos crímenes antes de tomar medidas contra Rusia y que han advertido del riesgo de dinamitar un posible diálogo para poner fin a la guerra. También India y Sudáfrica han optado por la abstención.
A Rusia y sus aliados más estrechos se han sumado casi una veintena de países que han saltado de la abstención al ‘no’, entre ellos Bolivia, Cuba y Nicaragua. Venezuela, que no puede votar por las deudas que mantiene con la ONU, también se ha mostrado en contra.
El cambio más destacado ha sido el de China, que tras abstenerse en las votaciones anteriores, este jueves se ha situado del lado de Rusia, denunciando un «uso político» de los derechos humanos y un «doble rasero» en este ámbito.
Por su parte, Estados Unidos ha subrayado que la suspensión de Rusia del Consejo es mucho más que simbólica y aumenta el «aislamiento» de Moscú en el escenario internacional desde la invasión de Ucrania.
Moscú considera que es una medida «ilegal»
Según el embajador adjunto ruso ante la ONU, Gennady Kuzmin, tras la decisión de hoy, el Consejo de Derechos Humanos, que tiene su sede en Ginebra, se ha convertido en un instrumento de Estados Unidos y sus aliados, que fueron quienes impulsaron la suspensión de Moscú.
Kuzmin ha acusado a estos países de usar la baza de los derechos humanos contra Rusia a pesar de que «han estado durante años involucrados en violaciones masivas» o las han facilitado.
«Nuestra decisión no significa que Rusia renuncie a sus obligaciones internacionales en el campo de la defensa de los derechos humanos», ha añadido Kuzmin.
Al anuncio ruso le ha respondido con ironía el embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya: «Uno no dimite después de ser despedido. Eso es exactamente lo que ha pasado con la Federación Rusa».
Posteriormente, en un comunicado, el Ministerio de Exteriores de Rusia ha indicado que considera la resolución como «una medida ilegal y política destinada a castigar expresamente a un Estado miembro soberano de la ONU que sigue una política interior y exterior independiente».