Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

El Villarreal de Unai Emery vende caro el pase a la final de Champions del Liverpool (2-3)

Gracias a un gran primer tiempo, el Villarreal de Unai Emery ha igualado la doble desventaja de la ida y puesto contra las cuerdas a un Liverpool que ha reaccionado tras el descanso ante un cuadro local con menor pujanza física.

Fabinho celebra el gol con el que el Liverpool ha iniciado la remontada.
Fabinho celebra el gol con el que el Liverpool ha iniciado la remontada. (Paul ELLIS | AFP PHOTO)

El Liverpool optará a su séptimo entorchado continental –jugará su décima final– tras reaccionar en el segundo tiempo con goles de Fabinho, Luis Díaz y Mané, después de que el Villarreal se lo haya puesto muy difícil gracias a un gran primer periodo en el que ha llegado a igualar la eliminatoria gracias a las dianas de Dia y Coquelin.

Los pupilos de Unai Emery han llegado a soñar con la hazaña de llegar a su primera final de Champions dejando en la cuneta a otro grande europeo, después de hacerlo con la Juventus y el Bayern. Sin embargo, en esta ocasión al submarino amarillo no le ha dado el físico para soportar el fuerte ritmo impuesto por su rival tras el descanso.

Ha sido un encuentro con partes bien diferenciadas. La tempranera diana de Dia apenas cumplido el tercer minuto de partido ha metido de lleno en la eliminatoria a los anfitriones, que partían como víctima propiciatoria después de lo visto en Anfield.

Nada más lejos de la realidad. Totalmente desarbolado, el Liverpool estaba llegando tarde a la presión y el Villarreal se ha aprovechado de la circunstancia para superar líneas y generar peligro, con un Coquelin indetectable que ha firmado el 2-0 al filo del descanso.

El submarino amarillo, en cambio, ha sabido apretar arriba, ha mantenido a raya a los veloces puntas del cuadro inglés y ha aprovechado al máximo las ocasiones en las que con más claridad se ha plantado ante Alisson, entre la apoteosis de La Cerámica, cuyas gradas no podían creerse lo que estaba sucediendo.

La gran duda era si el Villarreal podía mantener ese mismo ritmo, constancia y efectividad tras el receso, algo que no ha sucedido. Además, el Liverpool se ha puesto las pilas –cabe imaginarse la bronca de Klopp en vestuarios– y ha sacado a relucir su verdadera imagen, la de un bloque asfixiante, vertiginoso y letal.

Luis Díaz le da otro aire

Apenas le ha costado un cuarto de hora materializar esa reacción fulminante de los reds, guiados en ataque por un Luis Díaz que ha sido una pesadilla por su movilidad, diagonales y disparos. Sin embargo, ha sido Fabinho quien ha puesto la primera piedra de la remontada inglesa con un disparo que se ha colado entre las piernas de Gero Rulli, quien ha vivido una noche negra.

Como una apisonadora, el Liverpool no se ha conformado con volver a ponerse por delante en la eliminatoria, sino que ha ido a por el partido claramente. Cinco minutos después, el delantero colombiano que se hinchó a meter goles en el Oporto, lo que provocó que en el mercado invernal el Liverpool pusiese 45 millones sobre la mesa, ha justificado la operación entrando desde la segunda línea, rompiendo el fuera de juego y rematando picado de cabeza.

Mané le ha puesto la guinda con el revolcón a falta de un cuarto de hora para la conclusión, aprovechándose de una salida mal medida y la falta de contundencia del exportero txuri urdin, para llevarse el esférico y anotar el 2-3 a puerta vacía.

Por segunda vez en su historia, el Villarreal vuelve a quedar eliminado en una semifinal de Champions, lo que no impide reconocer la sobresaliente trayectoria de un equipo que ha terminado de crecer a nivel continental desde la llegada de Emery a su banquillo.