Daniel   Galvalizi
Periodista

Feijóo, el halcón del régimen con barniz de buen gestor

El nuevo líder de la derecha española cuenta con un marketing a favor de parte de los grandes medios, pero en Galiza conocen en detalle su legado de gestión marcado por la subordinación a Madrid y los recortes. El escritor Suso de Toro y el sindicalista nacionalista Suso Bermello explican el lado B.

Alberto Núñez Feijóo, en una comparecencia en La Moncloa tras reunirse con Pedro Sánchez.
Alberto Núñez Feijóo, en una comparecencia en La Moncloa tras reunirse con Pedro Sánchez. (Alberto ORTEGA | EUROPA PRES)

El nuevo presidente del PP cumple su primer mes al frente de la ejecutiva nacional y ya tiene el primer test electoral: el 19J de Andalucía. No por antojo: Alberto Núñez Feijóo no es amigo de la improvisación ni del riesgo y sabe que el anticipo electoral en la mayor comunidad autónoma del Estado le conviene a él y al partido.

El presidente saliente de la Xunta (presentó su dimisión el pasado viernes y estará en funciones hasta que se elija a su sucesor) es el nuevo líder de la derecha española, esa coalición de sectores diversos e identidades varias. aunque defensores de la unidad indivisible del Estado. Son millones de votantes, entre ellos los más poderosos, que vienen de tiempos convulsos, un liderazgo errático y derrotas electorales.

Será por ello que la aparente moderación de Feijóo despertó tanto entusiasmo. Su figura, alejada de la radicalidad ideológica de la ultraderecha y del ayusismo madrileño, genera cierta empatía en algunas empresas periodísticas, algunas progresistas inclusive. Sin embargo, quienes lo conocen no creen que el presidente de Galiza sea merecedor de tanta indulgencia.

«Feijóo carece de convicciones y lo hace más dañino, porque defenderá lo que interese en cada momento; no tendrá problemas en asumir lo que tenga que asumir con Vox. Políticamente es un cínico»


El barón autorictas del PP nació en Os Peares (Ourense) y su objetivo era ser juez. Pero al quedar su padre en paro, cambió los planes para ayudar en casa y aprobó oposiciones para la administración pública gallega. Tuvo un paso intermedio por Madrid como alto cargo de Sanidad en tiempos de José María Aznar, para luego pasar a ‘modernizar’ Correos. De regreso a Galiza, fue quien sustituyó al histórico Manuel Fraga al frente del poderoso PPdG y tras el bipartito PSOE-BNG, lleva cuatro mayorías absolutas que ahora, más que nunca, tienen mucha tela para recordar.

La mera virtud del tono

«Eso del ‘buen gestor y moderado’ es una no realidad. pero con verosimilitud. Si lo comparas con Casado o Ayuso, que son realmente personas que podríamos calificar como no adultos, inmaduros, pues al lado de ellos, Feijóo parece un señor normal, una persona completa, que si dice algo que no tiene coherencia de fondo, lo expresa con un tono que parece sensato. La mayor insensatez él puede expresarla con sensatez y transmitir confianza», opina ante la pregunta de NAIZ el escritor Suso de Toro.

El también excandidato a europarlamentario por la coalición EH Bildu-BNG en 2014 diferencia el tono «de lo que es ser buen administrador, que, de hecho, Feijóo no es», y destaca que en sus años al frente de la Xunta, «su gestión en términos sociales es mala, nefasta, sin haber hecho ninguna política creativa en ningún campo, ni en agricultura ni en pesca, con lo importante que es para la sociedad gallega, ni en pesca, y han desaparecido estos años muchas empresas, no habiendo una política industrial».

«Para entender la figura de Feijóo, hay que enmarcarla en las relaciones de dependencia de Galicia y la relación entre Galicia y la oligarquía de la Corte. Es un señor que preside una nacionalidad histórica, pero que siempre ha querido volver a Madrid. Es el retrato de un colonizado y su situación se explica porque siempre estuvo en contacto con personas de la oligarquía madrileña, como Florentino Pérez, cultivando una red de contactos también en los medios de la Corte», añade.

De Toro marca un matiz en lo que hace a otros liderazgos de la derecha española y pone como ejemplo a Aznar: «Feijóo carece de convicciones, mientras que Aznar puede resultar antipático, pero tiene convicciones y pretende ejercer en un campo ideológico. En el otro caso, no, lo que quizás lo hace más dañino socialmente, porque él defenderá lo que interese en cada momento; no tendrá problemas en asumir lo que tenga que asumir con Vox. Políticamente es un cínico».

«No se puede decir que le haya interesado el bien común, porque sus políticas fueron completamente antisociales y contrarias a la existencia misma de Galicia. Solo con hablar de la privatización de la sanidad, lo hecho en educación, el desmontaje de centros... las buenas maneras y actitud de Feijóo esconden la misma radicalidad ideológica de Ayuso», subraya.

«No se puede decir que le haya interesado el bien común, porque sus políticas fueron antisociales. Las buenas maneras y actitud de Feijóo esconden la misma radicalidad ideológica de Ayuso»


En lo que hace a los intereses de Galiza, considera que «el balance más demoledor» de los años recientes «se resume en la enorme marcha de jóvenes, alrededor de 200.000, algo que no le preocupó a Feijóo, como tampoco la cohesión territorial» entre las diferentes regiones gallegas.

De Toro señala que el nuevo líder «ahoga todo con publicidad» en los medios, aunque asegura que todo lo hecho «no habría sido posible todos estos años si no hubiera sido por el PSOE»: «Cuando estaba Casado, venían ministros del Gobierno diciendo que Feijóo era de lo más sensato, porque les interesaba debilitar a Casado, cuando acá nos lo estábamos comiendo. Ya ocurrió con Fraga, cuando Felipe González lo valoraba para debilitar a Aznar».

Cabe recordar que la propia Xunta había puesto como objetivo en 2030 igualar el nivel estatal del PIB por habitante de Galiza, que al llegar Feijóo era del 88,2% con respecto a la media del Estado y el de 2020 (once años después) mostró un muy ligero avance, llegando al 92,4%.

Según datos de la EPA, cuando comenzó su presidencia de la Xunta, el desempleo era del 9,6% en su comunidad autónoma, mientras que ahora es del 11% y hay 100.000 empleos menos. El endeudamiento del Gobierno gallego pasó en la era Feijóo del 6,8% del PIB al 18,5%, en tanto que la tasa de riesgo de pobreza se mantuvo casi intacta: del 25,1% al 25,7%. El peor dato es el de tasa de población con carencia material severa: se disparó del 6% al 9,4%.

Núñez Feijóo y Díaz Ayuso, una «cohabitación» que marcará el futuro próximo del PP. (EUROPA PRESS)


Un «enorme escudo mediático»

«Siento frustración con la prensa progresista, se ha generado un invento alrededor de Feijóo, al igual que se hizo con Ruiz-Gallardón, que acabó demostrando ser una persona reaccionaria vinculada a la derecha católica, aunque se expresara como un moderado», afirma Suso Bermello, miembro de la dirección de la central sindical nacionalista CIG, un símil de LAB en Galiza.

El sindicalista pone el foco en el «enorme escudo mediático que durante todos estos años ha preservado y protegido de cualquier ataque en el ámbito gallego» al presidente saliente de la Xunta. «Ha tenido falta de escrúpulos para controlar los medios públicos, la TV y radio gallegas son prácticamente sus gabinetes de comunicación. Y en la prensa mainstream estatal recibe el mismo trato».

«Lo que más se calla de Feijóo es su nula capacidad como gestor, alguien que llevó el cargo en el día a día y se ha limitado a la desidia. Es profundamente español y centralizador, ha ejercido como virrey».

Bermello recuerda que hace más de 200 semanas los trabajadores de TV Galicia realizan lo que se llama ‘viernes negro’: «Se trata de un ejemplo perfecto de cómo un colectivo de profesionales plural en lo ideológico se han puesto de acuerdo, porque ven que existe un control indebido de los medios públicos. Y también en los medios privados subvencionados... es difícil encontrar en ‘La Voz de Galicia’ o ‘Faro de Vigo’ un seguimiento crítico a la gestión. Eso le ha dado sensación de impunidad».

«Lo que más se calla de Feijóo es su nula capacidad como gestor. Dirás que exagero, pero cuando digo nula, me refiero a que es un bluff, alguien que llevó el cargo en el día a día sin iniciativas y se ha limitado a la desidia», subraya, y da como ejemplo el marco competencial: «Estuvo casi 14 años y no ha gestionado ni una sola transferencia a su comunidad autónoma, cuando se trataba simplemente de exigir el cumplimiento del traspaso, como hacen los gobiernos vasco y catalán. Por ejemplo, con la policía autonómica o Tráfico. Él es profundamente español y centralizador, ha ejercido como virrey».

Siendo el líder del sindicato de Ensino (enseñanza), Bermello conoce los pormenores de los recortes a la educación pública hechos por el nuevo líder del PP. Recuerda la «campaña electoral durísima» cuando cae el bipartito PSOE-BNG contra el gallego y su «uso de la mentira de que se imponía el gallego y se retiraba el castellano, acusando de adoctrinamiento en los centros educativos».
 
«Al asumir la Xunta, dio un golpe durísimo a la presencia del gallego en los centros educativos aplicando una doctrina del shock los primeros meses y después permaneció sin hacer más políticas restrictivas, sin aspavientos, dejando que se erosione, anulando subvenciones y ayudas para el fomento de la lengua, despreocupándose de la obligación de revisar el estado del uso de la lengua», añade.

 «No ofrecerá una imagen intransigente, lo serán sus acciones pero no sus palabras. Su estrategia es dar golpes contundentes durante los primeros meses y luego desidia. Feijóo es la garantía del statu quo»

La estadística da la razón a Bermello. Según los últimos trabajos demoscópicos, una cuarta parte de los jóvenes gallegos afirman no tener la capacidad ni de entender ni de hablar la lengua gallega (algo que viola la propia ley autonómica de 1985, que pone como objetivo que todo el alumnado debe tener la misma capacidad en ambos idiomas). Además, ha relegado casi a la inexistencia los contenidos en Historia sobre el pasado de Galiza, aunque competencialmente tiene la potestad de darlos.

Bermello también apunta al prontuario educativo de Feijóo el desmantelamiento parcial de la red de escuelas infantiles de 0 a 3 años que había construido el bipartito. El PP lo había acusado de «chiringuito que educaba a los niños en el nacionalismo». Otra cifra emblemática: cuando llegó al poder Feijóo, había 30.000 profesores en la educación pública y ahora hay menos a pesar de que hay más alumnos y «amplió el horario lectivo del profesorado en detrimento de la coordinación didáctica».

Cuando se le pregunta qué puede esperar el votante del Estado con el nuevo líder de la oposición, responde: «Él no ofrecerá una imagen intransigente, lo serán sus acciones pero no sus palabras. Cogerá cualquier bandera que le sirva para desgastar al rival y al llegar al poder, se la olvidará. Su estrategia es dar golpes contundentes durante los primeros meses, como hizo con el gallego, y luego desidia. Feijóo es la garantía del statu quo y de que no hay más poder autonómico. Es la consigna de los gobiernos de Aznar y Rajoy pero por la vía de los hechos».

Micaela, la otra hermana investigada


Así como Díaz Ayuso sufrió su peor embate en materia de corrupción por los contratos adquiridos por su hermano Tomás, algo similar ha ocurrido con Feijóo. La empresa de la que Micaela Núñez Feijóo es apoderada recibió más de 37 millones de euros en contratos durante los años del gobierno de su hermano, según ha investigado el periódico ‘Público’.

El Grupo Eulen (donde la hermana es directiva) recibió contratos «a pesar de que las ofertas fueran las más caras o temerariamente baratas, o por exclusión de competidoras sin justificación». Hay 140 expedientes que «muestran indicios de que hubo un trato a favor» en las consellerías, fundaciones y entes públicos que dependen de la Xunta.