Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

James Ellroy retorna a las cloacas del Hollywood de los 50 y 60 con ‘Pánico’

El prestigioso escritor de novela negra James Ellroy retorna al imaginario que mejor conoce, las cloacas del Hollywood de los años 50. Su nueva novela, ‘Pánico’, tiene como protagonista a Freddy Otash, un expolicía que se ganaba el sueldo extorsionando a estrellas de cine y políticos.

El escritor estadounidense James Ellroy.
El escritor estadounidense James Ellroy. (CONNY BEYREUTHER)

Publicada por Random House, ‘Pánico’ es la nueva novela del escritor de Los Ángeles James Ellroy, un autor que ha legado para la posteridad novelas del calibre de ‘L. A. Confidential’ y ‘América’, entre otras.

En esta oportunidad, el angelino regresa nuevamente a una escenografía que le apasiona y que conoce al detalle, la trastienda menos glamurosa del Hollywood de los años 50 y lo hace otorgando el rol protagonista a Freddy Otash, un tipo sin escrúpulos y otrora policía que se ganaba el sueldo extorsionando a estrellas de cine y políticos.

Como sobresueldo, se encargaba de «limpiar» todos los trapos sucios que podían eclipsar sus carreras e intachables apariencias públicas.

Durante la rueda de prensa de presentación de este libro, Ellroy describió a este personaje real como «el tirano que tuvo como rehén a Hollywood».

Según el autor «este tipo repugnante se dedicó en la revista ‘Confidential’ a difundir todo tipo de historias sobre políticos, actores y actrices. James Dean, Burt Lancaster, Liz Taylor, Rock Hudson o Montgomery Clift fueron algunas de sus múltiples víctimas, aunque a algunas de ellas también las ayudó a tapar sonados escándalos, siempre pagando».

Trapos sucios y secretos

No es la primera vez que Ellroy toma como referencia a este personaje, en su magistral ‘L. A. Confidential’ tuvo presente a esta publicación infame y le cambió el nombre por el de ‘Hus-Hush’.

En dicha publicación, se apelotonaban todo tipo de secuencias y peculiaridades sexuales de las estrellas de cine y de los políticos.

Ellroy, que conoció personalmente a Otash en 1989 y le trató hasta que murió en 1992, dijo de él «hablando de los viejos tiempos nos hicimos unas risas. Conocía muchas cosas y todas eran ciertas, algunas por dinero las divulgaba en la revista. Fue un precursor del periodismo que se nutre de escándalos y que tanto tirón tienen en internet».

Sobre las estrellas que aparecen en su novela, el autor afirmó que Otash no tuvo las claves de la muerte Marilyn Monroe, ya que «sencillamente se murió de sobredosis. Se tomaba muchas pastillas, era adicta y borracha».

En relación a otro de los dioses de cine de aquel Hollywood dorado, James Dean, y el director que lo encumbró gracias a ‘Rebelde sin causa’ –Nicholas Ray–, dijo de ellos que eran «unos tipejos pervertidos y raros. Yo quería ponerlo de manifiesto y darles duro, desde un punto de vista cómico en mi novela».

En la novela vuelve a manifestarse el interés que siente por los Estados Unidos de los 50 y 60 «me gusta la corrupción de antes, los coches antiguos, cómo vestían las mujeres en los años 40 y 50, la Segunda Guerra Mundial o la bomba atómica, Roosvelt, Eisehower o Kennedy», sentenció.

En una entrevista que ofreció a Zazpika, Ellroy explicó la atracción que siente por dicha época. En dicho encuentro dijo «no voy a negar que disfruto colándome en esas cloacas. Creo que este interés por remover la mierda quedó patente en mi Trilogía Americana –‘América’ (1995), ‘Seis de los grandes’ (2001) y ‘Sangre vagabunda’ (2009)–. Recuerdo que en su escritura apliqué una máxima: plasmar la pesadilla privada de las políticas públicas. A pesar del engranaje histórico tiendo a centrarme en todo aquello que rodea al poder, sobre todo en lo concerniente a sus más terribles marionetas. El poder siempre se sirve de tipos sin escrúpulos que operan por detrás: El fontanero, el adulador, el que te rompe las piernas. Creo que mi perspectiva de la Historia viene dada por lo que observan estos personajes que constantemente juegan sucio».