El Gobierno ucraniano ha perdido este miércoles la comunicación con los refugiados en la acería de Azovstal, el último reducto de la resistencia en la ciudad portuaria de Mariupol, debido al incremento de los ataques, mientras Rusia prosigue su lenta ofensiva en el Donbass.
«Perdimos el contacto, no hay comunicación para saber qué sucede, si están seguros o no», ha lamentado el alcalde de la castigada ciudad, Vadym Boychenko, ante la televisión ucraniana. Ha añadido que un numero indeterminado de defensores de Azovstal protege la fábrica «en condiciones muy difíciles, ya que les atacan con artillería pesada, tanques, aviación y desde buques en el mar».
Según el canal de televisión Zvezda, perteneciente al Ministerio de Defensa de Rusia, las tropas rusas martillean Azovstal con fuego de artillería de 152 milímetros y lanzaderas múltiples Grad, a fin de evitar que «los militares ucranianos salgan de las catacumbas».
Esta escalada, iniciada la víspera, torna incierta la operación de rescate de civiles atrapados con el acuerdo de los gobiernos de Ucrania y Rusia, con la colaboración de la ONU y el apoyo de la Cruz Roja. El martes fueron evacuadas 159 personas de la zona de Mariupol, de las cuales 101 se hallaban en la acería.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha negado que Rusia pretenda tomar la planta por asalto y ha señalado que las tropas que han bloqueado la metalúrgica intervienen únicamente para «reprimir» los intentos de los combatientes ucranianos de ocupar «posiciones de combate» aprovechando el alto el fuego humanitario.
Según la inteligencia ucraniana, Moscú prepara un desfile militar en Mariupol para el 9 de mayo, día en que celebra la victoria de 1945 sobre la Alemania nazi. «Las principales avenidas de la ciudad están siendo despejadas con urgencia, retirando los cuerpos de los muertos y los escombros, así como las municiones sin detonar», ha añadido.
Lento avance ruso en el Donbass
Por su parte, el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, ha destacado que «la operación especial militar» avanza y el Ejército ruso, junto a las milicias de las «repúblicas populares» de Lugansk y Donetsk, «amplían el control de los territorios».
En su parte matutino, el Estado Mayor del Ejército de Ucrania ha reconocido que las tropas rusas continúan su ofensiva en la región, si bien han asegurado que ha repelido 12 ataques.
Moscú también ha informado sobre un ataque contra la red ferroviaria del país invadido, con la destrucción de seis subestaciones eléctricas en las regiones de Lviv, Kiev y Odesa, con el fin de impedir el abastecimiento de las tropas ucranianas en el frente oriental, en particular con armas enviadas por Occidente.
El Ministerio de Defensa ruso ha publicado un vídeo del lanzamiento de misiles Kalibr desde el mar Negro contra objetivos militares ucranianos, sin especificar cuáles.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, ha comentado que «un bombardeo de tal envergadura no significa que Rusia tenga algún objetivo militar en esa zona» y ha calificado estos ataques de «arranque de impotencia» de los militares rusos que no logran alcanzar sus propósitos en el este.
El Ejército ucraniano ha precisado que los combates más intensos tienen lugar en las regiones de Jarkov e Izium, en el noreste, donde Rusia ha desplegado 22 grupos tácticos, según el último parte de inteligencia británica.
Si Rusia lograse capturar Izium, buscaría tomar las ciudades de Kramatorsk y Severodonetsk, en un intento no solo de consolidar el control del noroeste del Donbass, sino también para «dividir a las fuerzas ucranianas en la región» y cercarlas.
«El enemigo intenta tomar la iniciativa en la dirección de Izium y avanza en la dirección Izium-Barvinkove. Para lograr sus objetivos, ataca las posiciones de nuestras tropas con artillería en las localidades de Grushovaya, Novaya Dmitrivka y Kurulka», ha informado el Ejercito ucraniano.
La entidad castrense cree que los mandos militares rusos «intentan incrementar el número de ataques en el este de Ucrania con el fin de cruzar las fronteras administrativas de Lugansk y Donetsk, y dirigir sus ataques en las direcciones de Zaporiyia y Krivoi Rog».
Medios ucranianos han valorado que se trata de una situación compleja que podría conducir al cerco de alrededor de 40.000 soldados ucranianos si no se detiene el avance ruso en Izium.