Ya se sabe de la poderosa influencia de Disney en el mundo de la animación, y desde que en la casa del tío Walt dedicieron acabar con los cuentos de hadas y princesitas cursis para presentar en su lugar a heroinas empoderadas como auténticas mujeres de acción, en otras cinematografías se han hecho eco de la nueva tendencia, y también en el mercado francófono. Con esa intención debuta en solitario Julien Fournet, que había realizado anteriormente junto a Ezra Weisz el largometraje de animación ‘Les as de la jungle 2: Le trésor du vieux Jim’ (2014), después de haber escrito el guion de la primera entrega de esa misma saga. Aquí ya se encargada de todo, dirigiendo y escribiendo por su cuenta y riesgo un modernizado o actualizado cuento medieval que protagoniza la antiprincesa que le da título.

La fórmula que ha seguido en ‘Las aventuras de Pil’ (2021) es bien simple, ya que responde a la introducción de un personaje actual en un contexto fantástico. Por eso Pil tiene un aspecto punk, de acuerdo con su actitud rebelde y callejera. Es una huerfanita que sobrevive en la ciudad medieval de Roc-en-Brume robando comida, sobre todo en el castillo del siniestro Tristain, gracias a que su gordo vigilante Crobar es bastante torpe y bonachón, hasta el punto de que acabará siendo un aliado en sus aventuras, al igual que el bufón de la corte, que posee habilidades para la ventriloquía.

El bando heróico lo completan las tres mascotas de Pil, tres comadrejas amaestradas a las que en la versión doblada denominan Dientecitos, Peludo y Glotón. Enfrente está el villano Tristain, un regente que quiere acabar con el príncipe heredero convirtiéndolo en un animal mitad gallina y mitad gato.

No faltan los dragones voladores o las brujas, con una ambientación medieval bastante conseguida en los fondos palaciegos y la partitura musical.