Iñigo Garcia Odiaga
Arquitecto

Transformar

Explica el diccionario que transformar es mudar de costumbres a alguien, es decir, hacer habitual algo que antes no lo era. Hay arquitecturas especialmente rígidas y obstinadas que no permiten alterar lo más mínimo lo que en ellas sucede. Por el contrario, hoy más que nunca, la arquitectura siempre ha buscado rehacer, reinventar, en definitiva transformar los espacios o lugares para generar otras dinámicas, otras posibilidades de uso.

En esta emergencia climática que nos rodea, la posibilidad de transformar se torna una necesidad, ya que es más que evidente que los costes energéticos de comenzar una obra desde cero son muy superiores a los de realizar, por grandes que sean, modificaciones de la misma. Además, el hecho de transformar implica para la arquitectura un campo nuevo de experimentación y trabajo, donde con lo mínimo tratar de abrir nuevos horizontes a edificios, lugares o espacios que ya no cumplen su función.

Esta línea de trabajo es fundamental para el estudio CO Adaptive Architecture, que ya en su nombre deja clara su intención de buscar arquitecturas que puedan adaptarse y mutarse a diversas situaciones. En su último proyecto han renovado un edificio industrial en el barrio de Brooklyn en Nueva York, para crear espacios amplios y luminosos donde las compañías teatrales pueden realizar ensayos de sus próximos estrenos. El edificio reformado alberga la The Mercury Store, una organización dedicada a las artes escénicas, que ofrece residencias, estudio y espacios de trabajo conjunto, así como financiación a las compañías de teatro de la ciudad.

Originalmente el edificio fue construido como una fundición de metal en 1902, y su estructura define un recinto de aproximadamente 1.180 metros cuadrados, que a lo largo de los años había sido dividida varias veces, creando habitaciones estrechas con poca ventilación y luz natural.

La primera decisión que tomó CO Adaptive Architecture fue abrir los interiores para formar un espacio amplio e iluminado desde arriba. En el interior, se abrieron espacios previamente subdivididos y se reemplazaron o restauraron ventanas, tragaluces y los triforios existentes, lo que permitió que la luz del sol penetrara en todos los rincones de la gran superficie industrial original. Además de eliminar el exceso de paredes de los interiores, los arquitectos también cortaron el forjado que dividía el edificio en dos plantas, creando un espacio alto y elevado para los ensayos, uniendo el sótano y la planta baja. Esta amplia sala se puede subdividir con puertas plegables de altura completa que se guardan cuando no se usan, permitiendo una gran polivalencia de este hangar multiusos.

Los visitantes acceden al edificio desde un callejón lateral, hacia un vestíbulo donde unos asientos, sillones de auditorio recuperados de teatros de la ciudad, ofrecen una panorámica sobre el espacio de ensayo en el sótano desde el mismo hall del edificio. Difícilmente puede existir un mejor cartel informativo que este, que cuente directamente donde y que sucede en el edificio. En la planta baja, se encuentran todas las estancias auxiliares, una serie de espacios de ensayo adicionales más pequeños, así como las oficinas de administración del centro.

CO Adaptive Architecture albergó los elementos del nuevo programa en volúmenes más pequeños construidos con madera contralaminada, una solución constructiva de madera, que a base de pequeñas piezas de madera construye muros o vigas pre-configurados en taller y que en obra únicamente requieren de su ensamblaje. Curiosamente este es el primer proyecto en la ciudad de Nueva York que usa madera en masa para transformar un edificio, y en ese sentido a pesar de su reducida escala, el proyecto también quiere servir de ejemplo. Usar madera en masa implica una construcción que ayuda a reducir el carbono incorporado en la construcción y de ese modo compensar el stock de CO2 acumulado en los edificios antiguos.

Resaltar el pasado

Las nuevas adiciones en el edificio contrastan con el caparazón histórico, que los arquitectos buscaron preservar y resaltar tanto como fuese posible. En todo el espacio, las paredes de ladrillo originales de la antigua construcción y las pesadas cerchas de madera quedaron sin revestir mostrando el tiempo acumulado. Como parte de la conversión de la fundición hacia usos más lúdicos, CO Adaptive Architecture necesitaba volver a aislar el edificio, trabajo que se realizó desde el exterior. Aislarlo del exterior permitió exponer la calidez, la textura y la historia de los materiales existentes originales. Incluso se dejaron intactas las anotaciones de pintura de la construcción original en las paredes de ladrillo ahora expuestas.

Una nueva fachada de paneles de aluminio envuelve el edificio, haciendo honor al entorno industrial del barrio. Un barrio que recientemente ha experimentado una intensa remodelación, como parte de un plan para rezonificar las antiguas áreas industriales. En ese sentido puede afirmarse que las transformaciones que persigue la arquitectura pueden hacerse a varias escalas, y tal y como ejemplifica este caso recorrer un edificio o un barrio entero.