Una manifestación ha denunciado este domingo al mediodía el proyecto de instalación de una planta de la empresa Sader, dedicada a la eliminación de residuos, en Ortuella. La plataforma Ortuellan Sader Ez había llamado a «defender nuestro pueblo y nuestro entorno y defender nuestro aire».

Bajo el lema 'Meatzaldeak eta Ortuellak diote: en la Barguilla... Sader ez!' los vecinos de Ortuella organizados en torno a Ortuellan Sader Ez han criticado el cambio de ubicación de Sader previsto para 2024 y advierten de los riesgos de que «una empresa de tratamiento de residuos peligrosos y contaminantes» se sitúe en una zona altamente poblada. El proyecto está previsto que se ubique en el polígono de la Barguilla, y se calcula que cerca de 10.000 personas viven en una radio de un kilómetro a este lugar.

Además, destacan los problemas que la planta ha ocasionado en su actual emplazamiento, en Barakaldo. «Vecinos de Burtzeña donde esta planta ha estado instalada hasta ahora, llevan años intentado que la fábrica sea cerrada, puesto que tiene un impacto muy negativo en la salud de los vecinos», señalan.

Según testimonios de los habitantes cercanos a la actual planta de la fábrica Sader, la cual quieren instalar en Ortuella, esta «desprende un tufo inaguantable cada noche y además una vez caído el sol, sus turbinas siguen rotando a todo trapo y haciendo sentir su hedor entre los vecinos de la zona, desde Zorrotza hasta la lindes de Barakaldo, pasando por Lutxana y Gurutzeta-Cruces», denuncian en la petición de chage.org contra la instalación de Sader en Ortuella.

Actualmente, casi 3.000 personas ya han firmado la solicitud, dirigida al alcalde y al Ayuntamiento de Ortuella, junto al Gobierno de Lakua.

Según apunta la petición de change.org, «la empresa Sociedad Anónima de Descontaminación y Eliminación de Residuos, Sader, trata cada año unas 100.000 toneladas de residuos altamente contaminantes», la cual cosa «se traduce en entre 7.000 y 8.000 camiones que atravesaran Ortuella cargados con despojos y desechos de fertilizantes». Una situación que vaticinan que «no solo afectará al barrio donde se encuentren las instalaciones, sino también a los colindantes y a los pueblos más cercanos como Trapagaran y Gallarta».